Beca de Monbukagakusho sin pasar por la embajada de Japón

Antes que cualquier otra cosa, quiero pedir una disculpa a Vic (mencionado en este escrito) por la tardanza en redactar todo esto. Por una cosa o por otra se fue retrasando, pero al fin aquí está.

Hasta ahora, todo lo que he comentado respecto a la beca del ministerio de educación de Japón (Monbukagakusho) ha sido basado en el procedimiento “estándar”: postular por medio de la embajada de Japón en México. No obstante, hasta hace poco yo también desconocía que es posible postular directamente por medio de universidades japonesas, evitándose todo el papeleo, proceso y sinsabores que puede llegar a ocasionar hacerlo mediante la embajada. Explico:

Varias personas me han comentado (y ya desde hace años), que sienten que el proceso con la embajada no es 100% justo, que hay favoritismos, y en fin, un número considerable de quejas al respecto. Aunque en mi caso no puedo corroborar directamente esas molestias puesto que yo obtuve la beca la primera vez que postulé, el hecho de escuchar opiniones similares de gente no relacionada entre sí y en tiempos diferentes, me hace creer que posiblemente algo ande mal.

De entre todas las opiniones que he escuchado, la de Vic (pseudónimo escodigo directamente por el afectado) ha sido la más documentada y estructurada. Vic explica todo lo sucedido en una entrada de un blog creado específicamente para eso:

BaJapón: Las Dos Caras de la Moneda, Beca Monbukagakusho

Resumiendo el artículo de Vic: siente que le fue muy bien durante todo el proceso y está prácticamente seguro de haber obtenido la beca, pero no lo logra; al ir a preguntar las razones, recibe una respuesta totalmente inapropiada por parte de quien al parecer es quien tiene la última palabra sobre quién gana las becas. Vic está seguro de su capacidad, busca la forma de obtener la misma beca por otros medios y lo logra. Además, recomienda ese proceso en vez de irse por la embajada.

El caso de Vic no es único; de varias personas he escuchado quejas similares hacia la misma persona referida en su artículo, incluso de gente que se ha ganado la beca postulando por medio de la embajada. Insisto que, en lo personal, no tengo queja alguna respecto a la persona en sí, pero sí hay cosas que te manejan de una forma en México y que en realidad son diferentes, y te das cuenta de que lo son una vez que llegas. Hablo de lo que se nos dijo sobre la beca y el proceso cuando postulé, o sea, en el año 2002. Sé que el contenido de la plática informativa ha cambiado con el paso de los años, pero de entre lo que nos dijeron, hay 3 puntos que quiero mencionar:

  • No es posible cambiar el plan de trabajo porque es lo más importante en tu aplicación y debes tratar de seguirlo. Fácilmente un 80% de las personas que conocí becadas de Monbukagakusho de diferentes países tuvieron que, o eligieron, cambiar su plan una vez estando en Japón. Yo soy uno de ellos: mi plan original era estudiar gráficos por computadora y terminé cambiando el proyecto a los 2 meses de haber llegado.
  • No es posible cambiar de profesor ni de universidad. El profesor es tu guía y de él depende toda tu estancia por acá. Lo de que del profesor depende toda tu estancia es TOTALMENTE CIERTO. HÁGANLE CASO A ESO. TATÚENSELO DE SER POSIBLE. No exagero, y lo digo por experiencia. No obstante, es posible cambiar de universidad, y por ende de profesor, cuando extiendes la beca de licenciatura a maestría o de maestría a doctorado. ¿El detalle? Que tienes que ganarte tu lugar en la nueva universidad y convencer al profesor nuevo que te acepte. Incluso sé de casos en los que ha sido posible cambiar de profesor dentro de la misma universidad; raro, pero ciertamente posible. Lamentablemente supe de esto muy tarde, y tuve que aventarme toda la mala experiencia que tuve con mi profesor durante el doctorado.
  • No se puede elegir una universidad privada; las que escojas tienen que ser públicas a fuerzas. Ignoro si esto era cierto y cambió con el paso de los años, o de plano desde el principio era falso, pero estando acá conocí a varios becarios que escogieron y fueron admitidos a universidades privadas.

Asimismo, he conocido otras personas que han obtenido la tan preciada beca a través de universidades en Japón, lo que tiene sus pros y contras. Vic lo menciona en su artículo, pero platicando con más gente que tiene la beca sin haber pasado por la embajada de Japón en México se corroboran los puntos. Lo que sigue son comentarios de esas personas:

  • Las probabilidades de obtener la beca por medio de la embajada son mucho más pequeñas en comparación con postular directamente.
  • Te evitas todos los trámites con la Secretaría de Relaciones Exteriores (México no te recomienda; tú solito te estás “vendiendo”).
  • Evitas también las idas al DF (que son mínimo 2) para pláticas, entrevistas, etc.
  • Si eres realmente bueno, la universidad en Japón a la que mandes tus papeles lo comprobará y ellos mismos te ayudarán a conseguir la beca.
  • Dependes totalmente de ti mismo, de tu habilidad, actitud y conocimientos. No hay intermediarios entre la universidad japonesa y tú.
  • Haces trámites a la universidad como cualquier otro estudiante (japonés), por lo que estás expuesto a los mismos obstáculos a los que ellos se enfrentan. No hay trato preferencial por ser extranjero.

Cabe hacer mención que aunque es la más peleada por todos los beneficios que ofrece, la de Monbukagakusho no es la única beca que se puede obtener para estudiar de este lado del charco; ya estando acá puedes meter papeles para un buen número de becas menores o apoyos que cada universidad ofrece. Muchos de estos apoyos suelen venir de los bolsillos de gente mayor que estudió en esa universidad hace muchos años y de alguna forma quiere contribuir a ello.

Sería una pena que los rumores respecto a favoritismos en la selección de becarios por parte de la embajada de Japón en México fueran ciertos. E independientemente de eso, creo que el proceso debería ser mucho más abierto para que todos tuvieran la misma oportunidad (basado en el desempeño personal, claro está). Con todo, obtener esta beca sigue siendo una tarea difícil (mas no imposible) por el número de personas que lo intentan. Saber que puedes postular a ella de otra manera a la que se ha difundido a lo largo de los años aumenta las probabilidades de lograrlo, y en la lucha por hacerlo, cualquier ayuda o conocimiento extra que puedas conseguir debe ser siempre bienvenida.

Si necesitan información más detallada sobre la obtención de la beca directamente por universidad japonesa, envíenme correo (medinamanuel en hotmail punto com) CON TÍTULO ACORDE A SU PETICIÓN, por favor. Reviso todos los correos, pero es más fácil identificar aquellos que resumen en el título de lo que quieren hablar. Tengan en cuenta de que los canalizaré con aquellos que se han ganado la beca de esa forma para que tengan la informacion de primera mano. De la misma manera, pueden dejarle comentario a Vic en su blog, y seguramente él les podrá responder mejor.

Mayo, y la otra cara de los 10 años

No es que le tenga un cariño especial al mes de mayo, pero al menos en lo que va del de este año se ha tornado “relajante”.

Cuando menos acordé, ya había terminado abril, y con eso me di cuenta que no había escrito nada en el blog en un buen rato. Cierto es que el escrito de los 10 años me llevó tiempo, y que no voy ni a la mitad de la siguiente entrega de “los años maravillosos”, pero aunque no me desconecté y seguí viendo y respondiendo comentarios, de repente si me di una escapada de la realidad.

Ahora que estuve hospitalizado, me dijeron que básicamente le tengo que bajar al estrés. Lo que no me explicaron fue cómo hacerlo en una sociedad como ésta y en un trabajo como el que tengo… menos con una personalidad como la mía. Verán: me pasa lo que a muchos investigadores les ocurre durante un tiempo: cuando no estás haciendo algo referente a tu área, léase “otro trabajo”, “diviertiéndote”, “saliendo con tus amigos” o simplemente “relajarte”, sientes que es tiempo perdido (en serio) y que podrías estar aprovechándolo en investigar más, en intentar otro experimento, en aprender algo nuevo. Todo con exceso es malo, muy sabias palabras. Por supuesto que me doy mis tiempos y mis escapadas, y tengo mis prioridades, pero últimamente mi deseo de que un día tenga 48 horas como mínimo se ha tornado mucho más grande (y si se cumpliera, seguro no me alcanzaría el tiempo).

En estas 2 semanas que van del presente mes creo que he aprendido y hecho mucho más que desde que llegué a la capital nipona. Falta también muy poco para liberarme por completo de compromisos adquiridos cuando trabajaba en Fukuoka, y siento que vienen muchas oportunidades.

Como saben, he pasado ya una década en esta parte del mundo, y aunque trato de estar al día con lo que sucede en mi país, hay cosas que simplemente se te olvidan porque ya no interactúas directamente con la sociedad; además, siendo Japón un país con una cultura y una forma de vida tan diferente a la de muchos otros países, vivir aquí por tanto tiempo hace que, forzosamente, te acostumbres a moverte al ritmo requerido. Explico:

Para mí ya es común tener siempre la razón cuando voy a un establecimiento o me proporcionan un servicio, simplemente porque soy “el cliente”. Es también normal que el transporte público sea eficiente (y los japoneses pierdan TODO el respeto y pasividad si se trata de subir a un tren repleto de gente con tal de llegar temprano al trabajo) y (lamentablemente) que no haya excusa de “se me fue el camión” cuando uno llega tarde a sus labores.  Asimismo, el hecho de ver gente que su única vida es el trabajo y que no quieren salir de él ni convivir porque muchas veces no saben cómo hacerlo, se ha convertido en algo cotidiano. De la misma manera, ver cómo los padres ocupados envían a sus hijos a la escuela esperando que sean los profesores quienes los eduquen mientras ellos no están, y que gasten un dineral en enviarlos a escuelas vespertinas/nocturnas para que “estudien más” y puedan ser admitidos a las primarias, secundarias y preparatorias necesarias para tener posibilidad de ingresar a una universidad de renombre con lo que asegurarán su futuro aunque salgan sin saber mucho es una imagen que ya no tiene nada de raro (pero con la que no necesariamente concuerdo). También ver cómo el matrimonio es más como “algo que tienes que hacer” en vez de “algo que quieres hacer” y que valga más ser una mujer divorciada a una soltera (o para algunos “quedada”) entra a la mente sin problemas después de una buena bombardeada de publicidad y una buena lavada de cerebro por parte de los medios de comunicación. ¡Ah! Y cómo olvidar el hecho de que es “normal” y “comprensible” que vayas a los lugares donde te ayuden (con dinero de por medio) a sacar tu estrés sexual si no tienes novia…

En fin. El párrafo anterior es para poner en perspectiva lo que uno ve, vive y capta de este lado del mundo. Pero, ¿qué pasa en otros lugares? ¿Han cambiado tanto las cosas en estos 10 años? ¿La sociedad se mueve diferente a como yo la recuerdo en 2003?

Se oye exagerado, pero permítanme ejemplificar lo que intento comunicar:

Hasta 2003, recuerdo que (al menos en mi rancho) todavía censuraban las palabras altisonantes en radio y televisión. Canciones como “Gimme the Power” de Molotov eran editadas para poder ser transmitidas; incluso personajes como Brozo “medían sus palabras”. No, no es que yo sea de la vela perpetua ni que me espante que ahora se diga de todo, pero me intriga saber en qué momento cambió todo.

Como referí arriba, no es que esté completamente perdido ni fuera de la jugada. Sólo me gustaría leer si ustedes han notado cambios en los últimos 10 años, y de ser así, cuáles y más o menos cuándo lo notaron.

Agradezco como siempre sus comentarios 🙂

 

Kaopan (顔パン), o cómo se tergiversa la información aun en estos días

Quienes estén dentro del mundo de las cosas japonesas ya se van a saber ésta:

Akiba blog (アキバBlog) publicó el 13 de febrero la noticia del inicio de ventas de un libro de fotografías llamado “かおぱん” (Kaopan), en el que se muestra un ambiente hipotético: ¿qué pasaría si las chicas de preparatoria se pusieran pantaletas en la cara? 

 

El libro muestra a las chicas realizando actividades de un día cotidiano (ir a la escuela, actividades escolares, actividades después de clases, regreso a casa y dormir) con pantaletas en su cara… Cada quien sus fetiches, ¿cierto?

Hasta aquí todo bien. El punto tratado aquí es que en algún momento alguien se perdió en la traducción, y algunos medios reportaron que esto estaba de moda en Japón. Yo escuché la noticia en la radio de México, y cuando lo hice inmediatamente solicité la fuente para corroborar que todo era falso. Estar viviendo en Japón por casi 10 años te da una muy buena visión de lo que es la sociedad y de lo que considera tolerante o no.

Kotaku publicó la noticia correctamente: un libro de fotografías, alusión al súper héroe “変態仮面” (Hentai Kamen) y a la salida de la película en abril (abajo anexo el tráiler). De ahí, la noticia se fue a Buzzfeed, y creo que el título de ese artículo fue donde la noticia se comenzó a distorsionar: “Wearing Women’s Panties On Your Face Is All The Rage In Japan”. No obstante, el artículo no menciona que sea una moda. De ahí brincamos a MSN Now, en donde el artículo menciona que es raro ver una tendencia como ésta. Y nada más vean la joya que publicó The Inquisitr. Los comentarios de esa nota inmediatamente desmienten su contenido, pero cuando algo suena llamativo, ¿quién lee los comentarios?

はちま起稿(Hachima Kikou) primero reportó el artículo de Akiba Blog como una noticia más de las que suele escribir, pero después publicó que en el extranjero se reportó que era una moda entre las colegialas usar pantaletas en la cara, y hace mención al artículo de MSN Now. Hachima Kikou solamente hace una mención: “¡Esto no es una moda!“.

La liga que el locutor me pasó como su fuente es una nota en Publímetro. La nota está en español, dice que “lo nuevo en el país asiático es que las mujeres usen calzones femeninos sobre el rostro”. No mencionan ninguna fuente de donde tomaron o se enteraron de la noticia.

¿Qué pienso de todo esto?

Primero que nada, aplausos al locutor por siempre estar abierto a correcciones y mencionar al aire que, efectivamente, esto era un error. Nada que ver con lo que pasó con TV Azteca hace un par de años, con lo del terremoto y tsunami de este lado del mundo.

Segundo, me sorprende que aun en nuestros días todavía se pierda o distorsione información de esta manera. La imagen que se tiene de países diferentes a la patria de cada persona siempre es diferente de la realidad (por algo muchos japoneses todavía se imaginan a México como un gran desierto, con cactus por todos lados, y a todos sus habitantes usando sarapes o ponchos y sombrero), pero con acceso a tanta información es sorprendente que este tipo de cosas sucedan. Más o menos lo mismo que pasó con el artículo “Futoji no Henko: cambio revolucionario“.

Por último, y aclarando que no es ataque sino crítica, este tipo de cosas pueden parecer “divertidas” o “inofensivas”, hasta que desembocan en algo como las traducciones inventadas por TV Azteca en las entrevistas realizadas a damnificados del terromoto/tsunami del 2011. Los medios deben tomar más seriedad al momento de reportar algo, y nosotros como consumidores de esa información siempre debemos mantener una posición crítica ante lo que nos transmiten.

Me despido. Voy a ver si encuentro a una colegiala usando sus pantaletas en la cara 😛

El tráiler de la película HK (Hentai Kamen):

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=NNU83D1r77c[/youtube]

 

Se queman solos – ¿Mal servicio?

Es una noticia que ya tiene tiempo, pero gracias a Alfonso (@ponchobalandra) me di cuenta de ella:

El servicio postal de Japón tiene en su página un aviso respecto a la correspondencia aérea que se envía a México:

 

(Fuente: http://www.post.japanpost.jp/int/information/2011/0128_en.html)

Para quienes no leen inglés: básicamente la oficina de correos japonesa explica que hay retrasos en el envío de correspondencia a México, en todos los tipos y en todas las formas de envío; agrega también que le están pidiendo al servicio postal mexicano que mejore rápidamente esta situación.

Cuando dejé México hace casi 10 años, el servicio postal era malo; lo único que llegaban a tiempo eran los recibos de teléfono, luz y agua, y a veces ni eso. También una buena amiga (Guolquen) me contó una vez que envió una carta de la parte norte del DF a una dirección en el sur y que tardó un mes en llegar. 10 años después esperaba que hubiera alguna mejoría en el servicio (que quizá la haya), pero viendo que hasta en Japón mencionan lo que uno ya sabía desde hace más de una década, no quedan muchas esperanzas.

¿Se valdrá decir que “ojalá que mejoren pronto”, o de plano pido demasiado?

Futoji no Henko (太字の変更): “Cambio revolucionario”

A principios de 2012 apareció (o al menos fue la primera vez que lo vi) un correo cadena que mencionaba que en Japón se está probando un programa piloto en el sistema educativo y que es totalmente revolucionario. Lo pintan como un sistema cerca al ideal, y mucha gente se pregunta si es en realidad cierto o no todo lo que se menciona en él.

Hoy por la mañana, recibí un correo de un amigo y persona que respeto mucho, en el que me anexaba una presentación de Power Point que fue creada con el mismo contenido que el correo ya mencionado, y me preguntó si era verdad lo que ahí se mencionaba. Aunque a él ya le respondí directamente (y aprovecho para mandarle un gran saludo), me tomé la libertad de usar parte de la respuesta para ponerla aquí, y es como sigue:

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¡Feliz 2013!

El año de la serpiente

Ha comenzado un año nuevo; bajo el calendario chino, este 2013 es el año de la serpiente (en japonés: 巳年,みどし midoshi).

Se fue el año del dragón, uno de los más difíciles que he tenido desde que recuerdo. Comienza una nueva aventura. ¡Y no se acabó el mundo! 😛

2013 representa una fecha especial ya de entrada: hace 10 años, en abril de 2003, llegué por segunda vez a tierras japonesas. Faltan unos meses para el “aniversario”, pero vaya que haber llegado hasta aquí es algo que nunca había pensado.

¿Cómo recibí el año? En casa, con mi familia por acá, viendo TV. En Japón hay un montón de programas especiales estos días. El que vi por completo fue ガキの使い, aquel en donde los que salen no deben reirse, sin importar lo que pase. En Youtube hay un montón de videos como éste:

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=a-y62fO3Z8A[/youtube]

Recibí el año de forma tranquila, la mejor manera de iniciar un periodo de tiempo que traerá nuevos retos.

De mi parte, reciban un fuerte abrazo y mis mejores deseos para estos 365 días. Y como siempre, muchísimas gracias por leerme.

Para terminar, les dejo a Miku-chan, en su versión del año de la serpiente:

Tierna como siempre




El 2012 en un kanji

Ha llegado ese momento en el que describo cómo fue mi año usando un kanji.

Este año hice propósitos. En lo personal, creo que los cumplí, aunque no en el nivel que quisiera. Al menos sí subió mi nivel en Tekken, e hice lo posible por escribir al menos 2 posts por mes. Pero entre los logros más importantes de este año hay 2 que destacan:

Por supuesto que otro sueño se cumplió este año 😀

El balance en general fue mucho mejor de lo que yo pensaba; la situación hace un año estaba realmente mal y buscaba desesperadamente una salida. Gracias a los acontecimientos acaecidos, para agosto/septiembre de este año ya tenía decidido qué kanji escogería para reflejar cómo me fue:

 

El kanji tienes las lecturas よみがえ(yomigae) y そ(so). El significado es “resucitar”, “volver a la vida”, “resurgir”. El verbo completo es 蘇る(よみがえる, yomigaeru).

Hasta el año pasado, se habían repetido kanji que expresaban que me había ido mal. Ciertamente este año también tuvo sus altibajos, pero el balance general fue, como ya lo he expresado, mucho mejor de lo que pude haber imaginado. Y en lo que respecta a los sinsabores del año que termina, lo que hay que hacer es tomarlo como experiencia. Como diría un buen amigo panameño: “Todo esto es escuela”.

Por cierto, el kanji de este año en Japón fue (きん,kin). Significa “oro”, “dorado”, “dinero”. Se supone que el kanji refleja el aspecto de la vida de la nación y de lo más importante y relevante ocurrido durante ese año. En 2011 fue 絆, (kizuna, “unión”, “liga”), en relación al sentimiento de todo el país ante el terremoto del 11 de marzo. En 2010 fue 暑, (atsu, sho, “calor”) debido a las altas temperaturas registradas. Entonces, ¿por qué 金?

  • La cantidad de medallas de oro obtenidas por Japón en las olimpiadas de Londres es la más grande en la historia del país. Medalla de oro = メダル
  • El premio nóbel de fisiología o medicina obtenido por Shinya Yamanaka por el descubrimiento de que células maduras pueden ser convertidas a células madre. Un trabajo excepcional que deja resultados sorprendentes se dice 字塔 (kinjitou).
  • El eclipse anular de sol del 20 de mayo. Eclipse anular de sol en japonés es 環日食 (kinkannisshoku).
  • La finalización y apertura del Tokyo Skytree (la torre más alta del mundo), el aumento al impuesto al consumidor (lo que sería el I.V.A en México) y varios acontecimientos mayores que tienen que ver con movimiento de dinero.

La tradición de “el kanji del año” comenzó en 1995. Ésta es la primera vez que un kanji repite, ya que en 2000 también 金 fue elegido. Como agregado cultural, aquí está la lista de kanji que han sido escogidos cada año.

Se acaba el año del dragón (辰年, tatsu-doshi), y está por comenzar el de la serpiente (巳年, mi-doshi). Vendrán cosas mejores, estoy seguro. Por lo pronto: ¡a celebrar la llegada del nuevo año!

 




Esta noche es nochebuena

Miku-chan les desea feliz navidad

24 de diciembre.

Seguramente en México ya están todos listos para celebrar (y algunos quizá ya comenzaron los festejos desde antes) la Navidad de este año; y si se portaron bien, Santa Claus, el niño Dios, los reyes magos, <inserte aquí su personaje típico de navidad> quizá los visiten y les traigan lo que hayan pedido. Después de todo, fueron niños buenos, ¿no es así? 😛

Este año será una navidad diferente para mí. Si de por sí la fecha ya es importante (sin meter mercadotecnia, regalos o similares), la de este año tiene un sabor especial. Cierto es que a todos nos gusta recibir obsequios este día, pero conforme pasan los años, y el dinero ya no te ajusta, valoras mucho más el hecho de estar rodeado de gente que te quiere, te apoya y está ahí para ayudarte cuando lo necesitas.

El año pasado les comentaba el significado de la navidad por estos lares. Justo comentaban en Twitter hace rato que los japoneses en estos momentos andan deseando feliz Navidad a todos pero en año nuevo van a ir a visitar el templo budista/shintoísta. Si le preguntan a los japoneses respecto a eso, la mejor respuesta que van a recibir es que “a los japoneses les gusta festejar lo que sea”, y cualquier situación es buena. Bueno, mientras se la pasen bien (y las parejas mucho mejor esta noche :P) cada quien sus creencias.

Ayer, en una plática que terminó durando poco más de 3 horas, relataba algunos de los sucesos que viví en Navidad cuando estaba chico. Dicen que recordar es vivir, y aunque hay algunos pasajes que no recuerdo con tanta alegría, por lo general todos los años eran especiales, más aún porque siempre las reuniones eran en la casa de mis abuelos maternos (q.e.p.d.) y el árbol que solía adornar la sala en donde mi abuela se sentaba a tejer mientras veía la tele era, en ese entonces, algo majestuoso para mí.

He de confesar que nunca fui afortunado con los regalos. Recuerdo una vez que unos tíos llegaron con un carrote (de juguete) de regalo para uno de mis primos. Tendría yo unos 6 años cuando mucho. Al ver que a él le daban y que yo no recibía nada, solté el llanto. Quién sabe cuánto lloré, que lo siguiente que recuerdo es que alguien le dio dinero a mi mamá para que me llevara a la farmacia cercana (que era el único lugar abierto ese día a esa hora) a comprarme algo para que no me sintiera mal. Ni se diga en los pocos intercambios que hubo. Sí sí: se supone que el sentimiento es lo que cuenta, pero a esa edad cuando das un “sentimiento” que te costó una buena parte de tus mesadas, esperas algo similar a cambio. Sinceramente, le perdí el gusto a los intercambios… tengo mucho que no participo en uno.

Una vez en la secundaria entré, voluntariamente a fuerzas, a un intercambio entre varios grupos. Al niño que me tocó regalarle le compré unos Walkman (obviamente no de marca, pero sí me costaron justo lo de la cantidad estipulada). ¿Qué recibí a cambio? Nada. Se equivocaron en los papeles y pusieron a alguien 2 veces… yo nunca estuve en la lista y los compañeros no eran de lo más generoso que hay en este mundo…

En otra ocasión, ya en uno de mis trabajos formales mientras estaba en la universidad, hubo también intercambio en la oficina (de a wiwi). Si mi memoria no me falla, a la persona que me tocó le compré una mega agenda que casi casi quería para mí, sabiendo de antemano que era algo que esa persona necesitaba y quería comprar. ¿Qué me tocó a mí? Una fantabulosa hebilla. Resulta ser que “le toqué” a un recién ingresado a la oficina, y como buen samaritano, nunca se le ocurrió preguntarle a nadie qué tipo de cosas me gustaban. Una simple pregunta le hubiera generado un montón de respuestas del estilo “videojuegos”. Ya si me hubiera regalado, no sé, el título más malo que había en ese momento, al menos la intención habría contado. Huelga decir que nunca la usé, ni siquiera una vez, y no porque no me gustara, sino porque el tipo de fajo que tenía en ese entonces no era de hebilla intercambiable, y nunca he sido tampoco alguien que le gusta estar comprándose ropa o accesorios cada que tiene oportunidad.

Ya. Me siento más tranquilo habiendo sacado esas “espinitas” 😛

Con todo, sigo con la firme idea de que el sentimiento que se abriga en estas fechas debería estar siempre presente en cada uno de nosotros.

En fin. Mientras las familias japonesas disfrutan su pollo de KFC y su pastel, yo me preparo para ir mañana al trabajo. Unos días más y tendré una semanita de vacaciones, en la cual no saldré a ningún lado, pero tendré un poco de tiempo para ponerme a jugar un par de títulos de PS3 que compré cuando todavía vivía en Fukuoka y todavía ni los toco. ¿El estudio? Sí, ahí está, pero creo que, al menos por una semana, puede esperar.

メリークリスマス!

 




Actualización – diciembre 2012

Como ya he comentado en el escrito anterior, no estaba perdido.
Con eso de que falta muy poco para que “se acabe el mundo”, estaba “haciendo preparativos”. Lo malo es que no especifican si el 21 de aquí o el 21 de la tierra maya. 😛

Dejando las bromas de lado, estas últimas semanas he estado tomando las cosas con mucha calma. Mi situación laboral no es mala, pero ciertamente podría ser mejor; aprendo a controlar eso. Luego, estuve en ese periodo en el que al llegar a la casa lo último que quiero hacer es prender la computadora. Llegaba a leer algo, a intentar descansar, y de vez en cuando a jugar en Tekken en la PSN. Sin embargo, el jueves pasado me asusté porque, después de una sesión de poco más de una hora en el PS3, al ir al futón e intentar leer algo, por primera vez en mi vida veía las letras borrosas y me costaba trabajo enfocarlas. Pensé: “Así que va siendo hora de usar lentes…”. No es que me espante usarlos, simplemente es un objeto que nunca he necesitado, y por ende me salió el “orgullo” de querer quedarme así como estoy. Pero todo volvió a la normalidad después de un buen descanso.

Asimismo, en este tiempo he recibido varias preguntas respecto a viajar o trabajar en Japón. Sé que debo responderlas y me disculpo ante quienes las formularon, pero después de meditarlo un poco creo que es mejor contestar esas preguntas para todos y no nada más para sus autores. De esa manera, la información queda disponible para tratar de ayudar a quienes en un futuro tengan la misma incógnita. En corto: actualizaré la páginas de “preguntas frecuentes”.

Hace 2 semanas tembló por acá; a mí me agarró en el trabajo (5to. piso de un edificio), y como duró un buen rato, yo ya estaba agarrando mi kit de emergencia y metiéndome abajo del escritorio. Algunos pensarán que exagero, pero cuando sientes que todo se mueve y no para, uno hace preparativos para lo que pueda suceder. Lo que nomás no termino de asimilar es que en medio del temblor llega una de las jefes con la persona sentada enfrente mío y le dice “pues disculpa que venga mientras está temblando, pero necesito que a este documento le hagas esto, y esto, y le cambies aquí, por favor”. Yo me quedé con cara de WTF! Lo primero que te dicen que hay que hacer en caso de un terremoto es resguardarte para evitar heridas por los objetos que se puedan venir abajo, pero la realidad es que los japoneses se quedan con la idea de que no va a pasar nada y le dan prioridad a otras cosas. No recuerdo si ya lo comenté en el blog, pero en el trabajo anterior (del que hablé en “Luz” y al que me ha dado por nombrar “el infierno“) me dijeron que cuando ocurrió el temblor en marzo del año pasado, lo que hicieron muchos fue agarrar sus monitores para que no se cayeran del escritorio… Simplemente increíble.

También durante estas semanas de ausencia en el blog tomé un tiempo para reflexionar un poco. Leí una entrevista que le hicieron a Larry Page en donde menciona que “es su personalidad nunca estar satisfecho con nada”, y aunque sé que no es la única persona que piensa así, ver su opinión en ese momento reafirmó que soy de la misma calaña. No es fácil ser así, y siempre hay momentos en donde pones las cosas en perspectiva y te preguntas si vale la pena seguir viendo hacia adelante en vez de sentarte a disfrutar lo que tienes en ese momento. Cierto: hay “trade-off”, y quizá lo más difícil para mí ha sido tener que bajarle a algunas cosas (y en lagunos casos desprenderme de otras) para darle prioridad a lo que creo que lo merece. No me arrepiento de las decisiones tomadas hasta el momento, pero siendo sincero, sí extraño ese tiempo que solía tener para dedicarle a asuntos que me llaman la atención.

Hay algo que sí me molesta mucho: que te quieran imponer una serie de actividades y que te quieran obligar a dejar muchas otras solamente por tu edad; porque “no va contigo”. Especialmente de este lado del charco esa tendencia es muy marcada, y para nada comulgo con ella. Por mucho que nos parezcan raros los gustos y las actividades de una persona, nadie tiene la facultad de juzgar a otro solamente por no entrar en los estándares, algo que en Japón es el pan de cada día debido a su homogeneidad. Sí, tengo 34 años ya, pero eso no quiere decir que tenga que dejar de ver cosas que me gustan ver o de escuchar cosas que me gustan escuchar sólo porque “ya tengo cierta edad” o porque “ya estoy grande”.

En fin. A mis 34 primaveras y con nuevos bríos, sigo mi camino. No voy a decirles que no me preocupa lo que el futuro pueda traer y los giros que mi vida vaya a tener de ahora en adelante, pero ya con un poco más de calma y casi totalmente recuperado de la fatídica experiencia del infierno, poco a poco vuelvo a ser el mismo de antes: miedo no, sentimiento de aventura sí. Y vaya que necesitaba recuperar eso.

¡Ah! Antes de que se me olvide: ya se pueden “suscribir” a los comentarios de un post, por si preguntan algo y respondo directamente puedan darse cuenta.

Ya se termina el año y ya ha comenzado el maratón Guadalupe-Reyes. Hay mucho por qué echarle ganas 😀 Y por si ya no puedo poner nada antes del 21 diciembre:

¡Feliz fin del mundo! 😛