Lo que tienes que saber sobre Japón si vienes a vivir aquí

Hace algunos años escribí una mini guía de algunos de los puntos que creo que toda persona que va a visitar Japón debería saber. Útil para algunos, totalmente X para otros, pero al menos no me quedé con las ganas de exponer esos puntos

Este escrito me tomó mucho, pero mucho tiempo compilar, especialmente al momento de decidir qué información poner aquí, ya que, aunque definitivamente no es una lista exahustiva, al menos quiero que se tome como una guía inicial de los detalles que creo que la gente debería tener en cuenta para poder prepararse una vez que se ha decidido que vivirán de este lado del charco.

Como siempre, recuerden que esto no es la verdad universal: úsenlo como guía, lean las opiniones de otras personas y sitios, y saquen sus propias conclusiones. Lo escrito aquí está basado en mi experiencia, tanto como cuando estaba soltero y era estudiante como ahora que tengo familia y soy una persona “económicamente activa”.

Me enfoco principalmente en México. Algunos puntos también aplican para otros países, pero en otros tendrás que investigar por tu cuenta si es posible o no para tu país (como el de la licencia de manejo).

¿A partir de cuánto tiempo en Japón puedo considerar que “viviré ahí”?

Yo diría que lo que aquí se describe es para quienes van a quedarse en Japón por lo menos un año. Obviamente, si alguien viene por 9 o 10 meses, varios de los puntos también pueden ser útiles.

Antes de venir a Japón

Si ya es un hecho que vas a venir para acá por un período mínimo de un año, entonces hay varias cosas que te convendría preparar desde ahora con la finalidad de hacer tu vida por acá un poco más flexible.

Estudia japonés

Puede sonar muy obvio, pero te sorprendería saber el número de personas que creen que pueden venir a Japón y vivir hablando solamente inglés. Pero para ser sincero, la imagen de que los japoneses hablan inglés es mucho más común de lo que se podría pensar, e incluso yo fui uno más que así lo creía.

En varias ocasiones he mencionado que el “coco” de los japoneses es el inglés debido a que sienten que deberían hablarlo más al haberlo estudiado durante 6 años (3 en secundaria, 3 en preparatoria), y las academias de inglés en Japón hacen un súper negocio de eso. De ahí que para los angloparlantes exista la opción de venir como profesores de inglés. Sin embargo, el problema del inglés en Japón no es la cantidad de horas invertidas en el estudio sino la calidad y el tipo de estudio que realizan: los japoneses estudian muchísima gramática y son relativamente buenos leyendo, pero hasta ahí. Su estudio se basa en resolver problemas de examen, y pasan poco, o mejor dicho, nada de tiempo practicando conversación. De ahí que los japoneses intenten comunicarse en inglés cuando ven a un extranjero, y personalmente creo que de ahí nace la idea de que lo hablan.

Ahora bien: es técnicamente cierto el hecho de que se puede vivir en Japón sin saber japonés. Cuando tenía poco tiempo de vivir en Iizuka conocí a un post-doc de la India que, en ese entonces, tenía una década viviendo en Japón, y no sabía ni hablar ni leer el idioma. Hablo de alguien que vivía en el campo japonés, no en una gran ciudad como Tokio en donde sería más llevadero vivir sin japonés. El sujeto era bueno en su área de investigación, pero para cualquier cosa que fuera de la vida cotidiana fuera de la universidad siempre dependía de terceros. Éste es el punto que quiero poner a discusión.

Vivir en Japón sin hablar japonés significa que vas a depender de alguien para prácticamente todo, y eso conlleva a que te tienes que adaptar al horario y disponibilidad de la gente que te quiera echar la mano. Para los primeros días o meses tener a alguien así es una gran ayuda, pero si eso se transforma en algo a largo plazo termina siendo inconveniente para ambas partes.

La siguiente es una lista, no exhaustiva, de las situaciones cotidianas en donde vas a usar japonés.

  • Sistema nacional de salud
  • Sistema nacional de pensiones
  • Apertura de cuentas bancarias
  • Reclamación por algún producto defectuoso
  • Contratación de servicios básicos (luz, agua, gas, teléfono, internet)
  • Impuestos
  • Entretenimiento en general

Mención aparte merece la atención médica. Arriba mencioné el sistema nacional de salud, pero no incluye el hecho de ir al hospital y explicar exactamente qué o cómo te sientes, y a menos que vayas a un hospital como la American Clinic in Tokyo o similares, todo va a ser en japonés.

Cualquier cosa que puedas estudiar de japonés antes de venir puede ser una gran diferencia. Si nada más tienes un mes antes de dar el brinco, aprovéchalo. Te podrá parecer poco, pero de seguro algo de lo que puedas aprender en ese tiempo te va a ser de mucha utilidad una vez que estés radicando por acá.

En resumen: vas a vivir en otro país. Es tu obligación aprender su idioma, y no es la de ellos ajustarse a todos los diferentes idiomas de los migrantes.

Estudia español

No me equivoqué. Es un consejo 100% real.

Al ser extranjero, es muy probable que la gente con la que vayas a convivir te pida que les enseñes español, o ellos mismos correrán la voz de que un mexicano ha llegado al vecindario y te lleguen propuestas para enseñar el idioma, sobre todo si llegas a un área muy rural. Sin embargo, por muy obvio que sea mencionarlo, no es lo mismo hablar un idioma a enseñarlo; y por tanto, es una buena idea repasar al menos los conceptos básicos de español para estar mejor preparado por si eso sucede.

No te voy a alegar que puedes estudiar o repasar los conceptos una vez estando acá, o que es lo último que pensarías entre tantas cosas que tienes que hacer para dar el brinco. Sin embargo, no está de más tener presente este punto aun si ya estás en Japón.

El punto a exponer aquí es que muchos creemos que por ser hablante nativos es fácil explicar los conceptos de nuestro idioma a personas que crecieron con una lengua totalmente diferente, en la que pueden no existir nociones que nosotros manejamos comúnmente. Además, al estar al frente de un grupo, por informal que éste sea, es tu responsabilidad enseñar correctamente, independientemente de si tu grupo nunca pasa del “¡Hola! ¿Cómo estás? Mi nombre es fulanito…”. Estoy seguro que en algún artículo del blog mencioné el caso de un amigo que tenía clase de español y que les había enseñado a sus alumnos que las mayúsculas no se acentúan. Imagínense la sorpresa cuando me comentaron eso, siendo yo siempre tildado de “talibán ortográfico”. Tampoco es pretexto decir que “eso no importa” o “casi nadie se fija”. Independientemente de la finalidad que cada persona tenga al estudiar un idioma, la idea es enseñarlo correctamente, y quizá después, la mención de que a mucha gente realmente no le importa pueda tener lugar.

Enseñar español puede ser una entrada de dinero que bien te puede servir para darte algún gusto, o si estás pensando en entrar como profesor a alguna de las academias que ofrecen español entre los idiomas que enseñan, estar mejor preparado para el rol aumentará las probabilidades de que seas elegido para el puesto.

Otra ventaja al repasar conceptos de nuestra lengua es que estarán mucho más frescos para cuando estés estudiando japonés. Esto te puede ayudar mucho a comprender algunos conceptos de la lengua nipona. Por ejemplo, si recuerdas qué es el objeto directo de una oración te puede ser más fácil entender una de las funciones de la partícula を.

Aprende a cocinar

Oh sí. Aunque en este momento seas alguien como yo, al que prácticamente se le quemaba el agua y no podía ni hacer unos tristes huevos revueltos, es mejor que comiences a aprender a cocinar. “¿Por qué?”, seguramente te preguntarás, y yo te respondo con 2 razones importantes:

  • Ahorrar dinero. Contrario a venir de turista, vas a pasar un buen tiempo por acá (o incluso aquí te vas a quedar a vivir para siempre), por lo que cualquier cosa en la que puedas ahorrar debería ser tomada en serio. Es cierto que puedes comer en Japón con aproximadamente 300 yenes por comida, pero no esperes un manjar ni nada nutritivo. Una comida relativamente decente en, digamos, un comedor, mínimo te cuesta 500 yenes, y de ahí para arriba, pero a menos de que tengas muchísima suerte para vivir cerca de uno (son restaurantes, pero la selección de comida que ofrecen es limitada) o estés dispuesto a comer las tres comidas ahí, la realidad es que puedes comer mejor y todavía ahorrar algo de dinero si aprendes a cocinar.¿No sabes cocina japonesa? ¡No importa! El chiste es que tengas las bases para poder cocinarte algo relativamente “común”, y ya estando acá aprendas cocina japonesa si realmente te interesa. Ten en cuenta que abrir una caja de cereal y echarle leche no cuenta como saber cocinar. La idea es que te vayas al supermercado, compres cosas para tener en un refrigerador y cocines tanto como tu tiempo y fuerzas lo permitan. Créeme que en comidas gastas un buen de dinero, por lo que cocinar se convierte en una gran ayuda para tu economía.
  • Oportunidad para mostrar y enseñar la cocina de tu país. Voy a enfocarme en México por obvias razones, pero aplica para cualquier país.Seguramente alguien alguna vez te pedirá que le enseñes cocina mexicana; incluso habrá eventos en los que puedas participar poniendo un puesto de comida. El caso es que cocinar te abre algunas puertas que de otra forma ni te darías cuenta. Yo, que de plano ni sabía nada de cocina, fui invitado varias veces a clases de cocina en la comunidad donde vivía en Iizuka para enseñar cómo hacer tacos; un amigo cubano fue a enseñar cómo cocinar caldosa sin saber si quiera cómo se preparaba. A veces esas invitaciones son como voluntario, pero a veces también hay alguna pequeña remuneración que seguramente caerá bien en tu bolsillo.

No necesitas convertirte en un súper chef; simplemente sé capaz de cocinar lo básico. Te ayudará mucho por este lado del mundo (y cualquier lugar al que vayas, no nada más Japón).

Saca tu licencia de conducir

Si puedes sacar tu licencia de conducir al menos 3 meses antes de venir a Japón, hazlo a la de ya. No, no puedes manejar en Japón con licencia mexicana, pero sí puedes hacer el cambio a licencia japonesa si tu licencia fue expedida en México al menos 3 meses antes de tu llegada a Japón.

¿No piensas manejar por acá? No importa. La licencia de manejo es una identificación oficial en Japón, por lo que puedes mostrarla en lugares en donde te pidan una sin necesidad de mostrar tu tarjeta de residente (la cual solamente la policía y migración te pueden pedir que muestres).

La licencia toma más importancia si vas a venir a una ciudad no tan grande, porque las distancias en el campo japonés son más grandes, y en algunos casos sin carro realmente no te puedes mover mucho. Independientemente de si te haces de un vehículo por acá o de si rentas uno de vez en cuando para ciertos eventos, tener licencia de conducir japonesa te da esa posibilidad como “bonus”.

Obviamente no es nada más llegar y decir “quiero mi licencia japonesa”. Necesitas pasar por un proceso para obtenerla, pero el costo del mismo es mucho menor que los 270,000 o 300,000 yenes que tendrás que desembolsar si quieres sacar tu licencia de manejo en Japón. En mi caso yo gasté en total alrededor de 25,000 yenes, reprobando una vez el examen de manejo.

Medicamentos

Si estás bajo algún medicamento controlado, asegúrate de traer recetas o documentos que avalen que lo necesitas si es que piensas traértelo desde México.

Japón es extremadamente estricto con este tipo de situaciones y aunque un medicamento sea perfectamente legal en México y no necesites nada para poder cargarlo de un lugar a otro, en Japón eso se puede convertir en una pesadilla.

Ante cualquier duda, mejor estar prevenido. Pídele a tu médico que te dé comprobantes o documentos de las medicinas que te receta y explícale que probablemente serán necesarios al momento de entrar en Japón.

Condiciones médicas especiales

Si padeces de alguna enfermedad crónica, rara o especial, así como de alergias, asegúrate de saber al menos cómo se dice en inglés. Si tienes la suerte de estar cerca de un hospital donde haya personal que entienda inglés, eso te saca del apuro; si no, al menos saber decir lo que tienes en inglés le da a los doctores la oportunidad de buscar el término en japonés. Esto es independientemente de si alguien que hable bien el idioma te acompaña al hospital: muchas veces los nombres de enfermedades o vocablos muy técnicos o especializados son totalmente desconocidos por hablantes nativos, y si no sabes explicar qué tienes, más difícil será que te den una atención apropiada.

Revisa tus cuentas bancarias

Puede sonar tonto o hasta demasiado obvio, pero si te vas a pasar un buen rato por este lado del charco hay algunos puntos que deberías prever:

  • Si vienes de forma “temporal”, es decir, sin planes de quedarte a muy largo plazo, nada más asegúrate que tu banco te permita sacar dinero del extranjero.
  • Aunque puedes hacer depósitos desde acá, ten en cuenta que el proceso no es sencillo, además de que te van a cobrar una buena comisión por llevarlo a cabo. Si necesitas realizar pagos en México mientras estás acá, considera pedirle el favor a alguien de confianza en caso de que no puedas hacer pagos con servicios como PayPal.
  • Se puede enviar dinero a México por Western Union. Nada más revisa si hay alguno cerca del lugar de Japón en el que vas a vivir.
  • Si tienes incierto si vas a regresar o no, o de plano no tienes fondos o no estarías haciendo movimientos en tus cuentas, consideras cerrarlas en caso de que tu institución bancaria te cobre por manejo de cuenta. Lo mismo con las tarjetas de crédito. Lo mejor es preguntar y pedir consejo directamente en el banco, pero no está de más tenerlo en la mente porque luego eso te puede causar dolores de cabeza. Yo cancelé mis 2 tarjetas de crédito que tenía en México cuando me vine para acá. En ese entonces la idea es que regresaría en 2 años. Dejé varias de mis cuentas de banco abiertas, pero con fondos casi nulos. Años después el cajero me retuvo la tarjeta una vez que regresé a México y tuve que ir a cerrar la cuenta porque sencillamente ya no la usaba.
  • Puedes sacar cuenta de banco en Japón. De hecho, es casi un hecho que necesitarás al menos una para realizar los pagos de los servicios básicos, incluída la renta.

Atáscate de tacos y comida mexicana

No debería ser necesario hacer énfasis en este punto, pero a muchos se les pasa por la emoción de brincar el charco:

COMAN TODO LO QUE PUEDAN DE TODO LO QUE LES GUSTE DE LA COCINA MEXICANA.

Podrás traerte algunos ingredientes en bolsas o latas; quizá podrás cocinar algo similar por acá; quizá digas no vas a extrañar la comida porque vas a probar y a deleitarte con la gastronomía japonesa. Sea cual sea tu pensamiento, hazme caso en este punto: nunca vas a poder comparar el sabor que tienes en México con lo que puedas cocinas o comer en restaurantes por acá. Así sea que tengas planeado regresar de vacaciones a México una vez cada año, vas a extrañar la comida de allá.

Confirma dónde vas a vivir: lugar y área

Si vas a venir a vivir al país del sol naciente, quiere decir que sabes de antemano dónde vas a vivir. Sea un domitorio, una casa compartida o un departamento para ti solo(a), trata de investigar lo que puedas del área donde se encuentra, especialmente si vas a vivir en un lugar no tan urbanizado.

Esto lo menciono porque he conocido casos donde la gente se va con la finta de que todo Japón es como Tokio y resulta que van a un lugar totalmente diferente y el choque cultural les pega doble porque no esperaban que el lugar fuera así. Me pasó a mí también: sabía que iba a vivir en un lugar llamado Iizuka en la prefectura de Fukuoka, pero nunca me imaginé que sería una ciudad pequeña ni que viviría prácticamente en el campo japonés.

Otro punto importante de confirmar el área donde vives es para que te vayas haciendo la idea del tipo de transporte que vas a usar. Puede ser que una bicicleta sea necesaria (o hasta indispensable); puede ser que quizá un carro te convenga más, dependiendo de tus necesidades; puede ser que el transporte público sea suficiente para tus actividades cotidianas y que no te cueste trabajo llegar a la estación del tren o a la parada de autobús más cercana.

En Iizuka, para mí tomar autobús dentro de la ciudad era totalmente inútil: la parada más cercana a mi primer departamento estaba a relativamente corta distancia, pero el número de autobuses que pasaba para llevame a la universidad era tan pequeño que me salía mejor irme caminando. Para lo único que realmente me convenía tomar autobús era para cuando quería ir a la ciudad de Fukuoka y no quería ir hasta la estación de tren. El autobús era 180 yenes más caro que el tren y el tiempo del trayecto dependía del tráfico, pero al menos disfrutaba el recorrido.

Si tienes un teléfono (smartphone) desbloqueado (SIM Free), tráetelo

Aunque a final de cuentas es tu decisión si te vas por un contrato con alguna de las 3 grandes compañías telefónicas (AU, DoCoMo y Softbank), ya hay en Japón varias opciones de MVNO que te permiten acceder a las redes de las grandes compañías pero a precios mucho más competitivos. Salvo que quieras venir a Japón y comprar un teléfono acá, si ya tienes un teléfono desbloqueado lo puedes traer, hacer un contrato con una MVNO y continuar usándolo (con un número local, claro).

Renta

Este punto difiere entre quienes ya van a tener dormitorio, departamento o cuarto compartido patrocinado todo (o a medias) por alguna empresa o universidad, pero puede ser útil para ellos también al momento de que tengan que mudarse.

Primero: rentar vivienda en Japón como extranjero es, aunque parezca mentira, todavía muy difícil. Cierto es que los lugares en los que ni siquiera reciben a extranjeros han disminuído, pero eso no implica que el problema haya desaparecido. Yo me enfrenté a él hace algunos años, justamente cuando buscaba mudarme.

El principal problema no son las agencias inmobiliarias, sino los dueños de las propiedades. Generalmente son personas de edad avanzada que, en algunas ocasiones, traen ideas medio anticuadas sobre los extranjeros en Japón, y en otras lamentablemente les tocó lidiar con alguno que o les quedó debiendo o maltrató la propiedad y no reparó los daños, o algún incidente similar, y como por unos pagamos todos, pues… En resumen, hay muchos dueños que no quieren rentar a extranjeros, por razones que van desde lo mencionado arriba hasta algo mucho más trivial como el sentimiento de no poder comunicarse en caso de que algo sea necesario (léase: suponen que los extranjeros entienden muy poco o nada de japonés). La mejor opción en estos casos es que esperar que la agencia inmobiliaria que abogue por ti para intentar convencerlo. No obstante, sí existen agencias que intentan desanimarte a que uses sus servicios si eres extranjero porque se imaginan que tendrán que trabajar extra contigo ya que suponen que no sabes cómo se hacen las cosas en Japón, aunque en otros casos es nada más porque no quieren hacer su chamba. Como ejemplo, pongo lo que me sucedió cuando intentaba mudarme de Higashi Kurume a la ciudad donde radico ahora.

Como muchos de los lectores regulares del blog sabrán, generalmente no hago alarde de mis estudios, de ser doctor, de hablar japonés, etc., pero para efectos de encontrar vivienda, todo eso tiene que salir a relucir para dar una impresión de estabilidad y seguridad. Sin embargo, no fue el caso con la primera agencia a la que fui. Iba con mi esposa y mi hijo todavía en brazos; nos recibieron y  nos trataron bien, y nos llevaron a ver las propiedades que nos interesaban. Sin embargo, cuando regresamos a la agencia para afinar detalles y reducir las opciones a algunas cuántas viviendas, el agente que nos tocó nos dijo, en pocas palabras, que era mejor no hacernos ilusiones porque, al ser extranjero, seguramente nadie nos iba a querer rentar. El agente ni siquiera había preguntado nada a los dueños de las propiedades, sino que fue de su propia cosecha. Luego, de los pocos lugares que nos mostró, casi casi nos dijo que deberíamos decidirnos por el lugar en cuestión porque de otra forma no encontraríamos nada, es decir, que nos teníamos que conformar con lo que nos estaba ofreciendo porque seguramente ya no habría más opciones. No hace falta decir que le dimos las gracias y nunca nos volvimos a parar a esa agencia.

No es que todos los lugares o todos los agentes sean malos, pero de que existen, existen, y encontrarse con ellos puede llegar a desanimar y a tener que cambiar las expectativas que uno tenía respecto a vivienda.

Segundo: una vez que el lugar ha sido decidido, viene el fregadazo del gasto inicial. La regla de dedo para mudarte en Japón es que tomes la cantidad de lo que pagarás de renta y la multipliques por 6, y eso es más o menos lo que se tiene que desembolsar. No es un error: multiplicar por 6. ¿Parece extremo? Vamos viendo:

  • Promedio de un mes de renta para el depósito, llamado 敷金 (shikikin).
  • Promedio de un mes de renta como dinero de agradecimiento al dueño por dejarte vivir en su propiedad. Este dinero nunca lo vas a volver a ver, ni siquiera parcialmente. Este dinero se llama 礼金 (reikin).
  • Promedio de un mes de renta de la cuota que te cobra la agencia, o 仲介手数料 (chuukai tesuuryou).
  • Primer mes de renta adelantado.
  • Seguro contra incendios, pérdida de llaves, problemas con gas y agua las 24 horas, etc, en promedio unos 20-30 mil yenes.
  • Unos 15 mil yenes por el cambio de la cerradura de la puerta.
  • Alguna otro gasto que la agencia te ponga como “obligatorio”.

Puse promedios en depósitos y reikin porque así como hay lugares que no te cobran ninguno de los dos, hay otros que te cobran más de un mes por uno, el otro, o por los dos. Obviamente buscándole encuentras algo más razonable, pero 6 meses de renta es la cantidad inicial que deberías considerar. Por eso, muchos extranjeros que primero llegan a Japón y se quedan en algún dormitorio estudiantil o laboral, o entran como compañero de cuarto en un lugar compartido, se quedan atónitos ante lo que tienen que pagar.

Enseguida, viene el problema del aval. Aunque es cierto que hay agencias que fungen como aval para extranjeros, obviamente sus servicios no son gratuitos; generalmente tienes que pagarles por año. Pero si el lugar donde vas a rentar no tiene o no acepta ese tipo de compañías, puede ser todo un circo encontrar a algún japonés que quiera convertirse en aval, porque eso significa que ellos tendrán que pagar la renta y gastos que se originen (como reparaciones, cuotas especiales de limpieza, etc.) en caso de que tú no puedas hacerlo. Si tienes a un nacional japonés que confíe en ti, ya la hiciste, pero si no, gracias por participar.

Una vez que por fin tienes todo y has llenado los documentos que te piden, lo que resta es firmar el contrato y decidir el día en el que vas a comenzar a vivir en tu nuevo hogar. Tendrás que recibir las llaves el mismo día que te mudas, pero depende de la agencia hay quienes te dan las llaves la noche anterior.

De ahí en delante es amueblar y acondicionar tu hogar, tener cuidado con no violar el contrato, pagar la renta a tiempo, reportar de inmediato cualquier problema que haya en el inmueble y, quizá lo más importante, intentar llevársela bien con los vecinos. Esto último merece ser explicado con un poco más de detalle, y así lo haré un poco más adelante.

Mentalización

Desde el momento que sepas que vas a vivir en Japón tienes que mentalizarte a que vas a un país completamente diferente, con una cultura que poco o nada se parece a la nuestra, y con una sociedad que funciona de forma diferente a la del lugar donde creciste. Parece mentira, pero me ha tocado ver y conocer a muchos extranjeros que creen que le están haciendo un favor a Japón al venir a vivir acá y falsamente creen que el país les va a perdonar muchas, sino todas, las cosas que puedan hacer. Ni siquiera me refiero a actos ilegales; más bien, a situaciones en las que a fuerzas los extranjeros quieren resolver de la manera en la que lo harían en sus países, lo que en la mayoría de casos solamente complica las cosas.

El choque cultural existirá. De eso no te puedes zafar. Sin embargo, la nostalgia por tu país y la melancolía que puedas sentir por la forma de vida de Japón no son excusas para comportarte de una manera que lo único que te traerá son más problemas.

Tatuajes

La situación de los tatuajes en Japón es “famosa” en muchas partes del mundo. Muchos extranjeros se sorprenden de que, aun en estos días, haya negocios en Japón que prohíban la entrada a gente que tenga cualquier tipo de tatuaje en el cuerpo, aunque hay que mencionar que los tatuajes tienen que ser visibles para que haya problema; si tienes un tatuaje en un lugar donde difícilmente alguien lo podría notar incluso si estás desnudo(a), entonces no hay tanto problema.

Todo respecto a los tatuajes gira a la asociación que la sociedad japonesa les da con el crimen, y a que los japoneses siguen las reglas al pie de la letra (por lo general). Difícilmente, aunque ciertamente no imposible, un extranjero tatuado tendrá nexos con los yakuza, pero como la regla dice que no hay que dejar entrar a gente con tatuajes, las cosas se complican.

Muchas veces, no es tanto que los dueños no quieran dejar entrar a alguien tatuado, sino que otras personas se pueden quejar y hasta dejar de ir a los negocios al encontrar a gente tatuada en las instalaciones. Por ejemplo, en un gimnasio o en un balneario: mientras puedas cubrirte los tatuajes con algún parche o con ropa, no hay problema, pero si alguien se queja de que hay una persona con tatuajes, existe la posibilidad de que te inviten a dejar el lugar. Esto genera incomodidad entre la comunidad extranjera, en la que los tatuajes son mucho más comunes y no necesariamente tienen relación con actividades delictivas.

Lo anterior es un problema que el gobierno ha intentado atacar debido a la gran afluencia de extranjeros que se espera en las olimpiadas de Tokio 2020. Aunque no propiamente una ley o mandato, el gobierno ha invitado a los establecimientos (aguas termales principalmente) a ser más tolerantes con su política respecto a gente tatuada. En algunos lugares ya se ha visto reflejado el cambio, pero todavía son pocos y quién sabe si vayan a aumentar, o si algunos solamente apliquen la medida durante el periodo de los juegos olímpicos y después “regresen a la normalidad”.

Todo esto no significa que no tienes opciones si tienes tatuajes, sino que tienes que tomar tu tiempo para investigar lugares antes de acudir a ellos para evitar sorpresas.

Prohibida la entrada a extranjeros

Existen negocios en Japón (además de algunas agencias inmobiliarias) que no prestan su servicios a extranjeros. Las razones son diversas: desde el miedo de no poder comunicarse hasta malas experiencias en el pasado que no quieren que se repitan.

Es sumamente difícil cambiar la forma de pensar de un lugar que no acepta extranjeros cuando alguien ha causado problemas o destrozos, sin importar que hables japonés muy bien. Muchas veces, el comportamiento de extranjeros no necesariamente implica romper algo, sino la molestia causada a otras personas o a los mismos empleados a dueños. Menciono, por ejemplo, los extranjeros que se pusieron a celebrar la victoria del equipo francés de rugby dentro de un tren en Japón hace unos meses cuando estaba en auge la copa mundial de ese deporte, que se realizó precisamente en el país del sol naciente.

Este tipo de situaciones son las que hacen que por unos perdamos todos: salen en las noticias, luego se arman mesas de discusiones sobre la conducta de los extranjeros, la poca empatía que tienen con los que están alrededor, etc., etc., y la gente se va formando una opinión no muy buena respecto a la gente de otros paises. Son este tipo de sucesos los que hay que identificar y evitar, sin que eso signifique que tengamos que dejar de alegar cuando algo no está bien solamente porque la mayoría de los japoneses no alega por evitar conflictos (ver más abajo). Cierto es que hay ocasiones en las que te tendrás que aguantar nada más por llevar la fiesta en paz, pero en general se trata de guardar la compostura, recordar que estás en un país donde muchas cosas son totalmente diferentes a lo que estás acostumbrado, y que antes de alegar algo que no te parece tienes que estar seguro de que en verdad algo está mal y que no es como debería ser. Obviamente si discutes por algo en lo que tienes la razón y el dueño o los empleados se empeñan en decir que tú estás mal porque “seguramente” no entiendes cómo hacer las cosas “del modo japonés”, entonces lo que debes hacer es dejar de ir ahí y buscar otra parte en donde el trato sea mejor.

Las malas experiencias existen donde sea. Ser extranjero te convierte en representante de todo lo que hay fuera de Japón y de tu país. Recuerda que, para bien o para mal, tus acciones pueden determinar la forma en la que los japoneses piensen de todos los “no japoneses”. Hay que ser un poco más reservado, pero eso no significa que te tienes que dejar de todo, porque sí hay japoneses que se pueden aprovechar de ti.

Una vez en Japón

¡Bienvenido(a) a la tierra del sushi! Ahora que estás de este lado del charco comienza el verdadero reto. No pretendo minimizar todo el esfuerzo que seguramente realizaste para llegar a este punto, pero siempre he comentado que lo más fácil es dar el brinco. Todo lo que hayas hecho en preparación para venir va a comenzar a rendir frutos, pero obviamente vendrán nuevos retos.

Saludar y presentarse con los vecinos

Quizá para muchos esto no sea nada del otro mundo, pero el hecho de ir a presentarse con los vecinos puede hacer una gran diferencia, sobre todo en el caso de que haya algún problema.

El saludo no necesita ser más que un “¡Hola! Me llamo ???. A partir de hoy voy a vivir al lado/arriba/abajo suyo. Mucho gusto. Estoy a sus órdenes”. Si quieren generar puntos extra, es un gesto de cortesía regalar algo simple, como una toalla de mano. Si tienen niños, es importante agregar una disculpa por lo “ruidoso” que podrán ser a veces debido a los niños.

Ahora bien, noten que en el ejemplo anterior escribí “arriba/abajo”. Si vas a vivir en un departamento, lo ideal es que saludes a la gente que vive al lado tuyo, en el piso de arriba y en el piso de abajo, sobre todo si hay niños de por medio, porque es casi seguro que el ruido que los niños invariablemente harán le será molesto a quienes viven cerca de ti, especialmente si es gente soltera.

Saludar a los vecinos no necesariamente significa que van a ser amigos, o que podrás pedirles favores como quizás lo harías en México, pero es el primer paso para resolver más fácilmente situaciones que se puedan presentar en el futuro. Este punto lleva incondicionalmente al siguiente.

Registros

Ya que estés establecido, tienes que ir a registrarte en varios lugares:

  • Ayuntamiento. Necesitas ir a llenar una forma para avisar que vas a vivir en la localidad. Esto es independiente de migración y no es un trámite exclusivo para extranjeros.
  • Sistema nacional de salud. Este trámite depende de tu trabajo también. Por ley, todas las personas que vayan a permanecer en Japón por más de 90 días deben inscribirse a este sistema. No obstante, si entras a trabajar a una empresa japonesa, por lo general ellos se encargan del trámite y recibes de parte de ellos la tarjeta del sistema.
  • Sistema de pensiones. Independientemente de si vienes como estudiante o como trabajador, debes inscribirte. Si eres estudiante, estás exento de los pagos, pero de todas formas el registro es necesario y hasta recomendable si decides quedarte en Japón a trabajar.

Aquí también cabe mencionar que cuando recién te mudas o llegas a alguna parte dicen que no es raro que la policía te visite y te invite a llenar una forma con tus datos. Esto es con el fin de estar al tanto de quién vive en el vecindario. Ahora bien, escribo “dicen” porque esto es algo que a mí nunca me ha sucedido, pero que con frecuencia leo de personas que tienen mucho más tiempo que yo en el país y saben más que yo en muchos aspectos de la vida por acá.

También es conveniente preguntar o informarte si los lugares en donde harás las compras de manera frecuente cuentan con tarjetas de puntos. Si bien no vas a juntar mucho, poco a poco irás aumentando esos puntos y en algún momento te pueden ser de utilidad, o quizá te podrás dar algún gusto pequeño. Por ejemplo, generalmente compro mangas usando los puntos de mi tarjeta T.

NHK

El eterno “problema”…

Es muy probable que hayas escuchado acerca de la NHK y las cuotas que cobra por tener televisión. Y también es probable que sepas que mucha gente (no sólo extranjeros) no están de acuerdo con ellas.

En resumen: la televisora NHK argumenta que, bajo una ley, todas las personas que cuenten con un aparato para recibir señal de televisión están obligados a pagarle una cuota, y que de no hacerlo estás infrigiendo dicha ley y habrá repercusiones. Decir que no ves televisión o que no ves la NHK no es suficiente.

Ahora bien, dicha empresa contrata a subempresas para que éstas manden a recolectores a pedir la mencionada cuota de puerta en puerta. Estos recolectores trabajan por comisión, y buscarán la manera de hacerte pagar y firmar el contrato, muchas veces usando técnicas no tan agradables:

  • Intentan evitar que les cierres la puerta poniendo un pie.
  • Gritan y se ponen agresivos.
  • Te amenazan diciendo que llamarán a tu trabajo para acusarte con tu jefe de que no pagas.
  • Intentan entrar a tu casa a la fuerza para ver si tienes televisión.
  • Te dicen que tienes que pagar por el simple hecho de tener internet en casa, aunque realmente no tengas televisión.
  • Van y te buscan a tu casa a altas horas de la noche.

Son estos recolectores la causa de muchos problemas y disgustos entre la comunidad en general, y tarde o temprano tendrás que enfrentarte a ellos.

Pasemos a los detalles.

La NHK obtiene fondos basados en esas cuotas, argumentando que es casi el 100% de sus ingresos. Los canales de televisión que maneja no presentan ningún tipo de comercial, y la calidad de su programación es, en general, buena. Su cobertura de eventos deportivos y de desastres naturales como tifones y terremotos es también muy buena. Entonces, ¿por qué rehusarse a pagar?

Primero, es objeto de múltiples controversias de desvío de fondos. En el pasado ha habido casos en los que funcionarios de dicha empresa han usado dinero para otros fines y esto causa enojo entre la gente en general.

Segundo, aunque es cierto que hay una ley que dice que se tiene que pagar por la recepción de TV, esta ley solamente puede ser aplicada una vez que has firmado el contrato con la NHK. Es decir: no vas a ser arrestado ni estás cometiendo un delito, pero si firmaste y no pagas, ahí es cuando la televisora puede exigirte con bases que le tienes que pagar, independientemente de lo que los recolectores te digan.

Tercero, las tácticas arriba mencionadas que usan los recolectores caen en lo rudo y mucha gente termina pagando porque se siente amedrentada o hasta amenazada. Como los recolectores trabajan por comisión, y se rumora que sus sueldos no son del todo buenos, hacen todo lo que hacen con tal de que les firmes, pero nadie puede entrar a tu casa sin tu permiso, a menos que sea la policía y tenga una orden de cateo. Si un recolector no se va, te grita, intenta forzar su entrada a tu vivienda o algo similar, no dudes en hablarle a la policía. Una vez un recolector estuvo buscándome por días. Al final, lo encontré esperándome afuera de la casa (cuando vivía en Iizuka) a las 11 de la noche. ¡11 de la noche! Le dije que mi televisión se había roto y dejó de ir.

Hay muchos argumentos a favor y en contra de las cuotas. Unos dicen que es tan barata que no entienden por qué la gente no la quiere pagar. La cuota es de 1260 yenes al mes o 13990 yenes al año si solamente vas a recibir la señal terrestre, o 2230 yenes al mes o 25320 yenes al año si vas a recibir también señal satelital. Otros dicen que no están de acuerdo con que las cuotas sean obligatorias, mientras que otros preferirían que fueran donaciones. Otros tantos dicen que no pagan porque los ejecutivos de la NHK usan el dinero para divertirse (recuerdo que una vez leí que la suegra, japonesa, de un extranjero decía que no pagaba porque el dinero lo usaban para ir a acostarse con señoras que no eran sus esposas). Sea cual sea el caso, esta discusión siempre está vigente y parece no tener fin.

¿Qué tienes que hacer o qué es lo correcto?

Lo primero que tienes que hacer es conocer tus derechos. Yo cuando llegué no sabía ni qué onda con todo esto, firmé y estuve pagando por como 2 años, hasta que una amiga japonesa me dijo que no era necesario, me ayudó a cancelar los pagos (lo sacaban de mi cuenta de banco directamente cada mes). Esta amiga (una señora, de hecho) llamó ahí mismo a la policía y le preguntó que si cancelaba el pago de la NHK y me rehusaba a volver a pagarlo me iban a arrestar, a lo que la policía le dijo que no. Si fuera una ley, la policía buscaría la forma de aplicarla y de evitar que se rompiera.

Después, tienes que pensar en si vas a estar toreando siempre a los recolectores. A veces no regresan en meses, pero a veces están cada semana regresando. El mejor pretexto que se les puede decir es “no tengo TV”, pero luego te preguntan si tienes celular (y hasta te piden que se los muestres) o si tienes sistema de navegación en tu carro porque si puedes recibir señal de televisión por cualquiera de esos medios “tienes” que pagar. No obstante, últimamente hay algunos que te dicen que si tienes internet en casa también tienes que pagar “porque puedes ver el sitio de la NHK”, pero obviamente no es cierto. Hace poco la NHK intentó obligar el pago a los que tienen internet pero no le funcionó la táctica. El caso es que mientras no pagues, tarde o temprano llegará un recolector a intentar obligarte a firmar el contrato y a que pagues. Recuerda que no tienes por qué dejarlo entrar en tu casa ni mostrarle tu teléfono o tu carro. No tienen ninguna autoridad, y si te fuerzan a hacer algo, te avientan o algo así, inmediatamente llama a la policía.

Si decides pagar la cuota, lo mejor es hacer el trámite directamente desde la página web para evitar que se sigan empleando recolectores sólo por el simple hecho de los groseros y amenazantes que pueden llegar a ser.

Como lo mencioné antes, el contenido de la NHK es en general bueno, y las coberturas de eventos importantes son de las mejores. No obstante, no estoy de acuerdo en obligar a la gente a pagar por un servicio que quizá no use, y si tanto lo quieren hacer, deberían convertirlo en un impuesto; así se quitarían los problemas que les generan los recolectores y no habría vuelta de hoja con el pago. Depende de ti, de tu bolsillo y de lo que consideres correcto.

Pasividad/Agresividad

Por lo general, los japoneses tratan de evitar los conflictos de forma directa, pero buscarán la manera de enfrentarlos y resolverlos de la forma más indirecta posible. Eso hace que, a simple vista, parezca que la japonesa sea un raza muy pacífica, cuando la realidad es que la mayor parte del tiempo simplemente se están aguantando mientras encuentran la manera de expresar su inconformidad de forma que no se les relacione.

Lo anterior aplica en todos los ámbitos. Si tienen un problema con los vecinos, en vez de tratarlo directamente la forma de enfrentarlo es poner una queja con el dueño o la agencia inmobiliaria para que sean estos quienes busquen la forma de comunicar la situación sin ser directos. Por ejemplo, si viven en un conjunto departamental y alguien tiene queja por el ruido de los niños en la noche, lo más probable es que luego todos los departamentos reciban un aviso de que hay alguien que tiene niños que está generando ruido y lo invitan a recordar las reglas de la vivienda y a que tomen medidas para que eso no suceda; después, mencionan que hay que tener tolerancia ante la vida diaria de las personas ya que cada una es diferente y la armonía del lugar depende de la comprensión y cooperación de todos los inquilinos. Algo similar sucede si alguien tiene queja de otra persona en su trabajo. Incluso en los trenes que van llenos, no falta quien empuje a la multitud con todo pero finja demencia al momento de que alguien reclame.

Los japoneses son expertos en ser pasivos/agresivos. Situaciones en las que nosotros hablaríamos (ni siquiera pelearíamos) directamente pueden ser estresantes porque en Japón se le da vuelta a todo. No obstante, como en toda regla siempre hay excepciones y puede ser posible que te encuentres a alguien que prefiera ir a quejarse directamente contigo si estás escuchando música con el volumen alto después de las 8 de la noche, o si se te ocurre hacer una reunión en tu casa o departamento y a alguien le molesta el ruido extremo que estás haciendo. En estos casos, es mejor llevar las cosas en paz y aceptar y rectificar cuando uno está mal, porque aunque ayuda mucho que las cosas se digan enfrente, también es probable que esa persona sea conflictiva y que te pueda hacer la vida de cuadritos.

Hay mucho más que decir al respecto, sobre todo en los casos de encontrarse con gente que genera conflictos de casi cualquier cosa, pero eso ya depende de cada caso y sería extremadamente largo comentarlo en este escrito.

Hacer un sello personalizado

El sello en Japón es el equivalente a la firma en otras partes del mundo. Hay tiendas especializadas en ellos, y es altamente recomendado tener al menos uno para realizar cualquier tipo de trámite, especialmente los bancarios. Menciono “al menos uno” porque puedes tener varios y es normal. No obstante, lo recomendado es tener uno registrado para los trámites más serios, otro para el banco, y quizá otro más para todo lo demás.

Registrar un sello es un trámite sencillo que se puede realizar en el ayuntamiento de tu localidad. Un sello registrado, llamado en japonés jitsuin (実印), es el sello “verdadero”, con el que se pueden hacer préstamos, contratos legales, etc., y es el que más se debe cuidar, porque cualquier persona que lo tenga lo puede poner en cualquier documento que lo necesite y éste adquiere carácter legal. Los demás sellos no necesitan estar registrados, y sirven precisamente para evitar usar el registrado en todo.

Es cierto que hay, por ejemplo, instituciones bancarias que te permiten abrir una cuenta con la pura firma, pero son pocas y contadas, y en general no están disponibles en partes más rurales de Japón. Hay quienes pueden sobrevivir sin un sello en Japón, pero tener uno facilita algunos trámites y también le hace la vida más fácil a los japoneses, porque manejar un sello es la norma y las firmas son excepción.

Ubica los hospitales y las clínicas más cercanos

Una vez que estés instalado, busca los hospitales y clínicas que te queden cerca e investiga qué especialidades tienen, porque, a menos que sea un hospital grande, seguramente serán limitadas las opciones, y te aseguro que no querrás pasar lo que yo pasé cuando fui a que me trataran un resfriado a una clínica de salud mental. En mi defensa, estaba escrito que trataban enfermedades respiratorias, pero por debajo de todo sobre enfermedades de la mente. Cuando estaba llenando el formulario, una enfermera lo leyó y me dijo que ese lugar era para tratar a otro tipo de personas y que me fuera a otro hospital, al tiempo que metió el papel a la trituradora.

Ya ubicados los hospitales y clínicas, revisa los horarios y los días en los que hay consulta, y de ser posible, investiga su reputación, porque puede ser que aunque tengas algo cerca los médicos no sea lo suficientemente confiables. También es necesario revisar la reputación para darse una idea de si es necesario hacer fila desde temprano o para saber qué días se puede ir para no tener que esperar mucho tiempo. Como ejemplo, el dermartólogo con el que voy consulta también los sábados a partir de las 10 AM, pero para que te atiendan rápido tienes que hacer fila desde las 8:50 AM aproximadamente, sino, ahí los veré perdiendo toda la mañana.

Ahora bien: no solamente es necesario conocer lo que esté más cerca de tu vivienda, sino también los lugares que atienden por la noche. No me refiero a emergencias que requieran ambulancias, sino a lugares en los que te puedan atender en caso de que tengas algún dolor por la noche o que algún niño presente fiebre a altas horas de la noche. No todos los hospitales atienden después de cierta hora, y los que lo hacen necesitan que les llames primero, les digas los síntomas y ya te dicen si te pueden revisar o no. Además, ten en cuenta que cuando te atienden por la noche solamente te darán medicamento (en caso de ser necesario) para un día, y te pedirán que vayas a que te revisen al día siguiente.

Como agregado a esta sección, si realmente necesitas que te revisen inmediatamente, no dudes en pedir una ambulancia. Los paramédicos valorarán la situación y son ellos los que se comunican directamente con los hospitales para ver en cuál te van a recibir.

Mantente informado de lo que sucede en Japón

Por experiencia puedo mencionarte que es muy fácil desconectarte de todo en Japón cuando andas súper ocupado, y debido a ello es posible que te pierdas de noticias importantes que pueden afectar tu vida diaria.

De la misma manera, aun viviendo en Japón es normal que quieres estar al pendiente de lo que sucede en tu país o ciudad de origen, pero si te enfocas nada más en eso, también te puede afectar de forma negativa.

Sea cual sea la razón por las que estás viviendo en Japón, date tiempo para darle una repasada a las noticias del día. No necesitas sentarte a ver un noticiero, ni tampoco poner de pretexto que no entiendes japonés: hay muchos sitios en diferentes idiomas que cubren noticias y acontecimientos en tierras niponas, desde totalmente serios hasta totalmente sensacionalistas. Tu mejor opción es, al igual que lo menciono al principio de este escrito, leer varios, escoger tus favoritos y sacar conclusiones. Ten en cuenta de que algunos sitios son gratis, otros de paga desde el principio y otros que te dan algunos artículos gratis al mes pero después de eso te piden que pagues para poder seguir leyendo.

Sin ningún orden en particular:

Entre muchos otros. Una simple búsqueda en Google te dará suficientes fuentes de información para que estés al corriente de lo que acontece en el país del sol naciente.

Gaijin Pass

La idea principal al estar en Japón es intentar acoplarte a la cultura, causar molestias lo menos que se pueda, pero todo esto sin perder tu cultura. Dicho lo anterior, es necesario mencionar algo que, en algunas ocasiones, tu carácter de extranjero podrá hacer que las cosas se resuelvan más fácilmente, o mejor dicho, con menos esfuerzo de tu parte: el Gaijin Pass.

¿Qué es eso? Simplemente un término inventado por quien sabe quién para denotar la facilidad que se tiene ante algunas situaciones sólo por ser extranjero. Se puede también nombrar como “fingir demencia”, o en algunas ocasiones, “ser convenenciero”. Pero el punto es que no se trata de que uno fuerce a que los demás se esfuercen más, sino que esas mismas personas son las que te dan la opción (y a veces ni te preguntan) porque suponen que será mucho más problemático y tardado que tú hagas las cosas cuando ellos mismo podrían hacerlo más rápida o eficazmente.

Obviamente, el Gaijin Pass no se puede usar siempre ni en todos los lugares, ni tampoco te salvará de problemas legales en caso de que infrinjas la ley. De la misma manera, su “efectividad” es inversamente proporcional al tiempo que hayas pasado en Japón y a que los afectados estén enterados de cuánto tiempo tienes viviendo en su país. No se trata de “mancharse”, y en algunos casos uno no tiene que hacer ni decir absolutamente nada para usarlo. Por ejemplo, si tienes que llenar una forma en japonés puede que uno de los empleados del lugar decida mejor llenarla por ti aunque tú seas perfectamente capaz de hacerlo. Otro ejemplo es cuando en tu trabajo tienes que hacer algún trámite medio engorroso y, para ahorrar tiempo, la persona encargada de derechos humanos decide que mejor te ayuda, o quizá te den algunas instrucciones en inglés. Otro más es cuando por ejemplo pides algo en un restaurante y ya sea porque tú no entendiste o porque el que tomó la orden no corroboró, te dan algo extra que normalmente costaría más dinero; en algunos casos terminan por no cobrarlo.

Notificación de no aceptación de divorcio

A muchos les podrá parecer exagerado que escriba sobre este trámite aquí, pero lamentablemente sé y he escuchado de historias en las que los extranjeros terminan sin nada porque de repente les salieron con que están divorciados y ni cuenta se habían dado.

La notificación a la que me refiero es rikon todoke fujuri moushide (離婚届不受理申し出), que literalmente significa lo que dice el título de esta sección. Este papelito lo que hace es que, en caso de que te hayas casado en Japón y tu cónyuge intente meter la notificación de divorcio sin tu autorización usando tu sello, ésta no proceda. Es una especie de garantía para evitar que de repente la parte japonesa te la juegue sucia y te veas metido(a) en una situación complicada, por ejemplo, tu visa. Cabe mencionar que este trámite no es exclusivo de matrimonio “internacional”.

Divorciarte en Japón por consenso mutuo es un trámite sencillo que solamente requiere que ambas partes llenen un formulario, pongan su sello, otros dos testigos pongan su sello y entregar el papel en el ayuntamiento. El problema radica en que, como mencioné arriba, con el simple hecho de que el sello esté puesto, el trámite es aceptado; de ahí que haya casos en los que uno de los implicados tome el sello del otro, lo ponga, y por arte de magia ya estás legalmente separado.

Los casos principales de este tipo de divorcio que he conocido se dan cuando la parte japonesa simplemente se harta de algo, o bien que la parte extranjera “ya cumplió” (por ejemplo, cuando una japonesa se embaraza de un extranjero solamente para tener un bebé “half¨, término utilizado para los niños que son mitad japoneses y mitad no japoneses). Para algunos les será sorprendente leer esto, pero lo realmente sorprendente es darse cuenta de lo mucho que esto pasa.

Todo lo demás

Como escribí al principio, ésta es simplemente un mini guía que no pretende ser definitiva. Dependiendo de tu situación y el lugar al que llegues puede no todo lo aquí escrito te sea útil, pero te puede dar una idea general de una gran parte de lo que tienes que estar alerta al momento de llegar a establecerte de este lado del mundo.