El 2025 en un kanji

Ligas a años anteriores:

¡Hola blog!

(Tuve que hacer una pausa para ir a regañar a los niños porque se estaban peleando… a las 10 PM…)

Vamos recapitulando el año que termina.

Primero que nada, sí escribí más que el año anterior. Quizá no es tanto como hubiera querido, pero se cumplió el propósito que hice a prinicipios de 2025.

Segundo, y entrando de lleno en el tema de este escrito: el kanji de este año prácticamente lo tenía decidido desde justamente finales de 2024. Cuando tuve que decidir qué kanji escogería para ese año, inmediatamente pensé en 2 candidatos, pero me decidí por 「築」 porque envolvía más adecuadamente lo acaecido justo en los últimos meses de 2024. El segundo candidato sería entonces el elegido para ser el kanji de 2025, aunque ahora en diciembre dudé un poco debido a un viaje de trabajo que tuve a Ciudad de México, aventura que contaré en otra ocasión. Sin embargo, a final me decidí por el que ya tenía elegido porque en definitiva es un parteaguas en mi jornada en el país del sol naciente.

Sin más preámbulos, mi kanji del 2025 es:

https://kakijun.jp/gif-mini/1041200-m.gif
Lecturas: いえ、か、け、うち

Significa tal cual “casa”. Si el año pasado el kanji fue para reconocer todo lo que quedó consolidado para el futuro, el de este año indudablemente tenía que ser el kanji de “casa” porque, después de casi 23 años de vivir de este lado del charco, decidí dar un gran paso en mi vida y comprar casa en Japón. O bueno, sacar un crédito para pagar la casa y tener que pagarlo hasta que tenga 79 años. Pero de momento, olvidémonos de los detalles que no son felices y concentrémonos en los que sí lo son.

Aunque todavía no termino de recapitular el 2023, sinceramente nunca pensé que estaria escribiendo que había comprado una casa 2 años después siendo que mi situación al final de ese año no era para nada buena. Obviamente voy a entrar en más detalles en la última parte de esa serie, pero les puedo adelantar lo siguiente:

  • A finales de octubre de 2023 hubo despidos masivos en la empresa en la que laboraba en ese entonces
  • Estuve enviando currículums a todo lo que se moviera porque sin trabajo nos íbamos a quedar en la calle en cuestión de medio año
  • Me batearon de muchísimas empresas
  • Terminé en una empresa internacional, en al menos una mejor posición en la que estaba antes

El último de los puntos anteriores fue lo que nos (contando a mi esposa porque ella se aventó una buena parte de los trámites y de entender todo lo que había que hacer) motivó a tomar la decisión de adquirir vivienda propia… en caso de que una cumpliera las condiciones que buscábamos y que se adecuara a nuestro presupuesto. Y justamente en octubre de 2024 mi esposa, que para ese entonces ya tenía como pasatiempo estar buscando casas (no es broma), se percató que una vivienda que le gustaba y que había estado a la venta durante casi un año había bajado de precio a uno que sí se acomodaba, así que, prácticamente de un día para otro, comenzamos la odisea de la compra de la casa.

Un acontecimiento de tal magnitud definitivamente merece un escrito exclusivo, así que omitiré, por el momento, muchos detalles e información que quizá pudiera serle útil a alguien que se quiera aventar a comprar casa en Japón.

La conclusión, después de tooooooodo el show y el mar de trámites, que por cierto todavía no terminan, logré sacar un préstamo de un banco, adquirir un seguro para que la deuda se cancele en caso de que yo muera o no pueda trabajar por alguna enfermedad terminal y comprar el inmueble desde el que estoy escribiendo este escrito.

Hay muchos, muchísimos detalles que comentar respecto a la adquisición de una casa en Japón, pero el punto que más quiero enfatizar en este momento es el hecho de que las casas en este país PIERDEN VALOR con el paso de los años, al grado de que en 15 o 20 años, esta vivienda va a valer prácticamente 0 yenes; lo que TIENE LA POSIBILIDAD de tener plusvalía es el terreno, pero no es 100% seguro. En el peor de los casos, el valor del terreno quedaría en lo mismo en lo que lo adquirimos.

Se preguntarán entonces para qué comprar una casa si no es un patrimonio seguro con lo sería en México (y en muchos otros países). Y la respuesta es simple: para tener patrimonio, aunque no le ganemos nada. Ya siendo más prácticos y realistas:

  • Continuar rentando siempre es opción, pero a final de cuentas terminas con nada en las manos
  • Cuando tienes niños, vivir en departamentos siempre genera más estrés de lo normal porque tienes que estar cuidando de que no hagan ruido después de ciertas horas, y algunas veces es imposible, por lo que terminas ganándote quejas de los vecinos
  • Creo que para un niño es importante tener un lugar al qué llamar “casa”. Cierto: puede ser uno rentado, y no le quita para nada mérito el que lo sea, pero al menos mi percepción siempre fue la de tener un lugar fijo al que uno pueda regresar en el futuro. Es difícil explicarlo, pero bien que mal, la casa en la que crecí era propia, y de alguna forma siempre me sentía seguro ahí
  • Ya era hora de decidir quedarme en Japón o regresar a México. Sí, ya sé, han sido casi 23 años, pero aunque regresar a mi rancho todavía es opción en el futuro, tenía que decidir que estaría en Japón por al menos unos 10 o 15 años más, en lo que los niños crecen y se desarrollan. Tuve muchas dudas en años anteriores porque siempre estaba a la expectativa de que en cualquier momento pudiera presentarse algo en México que me convenciera a volver, pero eso no le daba nada de seguridad a mi familia, no porque me fuera a dejar solo, sino porque no podíamos trazar un plan de desarrollo a largo plazo. En corto: me manché con el tiempo que me tomó llegar a este punto

Soy firme creyente de que no hay casualidades, y de que nunca entendemos por qué suceden las cosas hasta que volteamos a ver todo lo que nos llevó a ellas. Para mí, este fue el momento perfecto para dar el “salto de fe” y echarme la deuda de la casa encima, pero lo hago después de haber estado en el fondo de un pozo por la depresión, después de pasar días, semanas y meses con un futuro incierto por mala administración del jefe de la empresa en la que trabajé hasta principios de 2024, y después de haber casi reconstruido del todo mis mecanismos de autodefensa y autoestima. Por ello, aunque nunca he sido fan de tener algo físico para demostrar que hice algo, la casa representa un pilar, un momento grande de mi vida en el que me volví a edificar después de tocar fondo y estar completamente destrozado física y emocionalmente. Y es precisamente por eso que mi kanji de 2025 es 「家」.

El kanji de 2025 en Japón

Japón también tuvo grandes momentos históricos este año. Quizá el más relevante fue el de es la primera vez que una mujer se convierte en primer ministro del país: Sanae Takaichi; el costo de los bienes y servicios se fue a las alturas, y ahora pagamos por el arroz más del doble de lo que pagábamos hace apenas 3 o 4 años, y ni se diga de los aumentos en los impuestos… Y para los extranjeros que residimos aquí, se viene un endurecimiento de los requisitos para vivir, así como de un aumento, por demás exagerado, de las cuotas para la renovación del estatus de residencia… pero eso ya lo contaré en otra ocasión.

El caso es que había muchos candidatos muy buenos para coronarse como el kanji del año en el país, pero para sorpresa de muchos, el escogido fue 「熊」 (kuma), que literalmente significa “oso”, principalmente por el aumento de ataques de esos animales a humanos. Pero no crean: hay quienes dicen que es una “tapadera” del gobierno para evitar dar una mala impresión, y que los kanji que realmente reflejan la condición actual del país bien pudieran ser 「税」 (“sei”, impuesto), 「高」(“taka”, “kou”, literalmente “alto”, por la primer ministro Sanae Takaichi 「市早苗」… y la realidad es que esos kanji están entre los primeros 20 lugares de los votados este año. Con todo, y siendo que no me gusta la política en general, dejo esas confabulaciones, rumores y demás, a los debidos blogs, videoblogs, tiktoks y similares “expertos” (noten las comillas) en el tema.

Qué esperar en el 2026

Hablo concretamente del blog. No quiero prometer algo que no pueda cumplir, pero sí quiero prometer seguir con la tendencia de escribir más seguido.

En un comentario recibido hace ya tiempo me decían que este blog debería haber “evolucionado” a un videoblog. La verdad es que la idea siempre me ha llamado la atención, pero siempre termino regresando a lo escrito por 2 razones:

  • Si no tengo tiempo para escribir, mucho menos para editar video (ya ni se diga grabar)
  • Me gusta más escribir que grabar

Pero no estoy peleado con la idea. El problema principal es que la vida de adulto me alcanzó, y desde el punto de vista de mi yo de 20 años, es horrible no tener el tiempo que tenía en ese entonces. Como siempre lo he dicho, no es un sacrificio, sino un intercambio de tiempo personal por tiempo con la familia, de unas experiencias por otras. Y la neta, me gusta ser papá. Pero dicho lo anterior, en algún momento haré el experimento y veré qué tanto me toma hacer un video de un escrito del blog.

También los puedo mencionar que, ahora que soy cinta negra en karate, quiero ayudar a difundir el estilo que practico (tradicional de Okinawa) en el ámbito internacional. Todavía no estoy seguro cómo, pero algo voy a hacer.

En ondas profesionales, ahora que hice contacto con la comunidad de investigadores de México, y siguiendo en contacto con gente de la Universidad de Guadalajara, estoy buscando la forma de hacer algo en conjunto. Ya veremos qué sale de esta idea.

Por lo demás, aquí sigo. El blog no lo abandono, y creo que nunca lo haré. Sigo leyendo TODOS los comentarios que me llegan, y sigo respondiendo correos cuando alguien me escribe.

Pasen todos una excelente noche de San Silvestre, y que el 2026 les traiga dicha, y sobre todo, lo que requieran para que sus planes se concreten y lleven a cabo. Reciban un fuerte abrazo desde Saitama, porque ya no vivo en Tokio, aunque me queda aquí en corto.

¡Adiós serpiente! Nos vemos en 12 años.