El 2016 en un kanji

Kanji de los años anteriores:

Fiel a la tradición anual, es momento de expresar y resumir lo más significativo para mí en este año que termina.

El 2016 fue una aventura total, en muchos aspectos, pero los más destacados son el familiar y el laboral. Tuve la oportunidad de visitar mi tierra después de más de 4 años de no hacerlo, convivir con mi familia, y entender de nuevo lo que significa un choque cultural (no de mi parte, sino de mi esposa). Pero lo más importante fue el descubrimiento de “nuevas” habilidades, y lo pongo entre comillas porque no son realmente nuevas, sino que por primera vez las aplico yo y no me las aplicaron a mí; me refiero a las habilidades de padre. Por tanto, después de pensar mucho entre dos posibilidades que tenía para el kanji de este año, decidí que ésta era la mejor (y más positiva) opción:

El kanji se lee がく (gaku), y como verbo se lee まなぶ (manabu), y significa “estudiar”. Las razones principales las describo a continuación:

  • Como lo mencioné arriba, he tenido que aprender mucho como padre, especialmente estando en una cultura diferente a la mía. Además de lo que vi y experimenté con mi familia en México cuando estaba chico, el hecho de enfrentarme a una serie de tradiciones nuevas de este lado del mundo ha sido toda una experiencia, tanto enriquecedora como retadora. Huelga decir que en más de una ocasión he tenido discusiones con Emi por esas diferencias, pero a fin de cuentas lo dos queremos lo mejor para el niño.
  • Finalmente estoy en un proyecto interesante en el trabajo. Lo bueno es que estoy aprendiendo muchísimo algo que tiene un gran valor curricular. Lo malo es que, como siempre, la “impecable” administración japonesa impide que las cosas salgan como deberían (o como uno está consciente de que pueden salir).
  • Tiene un poco que ver con el primer punto: reencontrarme con choque cultural y con diferencias culturales, aun después de haber vivido aquí casi 14 años. Vaya que ignoraba mucho de la cultura japonesa en lo que respecta  a criar a un niño, y va más allá de las visitas a los templos. Muchas tradiciones y rituales que en su momento contaré.
  • Aunque en menor medida, volver a tomar un Street Fighter “en serio”. Sí, sé que SFV ha tenido muchos problemas desde que salió, y que incluso muchos jugadores profesionales han expresado su disgusto por el juego, pero después de prácticamente haber dejado pasar SF4 y concentrarme más en Tekken (que sigo jugando obviamente), volver a agarrar el control en serio, estudiar el frame data, y practicar lo poco que se puede cada que se puede, ha sido refrescante y revigorizante. Apenas soy UItra Gold, no se burlen.

También, como dicta la costumbre, el kanji de este año en Japón fue , “kin”, que significa dorado, oro, dinero. Hubo varias razones por las que fue elegido, entre las más importantes:

  • La serie de medallas de oro que Japón ganó en las pasadas olimpiadas.
  • Problemas financieros que obligaron a renunciar al anterior gobernador de Tokio. En pocas palabras: usó dinero del erario público de manera personal.
  • El pelo de Donald Trump. No es broma.
  • PPAP. Tampoco es broma.

Documento oficial sobre kanji del 2016 aquí (en japonés).

Se termina otro año. Veamos que es lo que nos depara el nuevo.

La palabra del 2016 en Japón

Cada año en Japón se seleccionan las 10 palabras más populares, o que causaron más furor o polémica, en el país. El año pasado mencioné los dos primeros lugares. Esta vez, comentaré algunos más.

El primer lugar se lo llevó 「神ってる」(Kamitteru). El “furor” (noten las comillas) fue porque el director del equipo de béisbol de las carpas de Hiroshima lo usó para referirse al desempeño de uno de sus jugadores al conectar dos homeruns en la última entrada de dos partidos, dando así la voltereta en el marcador y un par de victorias a su equipo. Sip, nada más por eso.

La palabra se puede traducir como “en la zona”, o más literalmente “que todo lo sale”, o “como si Dios estuviera involucrado”, en el sentido cuando todo lo que haces te sale bien, y lo haces tan bien, que nadie podría ganarte en ello.

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Japón y algunos programas de televisión

Al momento de escribir esto llevo 13 años y medio viviendo de este lado del charco.  Eso es un tercio de mi vida en Japón.

En retrospectiva, mucho me ha pasado por acá, algunas cosas buenas, algunas experiencias malas, pero en general, todo me ha ayudado a crecer. No obstante, no crean que por haber vivido tanto tiempo en el país del sol naciente significa que ya me acostumbré a todo o que todo me agrada; aquellos que han vivido en otro país podrían corroborar cuando digo que por mucho que te adaptes a un país siempre terminas extrañando la patria… y a veces hay cosas o situaciones que se presentan en las que de plano la diferencia cultural se vuelva pesada, extrema, y termina por sacarte de quicio o por desanimarte a seguir en el lugar.

De un tiempo para acá, he notado un aumento en el número de programas de televisión en los que se busca reafirmar lo “glorioso” que es Japón, por qué es muy bueno haber nacido japonés, y las situaciones que se viven en otros lugares (especialmente en países que no son de primer mundo) y que para los japoneses son simplemente “impensables”.

No veo para nada mal enseñar a la gente a querer y admirar a su país, pero de la forma en la que te presentan las cosas por acá, realmente te hacen pensar que no hay mejor lugar para vivir que en Japón, y que todo (o casi todo) lo que hay acá es superior. Si a esto le añaden el poder de los medios de comunicación y de cómo la gente se deja llevar inmediatamente por lo que ésta presenta, tenemos como resultado un sinfín de generalizaciones sobre el extranjero y, en algunos casos, exageraciones de la grandeza nipona. Claro, hay que entender que a fin de cuentas lo que se quiere lograr es atraer espectadores, así que lo que más venda es lo que gana.

El problema es mucho más serio porque:

  • Los productores editan las entrevistas a los extranjeros y los comentarios que estos hacen, dejando solamente las cosas buenas que dicen de Japón.
  • Se crean programas de televisión totalmente arreglados. Es increíble el punto al que llegan con tal de mostrar lo “chido” que es Japón, y lo “malo”  de otros países, o de cómo otros lugares entienden “mal” la cultura japonesa.

A mí me tocó ser entrevistado el año pasado, pero al productor no le gustó la idea de que ya tenía tiempo viviendo en Japón (o sea, no era turista), que hablara japonés sin problema, y que lo que otros extranjeros consideraban como “increíble” me pareciera totalmente X. ¿Resultado? Ni a la segunda pregunta llegamos cuando prácticamente me dijo que no le interesaba.

Hasta Emi dice que esos programas le enfadan porque todo es “qué chido es Japón”, cuando no necesariamente es así.

No se malentienda: hay muchas cosas de este país que me gustan mucho, y en un balance general considero positivo haber venido y vivido todo este tiempo aquí. Es precisamente por eso, y por la razón de que mi hijo es mexicano-japonés, que siento que se debe tener un panorama mucho más general de todo y no encerrarse en una opinión. Japón tiene también problemas y situaciones muy serias, y es necesario que éstas sean tratadas de igual manera, porque no todo es florecitas por acá.

Déjenme ver si puedo ilustrar a qué me refiero.

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La mejor medalla

El fin de semana pasado tuve un par de días muy pesados. Prácticamente no descansé. ¿La razón? Emi se enfermó de repente y estuvo en estado de K.O., lo que significó que yo me tenía que hacer cargo de mi hijo durante todo el tiempo.

Obviamente no me pesa pasar tiempo con mi hijo, pero es muy diferente atenderlo por un rato, jugar con él y entretenerlo, a estar al pendiente de todo: hambre, sed, pañal, juegos, ver que no se acerque a algo peligroso, hacer que duerma la siesta, bañarlo… En fin, sus necesidades básicas.

Todo lo anterior es normal, pero el proceso de aprendizaje de cómo tratar a un bebé es largo y difícil, más cuando no sabes ni qué onda. En mi caso, el año y medio que he pasado con mi hijo ha sido una época de estudio sin parar, lo que conlleva a equivocaciones (a veces leves, a veces más críticas), y al mismo tiempo se une al estrés que traigo del trabajo. ¿Pesado? Mucho, pero ya mencioné que no le hago feo, y me gusta porque me ayuda a pasar más tiempo con él. Y la situación que se presentó fue como el “examen final” para ver si de verdad había aprendido a cuidarlo al 100% o si de plano nada más era fantasía mía.

Mi esposa ilustró el resultado en una imagen:

El distintivo que cuelga de mi pecho en el dibujo (sí, así me dibujó Emi) dice en japonés “立派な育メン” (Rippana Ikumen), que quiere decir “Magnífico padre que actívamente toma parte en la crianza de los niños”.  育メン es una palabra que viene de 育児 (Ikuji, cuidado/crianza de niños) y メン como “men” o “man” en inglés, y al mismo tiempo se creó como paralela a イケメン (Ikemen), que se usa para designar a un hombre guapo.

La verdad es que no saqué 100 en mi examen porque lo que me falló fue dormirlo en la noche (todavía toma pecho), pero todo lo demás fue prueba superada, y debo decir que, aunque es algo que debería ser “lo normal” y que en Japón no lo es porque generalmente todo se le delega a la madre, me llenó de una satisfacción muy grande, que no sentía desde hace mucho tiempo. Sí, he sacrificado gran parte de mi tiempo para dárselo a mi familia (como prueba es la poca actividad que ha tenido este blog en los últimos meses), pero ha valido totalmente la pena.

Para muchos, la medalla más preciada es la de oro. Los atletas y competidores en las diferentes justas entrenan durante mucho tiempo para ser los mejores; todos sueñan con la presea dorada. Para mí este dibujo significa mucho, y representa algo así como una “gran victoria” en esta aventura de ser padre. Todavía me falta mucho por aprender y habrá muchas situaciones que tendré que afrontar y que ni siquiera puedo imaginar ahora, pero sin duda éste es un gran comienzo.

Aprovecho para pedirles un poco de paciencia a todos aquellos que me hacen el favor de leer las loqueras que escribo en este blog. No lo he olvidado, y hay muchos temas que quiero contar aquí, pero ya ven que el tiempo no ayuda mucho. No obstante, ahora en diciembre tengo los típicos escritos de “el kanji del año”, “la palabra o frase más popular en Japón en este año”, entre otros.