Aunque fue hace ya varios meses, no quería dejar de comentar en el blog mis impresiones sobre el libro que escribió Daigo Umehara.
Seguramente quienes no están metidos en el mundo de los videojuegos ni siquiera han oído hablar de Daigo. Como introducción, vean el siguiente video. Daigo es quien da la voltereta y gana el round.
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=kuSMEVhPvTY[/youtube]
Sí, yo sé que éste no es el principio de Daigo, y también estoy consciente de que muchos de ustedes lo vieron y no tienen ni idea de lo que está pasando. Resumiendo: lo que Daigo hace en el video es como el sueño dorado, la meta y el significado que tienen los juegos de pelea, al menos para mí. Ejecutó una jugada maestra arriesgándolo todo y terminó ganando un round y una pelea que estaba prácticamente perdida… en torneo… ¿Todavía no entienden qué onda? Bueno, sólo piensen que hizo algo muy, muy difícil.
Daigo está en el libro de récords Guiness como el jugador profesional de videojuegos que más triunfos ha obtenido en torneos oficiales de Street Fighter, y fue el primer jugador profesional de videojuegos en Japón, ya que antes de él no existía el concepto por acá.
Daigo escribió un libro que fue publicado este año. Portando el título de 勝ち続ける意志力(Kachitsuzukeru ishiryoku) que se traduce como “La fuerza de voluntad para continuar ganando” en él se plasman los acontecimientos que llevaron a Daigo a ser quien es ahora, y su filosofía de cómo ganar y mantenerse siempre en la cima, que todos sabemos que es lo realmente difícil.
Las primeras páginas del libro describen el video de arriba; Daigo narra punto por punto lo que pasó por su mente en ese momento, y quizá lo que a mí me llamó más la atención es que durante esos segundos críticos él no escuchó absolutamente nada, ni siquiera a la multitud que poco a poco comenzaba a celebrar su jugada. Según sus palabras, hasta después de terminada la pelea se dio cuenta de que la multitud se había vuelto loca. Ese nivel de concentración en una situación como esa es, al menos para mí, increíble, y al mismo tiempo un acto loable.
Obviamente, no todo fue miel sobre hojuelas en la vida de Daigo, pero siempre estuvieron presentes los videojuegos, y es ahí donde me sentí identificado. Ya antes he escrito aquí lo que significan para mí los videojuegos, y leer algo similar que viene de un personaje como Umehara fue hasta cierto punto sorprendente.
Daigo hace la separación (hasta cierto punto lógica) entre los que ganan y los que son ganadores. Hay gente que piensa que llegar a ser el número uno es la meta final; se concentran en ganar un evento en específico, o en vencer a alguien en específico, y es una meta totalmente respetable, pero esa gente no llega a ser ganadora. Menciona también que hay que encontrar un balance entre no ser arrogante al momento de ganar ni tampoco auto-despreciarse al perder.
Algo que sí me sorprendió es que Daigo comenta que no le gusta aprovecharse de las debilidades de sus oponentes, y que no recomienda hacerlo si es que uno quiere hacerse realmente bueno.
En el libro también se cuenta sobre el tiempo que Umehara estuvo retirado de los videojuegos, y lo que hizo en ese entonces: aprender a jugar Mahjong y convertirse en 介護士(kaigoshi, enfermero dedicado al cuidado de gente mayor).
Con todo, quizá el punto en el que más estuve de acuerdo de todo el libro es en 2 puntos:
- En vez de concentrarse en ganar un evento, lo que se debe mantener siempre es un propósito, y ése debe ser el seguir creciendo, seguir mejorando, seguir puliendo las técnicas. Después de todo, si uno se centra nada más en llegar a la cima, lo más seguro es que alguien llegue y te destrone. A fin de cuentas, siempre habrá alguien queriendo desafiar y derrotar al campeón.
- Daigo expresa que estar en el mundo de los juegos de pelea implica estar aprendiendo siempre. Puedes ser el mejor en un juego, pero cuando salga otro, cuando la comunidad y la competencia se mueva, si no aprendes desde el principio, lo que va a pasar es que vas a perder, y te quedarás pensando “pero si era muy bueno en el juego X”.
El punto 2 anterior es algo que siempre he sentido, y de hecho fue lo que me motivó a comenzar a jugar Tekken, siendo que nunca me habían gustado los juegos de pelea en 3D: cuando iba al centro de juegos y esperaba encontrar reta en algun juego conocido. En 2005, publiqué aquí en el blog el resultado de la primera vez que fui a retar a las arcadias en Iizuka, pero poco a poco esa gente se fue moviendo a otros títulos. Veía que muchos se juntaban en Tekken (en aquel entonces el 5), pero yo me resistía precisamente por no haber practicado nunca. Cuando de plano me animé, me pusieron las arrastradas de mi vida y llegaba a pensar en lo “bueno” que era en otros títulos con los que crecí y a los que me acostumbré durante muchos años. Al aplicar lo que siempre hago en el mundo de la computación y la investigación, de repente la frustración se convirtió en reto… en uno que todavía sigue.
Daigo Umehara, como cualquier persona que se hace famosa, tiene defensores y detractores. Mientras los primeros lo elevan al estatus de dios de los juegos de pelea, los segundos se dedican a celebrar cada una de sus derrotas (como la que sufrió en el pasado EVO 2012 – el torneo de juegos de pelea más importante a nivel mundial). ¿Mi opinión? El hecho de estar presente en torneos y ser constante en el top 8 lo hace admirable. Puede que no gane siempre, y que no haya ganado últimamente algún torneo, pero el temple que muestra al momento de estar en escena es impresionante.
Un día de estos seguro me lo encuentro. Según su libro, siempre está en Shinjuku, desde las 5 pm hasta que cierran, excepto a fin y principio de año. Rara, muy rara vez pido una fotografía o un autógrafo a alguien, pero si lo veo, seguro haré una excepción.