Entre mil cosas que salieron a finales del año pasado y principios de éste, aquí estoy casi un mes después.
Es bien sabido que el fin de año trae consigo un montón de costumbres en Japón: la primera visita al templo, la primera salida del sol del año, o-sechi (comida que se prepara específicamente para año nuevo), reuniones para olvidar el año que terminar (忘年会 bounenkai) o para recibir al que llegó (新年会 shinnenkai), etc., etc. En este sentido, el año que terminó fue esencialmente lo mismo para mí.
No es necesariamente malo que las cosas se repitan cada año; es un ciclo que definimos para medir muchas de las actividades que realizamos. No obstante, hay ciertas cosas que, por ser tan repetitivas, a veces me causan… hmm… ¿ira? No… creo que “hartazgo” es la palabra. Explico:
Dentro de las actividades que se realizan cuando el año va a terminar está la de regresar a tu lugar de origen para pasar el año nuevo en compañía de tu familia (generalmente padres y hermanos). Es, junto con el obon (a mediados de agosto), de las únicas fechas en las que las japoneses diligentemente se toman tiempo para ver a su familia. Todo bien hasta aquí. Lo que a mí me llega a deseperar es que las mismas personas me pregunten lo mismo cada que un año va a terminar:
¿Vas a regresar a México?
Noten el énfasis en “las mismas personas”. Hablo en concreto de la gente de las empresas en las que he laborado por acá. Para nada me molesta que un japonés me haga esa pregunta, ya que para ellos es una actividad natural y suponen que tener 6 días de vacaciones es tiempo suficiente para ir a México, convivir con la familia, descansar y regresar con nuevos bríos al trabajo. No lo digo de forma sarcástica, porque en verdad lo creen. Sin embargo, cuando las mismas personas te hacen exactamente la misma pregunta por varios años después de haberles explicado que el tiempo no es suficiente y que no vale la pena el gasto salvo que sea una emergencia, te hace pensar si realmente lo dicen por curiosidad o lo hacen como si estuvieran programados para preguntarlo cuando la época llega:
if (date == "Ya casi es fin de año") { askQuestionAboutGoingBackHome() receiveSameAnswerAsLastTime() say("Ahhhh") }
Obviamente no les respondo de la forma grosera ni mucho menos; siempre doy la misma respuesta y siempre recibo los mismos comentarios.
La cuestión aquí es que pareciera que no hay más temas de conversación durante todo el año, y cuando pasa algo en la oficina que está fuera de la monotonía de cada día, es como ver a niños que acaban de abrir un juguete nuevo. Por ejemplo: cuando llegan a la empresa los doctores a ponernos la vacuna contra la influenza, el único tema de conversación es si duele o no, cuánto duele, si ya fuiste a que te inyectaran, que a qué horas vas a ir, etc., etc., y se siente una alegría y vida que, si fuera cada día, haría que el lugar se sintiera con más energía y no todos tendrían que estar haciendo cara de “odio estar aquí” mientras suena el ruido de los dedos al contacto de los teclados de las computadoras.
Además de esto, me sigue pareciendo increíble, aun después de tantos años por acá, que piensen que 6 días es suficiente para hacer un viaje tan largo por placer. Si fuera de negocios lo entendería; incluso si México estuviera tan cerca de Taiwan, Corea del Sur o algunos lugares de China, lo entendería, pero ¿cruzar el océano pacífico?
Otra de las preguntas, o mejor dicho, de las reacciones que tengo que ver o escuchar repetidamente es la de “Pero eres mexicano, y los mexicanos toman mucho. ¿Por qué no tomas? ¿Estás enfermo?”. Hace 6 años y medio escribí un poco al respecto; hablaba brevemente de lo que el alcohol significa para esta cultura, y aun así, aunado con el hecho de que, comparado con 2010, ahora bebo un poco más (digamos unas 2 veces por año cuando mucho, y no me pongo hasta las chanclas), me causa sorpresa ver que la reacción de muchos japoneses es la misma. Eres adulto = seguro tomas alcohol. Mi suegra cae también en esto, pues le parece increíble que yo no tome, sobre todo en situaciones en donde casi cualquier hombre japonés lo haría, y aunque sabe que no lo hago, siempre me pregunta si realmente no voy a tomar.
Recalco: no me molesta responder a este tipo de preguntas cuando alguien las hace por primera vez. Mi punto es cuando las mismas personas formulan las mismas preguntas en situaciones similares.
Hasta aquí, todo fue igual.
Lo diferente este fin de año fue estar con mi hijo… pero enfermo. No es NADA gracioso que tu hijo se enferme con rotavirus justo el 30 de diciembre por la noche y tengas que estar en el hospital a la 1 am del 31. Sí, sé que los niños son esponjitas, y que esto es solo el inicio, pero por principio de cuentas sí me asusté mucho porque no quería comer y lo veía vomitar y con diarrea. Olvídense de celebrar año nuevo de forma tranquila y añádanle puntos de preocupación de padre primerizo. No es una bonita combinación.
Tardó una semana en ponerse bien, y eso significa que tardé más de una semana en quitarme el miedo que tenía de que el niño no comía y le fuera a pasar algo más grave. Verlo sano es quizá lo más agradable que he experimentado en lo que va del año… pero no todo tenía que ser bueno. Ahora tenemos el problema de que solamente quiere comer lo que le gusta, puesto que cuando estuvo enfermo solamente comía (y muy poco) lo que más le gustaba. Antes de enfermarse no teníamos gran problema en que comiera verduras, y hasta Emi se jactaba de que el niño comía verduras sin respingar. ¿Ahora? Tenemos que batallar cada comida para lograr que las coma, aunque sea un poco. La hora de la comida significa reunir juguetes y libros en la mesa; mi papel es el de distraerlo mientras Emi le da de comer, y si está distraído ni se fija qué es lo que está comiendo, pero si le pone atención a la comida y ve cualquier indicio de algo que no le guste (que sí le gusta, pero refunfuña), te dice claramente “¡NO!” :/
El final de 2016 y el principio de 2017 ciertamente fueron algo contrastante. Es divertido experimentar algo nuevo, aunque sean sustos que uno debe de pasar como padre de familia. Con todo, sería mejor que los sucesos que fueron iguales cambiaran aunque fuera un poco.
Para concluir, he tenido un montón de trabajo en las últimas semanas, y junto con andar cuidando a mi hijo, no me han dado mucho tiempo para escribir por acá. Sin embargo, ya saben que estoy al pendiente de todos los correos y comentarios que me mandan, y que todos los leo, pero tardo a veces mucho en responder. Como siempre, les pido comprensión y paciencia. Hay mucho que quiero escribir aquí, pero ya saben que a veces me toma tiempo en acomodar un escrito para que quede decente.
Por aquí sigo.
Estuvo extremo lo del Año Nuevo. Lo bueno que que ya pasó el susto. Todavía no llego al grado de “hartazgo” por lo predecible que puede ser la relación con las personas del trabajo (apenas llevo un año en este ambiente) pero la pregunta de sí iba a ir a México sí fue hecha. :O Veremos si el próximo año también. 😛
Saludos y gracias por compartir.
Extremo es poco. Lo más importante es que el niño está sano, pero eso de no descansar nada sí está pesado. Van 2 fines de año que la pasamos así, je je. No obstante, lo veo por el lado amable. Será una buena anécdota en el futuro.
Sobre la pregunta de ir a México, espero que no te suceda.
Saludos.
Vuelvo a leer tu blog despues de mucho tiempo y veo que aun mantiene ese toque de cercania y fluidez que imprimes en todo lo que escribes.
Mis felicitaciones por mantener actualizado este blog aun teniendo poco tiempo para dedicar, ya que, siempre es prioridad un hijo. Mucho animo y gracias por seguir brindando un punto de vista con mirada de latino, desde una tierra tan lejana.
PD: Menos mal y no estas en USA, las cosas si que van a estar jodidas por estos lares, ojala y prevalezca al fin algo de cordura que parece haberse extraviado…….
¡Bievenido de vuelta!
Muchas gracias por tu comentario 🙂 Es bueno saber que no he perdido el “toque”, je je.
Situación en USA: sí. Se ve medio feo el asunto. No le hao feo a los Yunaited Esteits, pero sí estoy al pendiente de cómo van a evolucionar las cosas, especialmente en mi caso de que soy mexicano y mi esposa es japonesa…
¡Saludos!
¿Y cuando vienes a México? No lo pude resistir, ya en serio es muy bueno leerte, se te extraña pero es bueno saber de ti de vez en vez en twitter, que este año sea un poco menos malo que el anterior.
Saludos.
Pues de querer ir, quiero, pero ahora con monito extra, es más $$$ lo que hay que juntar para el pasaje. A ver qué se puede hacer para fin de año.
Sip, sigo vivo en Twitter, y de vez en cuando en los YouNow que hago mientras no pueda hacer Periscope.
¡Hola, que tal!
Me da mucho gusto saludarte. Llevo tiempo leyendo tu blog, ya que uno de mis mini-sueños es pisar tierra nipona, y has sido una gran inspiración y ayuda al momento de entender las cosas y orientarme. Felicitaciones, tienes un gran blog, y tal vez está de más que te lo diga, pero también tienes una excelente forma de comunicarte, algo difícil de encontrar últimamente en internet (en cuanto a blogs y páginas personales de éste estilo), resulta no sólo fácil entenderte, sino también es grato leer lo que escribes.
Por lo demás lamento no haber comentado antes. Honestamente no soy muy de andar hablando con personas (las conozca o no), pero en este caso es más como una preparación, y una promesa conmigo mismo (aunque no hagas nada, me ayudas con sólo tener abierta la página, gracias); además de claro, hacerte notar que habemos mil bichos raros que leemos casi todo, aunque no comentemos. Prometo a partir de ahora tratar de hacer más comentarios aunque no tenga mucho que decir.
También he de mencionar que hay cosas en las que me restan dudas, y espero que algún día me puedas orientar en caso de que no pueda resolverlo por mi mismo, sin embargo, esto te lo haré llegar a su tiempo y por correo. Este comentario es únicamente para expresar mi gratitud, y respeto; además de la felicitaciones mencionadas al principio.
En fin, por ésta ocasión me retiro, y de nuevo: gracias.
Hasta pronto
¡Hola!
Muchas gracias por tus comentarios 🙂
Oh sí. Puntos buenos para ti por hacer el esfuerzo para comunicarte más. Respecto a tus dudas, tú mándalas cuando gustes. Nada más recuerda que a veces me tardo mucho tiempo en responder.
¡Saludos!
Es lo mismo aqui en España:
La gente siempre pregunta “Que tal?” y la verdad es que ni siquiera se interesan en la respuesta. Al principio, yo contestaba con la verdad (bien / más o menos / hoy no muy bien, etc) pero antes de terminar la primera palabra notaba que ni prestaban atención o ya estaban haciendo otra cosa “más interesante”… Preguntan por preguntar, que es lo mismo que hablar por hablar… y a eso mi papá lo llamaba “hablar como el Borras”.
El viejo truco de distrae al niño y este come. bien !!!
Y todavía hay que aplicarlo de vez en cuando. Es un circo darle de comer, pero poco a poco nos estamos acostumbrando.
Saludos.