Casi estoy a punto de sacar la bandera blanca, pero todavía puedo más.
Desanima mucho ver que hay que hacer tantos cambios en tan poco tiempo. Sí, todo será para bien, lo sé, pero ¡que no me digan un mes antes!
Me quejo, sí, y mucho, pero creo que lo tengo que soportar.
El próximo sábado participaré en uno de los festivales tradicionales de la ciudad. Se preguntarán: “¿No que mucho trabajo?” Así es, pero acepté lo del festival mucho antes de que mi asesor se manchara con lo que me dijo a finales de la semana pasada. Además, no es que tenga que cumplir, es que quiero cumplir porque quiero estar presente al menos una vez en este festival, que por cierto tiene una peculiaridad que podríamos calificar como “interesante”, pero no diré nada hasta después del sábado.
En lo único que me estoy divirtiendo es en moverle a mi PSP, sin jugar practicamente. He bajado unos tutoriales sobre programación para esta consola, y en cuanto tenga una oportunidad echaré a andar una idea que traigo en mente al respecto. Sí, sé que es estudio también, pero al menos me relaja un rato.
Quiero ir al cine estos días, pero parece que tendré que esperar a que pase el examen final del 31.
Ando desganado, es cierto… y R, ni sus luces todavía.