El momento en el que Yawara se convierte en la número uno del mundo, al vencer a Tereshipova en la final de judo categoría libre en las olimpiadas de Seul 88. Cada vez que lo veo, se me pone la carne de gallina, y me recuerda al mismo tiempo hacia dónde quiero llegar y lo que nunca debo perder para lograrlo: La humildad. Por eso, Yawara es de las historias que más he disfrutado, y fue la primera que realmente leí toda en japonés.