Los años maravillosos – Parte 3

Después de casi 10 meses, continúa este intento de “autobiografía”. Agarren palomitas, refresco y pónganse cómodos, puesto que la entrada es realmente larga.

Esta parte 3 cubre un poco más de la vida en la universidad y lo que fue mi primer amor (agregue su música cursi preferida por favor 😛 ).

Sin más preámbulos:

La fiesta comenzaba… ¿o seguía?

Después de haberme tragado el orgullo y de comenzar a disfrutar la vida de universitario, los días en la universidad se hicieron mucho más llevaderos y divertidos. Aunque no tenía computadora en casa, me la pasaba en el laboratorio jugando MUD en las computadoras de Sun o en las terminales tontas que corrían Novell, pero necesitabas disco de arranque. Siempre fue el problema (y la burla): éramos la división de ciencias computacionales de la UdG pero teníamos las peores máquinas. Mientras la facultad de medicina se regocijaba con un laboratorio de puras Mac, nosotros teníamos que conseguir nueces para meterlas dentro del CPU con tal de que la ardillita que vivía dentro se pusiera a correr y la computadora prendiera. No obstante, gracias a las carencias que teníamos, aprendí mucho, y, junto con un grupo de amigos, éramos prácticamente los habitantes del laboratorio. Llegamos a jugar MUD hasta por 12 horas seguidas (en vacaciones, aclaro), y estar en la “pole position” del BBS era como la meta de cada día. Y además de la vida “virtual”, comenzar a convivir con los compañeros de grupo y salir en grupo, hacían que los días en la universidad fueran una delicia. Me sentía mucho más identificado ahí que en mi casa.

Japonés, animación, cómics y el panda

Nunca dejé de estudiar japonés por mi cuenta. Había veces que, cuando tenía tiempo libre, simplemente me sentaba a leer el diccionario japonés-español que un amigo japonés amablemente me había vendido en la módica cantidad de 150 pesos (y aún lo conservo). El gusto por la animación japonesa creció, y ser capaz de leer y entender, aunque fueran solo simples palabras, me impulsó a comprar manga en japonés. Comencé con Dragon Ball, que para ese entonces DBZ estaba siendo transmitido por primera vez en México (lo que significa que sí me tocó vivir el momento en el que hasta los maestros cancelaban sus clases con tal de ver qué le pasaba a Gokú), y si mal no recuerdo, después conseguí el primer volumen de “Code name wa Sailor V”. Omar se comenzó a contagiar también de este gusto y se llegó a comprar algunos artículos interesantes, como el Best Song Book de Magic Knight Rayearth (disco que por cierto me gusta mucho), y con los contactos de él y míos, lográbamos conseguir obras interesantes. Llegué a hacer intercambio de videos con un amigo de Torreón, apodado “Azarak”, quien me contactó por el BBS y a quien tuve el placer de conocerlo en persona cuando fue a Guadalajara.
La fiebre de la animación japonesa estaba en su punto más alto. Yo me moría de ganas por asistir a una convención en la ciudad de México, y al parecer Omar traía la misma idea. Había ido antes al DF solo, pero esta vez no tenía donde quedarme, y no sabía del todo cómo moverme en la capital. Total que decidimos ir a la Conque (creo que fue la última), y curiosamente, una persona del BBS que radica en la Ciudad de México nos ofreció su casa y su guía, así, de buena gente, sin conocernos más que las letras que plasmábamos en el BBS. Aunque habíamos conversado por texto, éramos completos desconocidos, que ni por fotos nos habíamos visto. Quedó de recogernos en la central de autobuses del norte, y para identificarlo nos dijo que iría vistiendo una camiseta con la imagen de “Belldandy”. Así fue como nació la gran amistad con el panda, una persona que le abrió las puertas de su casa a 2 desconocidos y se convirtió en uno de mis mejores amigos. Como nota informativa, nos fuimos de la central directamente a la convención, sí, con todo y maletas, acción que hizo que Adalisa Zárate se riera de y con nosotros.
Después de esa ida al DF, siguieron más. Gracias al panda conocí una tienda japonesa en Cuernavaca llamada “Momiji”, donde vendían manga “difícil de encontrar”. Fue ahí donde compré el primer volumen de Yawara! y donde me enamoré de la historia por completo, aunque ya conocía algo al respecto. Cada vez que iba al DF significaba por defecto ir a Cuernavaca a surtirme de mangas. Incluso la vez del torneo nacional de Street Fighter Alpha 3 que fui como representante de Jalisco (junto con otros 2 amigos) me escapé un día antes para comprar como 8 volumenes de Yawara, y mis amigos se preocuparon porque no sabían exactamente a dónde había ido ni dónde podían buscarme. Ésas eran aventuras 😛
Todo el material que compraba tenía 2 fines: el de colección y el de estudio. Siempre tenía tiempo para aprender una nueva palabra en japonés, y poco a poco entendía más del idioma, pero ciertamente todavía estaba muy lejos de tener buen nivel.

Kazuhiro Nagai

Kazuhiro es un japonés que estaba becado por su compañía para estudiar español en la universidad de Guadalajara. Lo conocí por pura casualidad gracias a que un día abordó el taxi de mi papá, y éste le comentó que yo estaba estudiando japonés por mi cuenta. Kazuhiro mencionó que le daría gusto conocerme, nos pusimos en contacto y así nació una amistad basada en el intercambio de idiomas… solamente que yo no tenía mucho que enseñar puesto que su español era impecable, y cuando nos veíamos era más que nada para platicar de cosas triviales. Lo que yo aprendí de japonés con él fueron cosas que yo tenía duda de cómo decirlas y él simplemente me enseñaba el patrón que debía seguir y cómo debía conjugar los verbos para decir lo que quería. Kazuhiro laboraba en una empresa muy grande, Nissho Iwai Sekiyu, y estuvo en Guadalajara por espacio de año y medio; después fue transferido a la ciudad de México, que fue donde lo vi la última vez. A la fecha, sigo sin saber de él, pero me gustaría ponerme en contacto para saludarlo y darle las gracias por su tiempo y por su ayuda para mejorar mi japonés.

Centro cultural Yakult

Gracias a uno de mis mejores amigos, conocí el centro cultural Yakult de Guadalajara. Como su nombre lo indica, era (¿es?) un espacio que la empresa del producto lácteo fermentado dedicaba a la promoción de la cultura japonesa. De hecho, ahí fue donde conocí Yawara, Sailor Moon y otras obras no tan famosas. Era posible llevarse por una semana los videos o libros a la casa para poder disfrutarlos, y todo sin costo. Quizá el material que pasó más tiempo conmigo fue un libro para aprender japonés titulado “Japanese for Everyone”.
Si bien la librería del lugar no era extensa, era como un paraíso perdido para cualquiera que tuviera interés por el idioma japonés.
Durante varios años fui simplemente un miembro más de ese centro, pero poco a poco mi papel comenzó a cambiar: primero, fui invitado 3 veces a un programa de radio (en AM) a explicar un poco sobre el idioma japonés; después, se formó un círculo de estudio del idioma japonés, donde al principio solo era uno más, pero por azares del destino terminé dirigiéndolo y enseñando japonés a aquellos que tuvieran interés en aprenderlo.
Como podrán notar, la universidad entre semana, el centro cultural Yakult los sábados y las juntas para jugar rol los domingos, ocupaban todo mi tiempo, y todavía tenía tiempo de disfrutar mis videojuegos. No fallaba en el estudio, cumplía los proyectos. En fin, los días eran divertidos, y era una delicia vivirlos.
Después del semestre que me hizo cambiar, mi meta académica siempre fue sacar un semestre perfecto, es decir, 100 en todas las materias. Nunca lo conseguí, aunque siempre quedé cerca; incluso en 6to. semestre solo un 96 me apartó de mi objetivo, pero ese semestre tiene una historia especial:

El primer amor

¡Oh sí! Quien diga que no añora su primer amor es porque no lo vivió con toda intensidad. Al principio pensaba que a mí no había ido tan bien como a otros, pero una vez que vi las cosas desde fuera, creo que en realidad sí lo disfruté mucho aunque es cierto que mi entonces novia me hizo como quiso (y cabe aclarar que nos seguimos hablando hasta la fecha, todo muy buena onda; de hecho, la vi en mi reciente visita a Guadalajara).
A ella la conocí gracias a que uno de los chicos que asistía al círculo de conversación en el centro cultural Yakult también tomaba clases de japonés en otra institución. Él invitó a los chicos de ese grupo a venir con nosotros, y, bueno, ustedes saben cómo es esto: ves a una chica que realmente te late y todo lo demás se vuelve borroso. No sabía ni su nombre, pero gracias a mi amigo tenía forma de saber en dónde estaría… y de paso ver si podía aprender un poco más de japonés.
Ni tardo ni perezoso fui al otro lugar, que resultó ser la casa de quien dirigía las clases (y que después llegó a ser el director del ahora desaparecido centro de idiomas Vancouver), y me metí a una clase, donde por cierto también estaba mi amigo. Había un chavo en particular que se veía que le echaba ganas y que, a ojos vistas, era como el líder de la clase. Lo llamaré R. Recuérdenlo, porque él tiene vela en el entierro en todo esto. Total que en esa clase prácticamente yo contestaba todo lo que la maestra (japonesa) preguntaba, lo que hizo que se desesperara porque nadie más respondía (ni los dejaba responder), y creo que lo siguiente que me dijo fue porque no encontró otra palabra en español para expresarlo: “¡Cállate!”. Sí, mi clase de “prueba” en la otra institución, no estaba la chica que me gustaba y encima la maestra me había callado. Como que no me había ido muy bien. Lo único que averigüé esa vez fue el nombre de la nena en cuestión. La llamaremos V.
Para mi fortuna, V, junto con otros chicos incluyendo a R, comenzaron a ir de forma continua al centro cultural Yakult; el problema, o mejor dicho, la primera herida “de guerra” que sufrí no tardó en llegar: R andaba tras de V, y como lo vi esa vez (él dándole una tarjeta a ella delante de todos) me bajó los ánimos y las esperanzas hasta el suelo… pero yo no me quería rendir.
Con el paso de los días (o semanas, mejor dicho, porque nos veíamos una vez nada más), el grupo del Yakult se fue afianzando, y formamos un grupo que no solamente iba a tratar de aprender un poco más de japonés, sino que también comenzamos a convivir como amigos: salidas al cine, a antros, fiestas, posadas. Fue como una etapa mágica, y si bien no era el más grande del grupo, al menos escolarmente hablando, era uno de los 3 universitarios (los otros 2 son unos hermanos; la chica estaba por graduarse ya a punto de graduarse). Todos los demás, incluyendo V, eran estudiantes de preparatoria. Y antes de que me digan “asaltacunas”, recuerden que no tenía la edad de un universitario “común y corriente”, por lo que aunque sí era (y soy) mayor que V, la diferencia como que no es mucha. Durante este tiempo, lo que sentía por ella se hizo mucho más grande, y 2 sucesos me habían dado esperanzas: 1) ella no andaba ni había andando con R, y 2) estaba en la preparatoria justo al lado de donde yo estudiaba 🙂
El día llegó: tenía que decirle lo que sentía (si es que no se había dado cuenta ya 😛 ). Necesitaba una técnica, un lugar y una fecha. Los seleccionados fueron: una carta de amor (cursi, pero creo que es lo que mejor se me da), la escuela y XX día de mayo (si mal no recuerdo) respectivamente. Compré una flor, revisé que la carta no tuviera errores (y sí tenía uno GARRAFAL porque puse su nombre en japonés, pero me equivoqué en un katakana) y me lancé a la aventura. Total, después de lo que había hecho en la preparatoria (revisar la parte 2 de esta serie para mayor referencia), no había nada peor que me pudiera pasar. Y ustedes ya saben cómo es el trámite: las chicas por lo general ya saben a lo que van cuando las citas un día X a una hora X y en un lugar X, y uno, como siempre, todo nervioso, pensando en todas las posibles razones por las que lo pueden “batear”… y el resultado fue el esperado: me mandaron a volar lejos, pero de la manera tan sutil que tienen las mujeres para decirte que no sin querer hacerte sentir mal (tomen nota chicas: SIEMPRE nos vamos a sentir mal si nos batean, sobre todo cuando uno va en serio).
Total que el necio de “yo” tomó relativamente a la ligera ese rechazo, y seguí mostrando, ahora sin disimular nada, que V me gustaba. Y yo no sé si fue por pena, porque realmente le llamó la atención o porque de plano lo sintió, pero en septiembre de ese año ella fue la que me contactó y me dijo que sí. ¡YES! Recuerdo que estaba en el laboratorio de cómputo de la universidad, llevábamos días hablando mucho de nosotros por medio del difunto BBS del iteso, hasta que ella me dijo que quería hablar conmigo en persona. Para mí no importaba la razón; el hecho es que tenía novia, y era la chica a la que me le había declarado justo unos meses atrás.
Como toda relación, al principio fue perfecta; no nos veíamos mucho, pero salíamos una vez a la semana, nos veíamos en el Yakult, teníamos nuestros amigos comunes y por separado. Ni mandado a hacer. Pero obviamente poco a poco la magia dio paso a la realidad y al cabo de unos meses (5 si mi memoria no me falla), me terminaron, así, de buenas a primeras… Caí en una de las depresiones más grandes que he pasado en esta vida.

La vida sin V

Fácilmente duré unos 3 meses aislándome lo más posible de todo contacto externo. Solo lo necesario, y después, a encerrarme en mi cuarto. Lloré, sí, y mucho, y no me apena decirlo: había intentado tener novia desde hacía mucho tiempo, pero cuando de verdad conseguí una y entendí lo que era realmente querer a alguien y después perderlo, dolió (como debe doler). Casi no comía, no hablaba, no me divertía, pero hubo algo que nunca descuidé: la universidad. Nunca perdí rendimiento, ni bajé de calificaciones (siendo que me tronaron en plena época de exámenes). Ése fue mi 6to. semestre de la carrera: el mejor en cuanto a calificaciones se refiere. ¿Cómo le hice? Ni yo sé.
Fue gracias a mis amigos del rol que pude salir de esa depresión, y especialmente a uno le estoy profundamente agradecido por haber hablado conmigo como lo hizo esa vez. La vida comenzó a tomar su curso: salí del hoyo y me dispuse a continuar… pero V no había salido todavía de mi vida, y mis sentimientos hacia ella tampoco habían cambiado.
Ignoraba por qué, pero yo sentía que lo de V y yo todavía tenía mucho que dar, rectifiqué mi actitud y me di cuenta que, hasta donde sé, nunca hice nada malo ni me equivoqué así garrafalmente; reflexioné también sobre V y yo, y caí en cuenta de que fui muy suave, muy condescendiente con ella. Si ella se equivocaba, se enojaba conmigo, y yo era el que siempre tenía que pedir disculpas. Sip, lo que hace el amor y la falta de experiencia. Pero también entendí que haber dado todo por una relación me hizo vivirla a plenitud, aunque hubiera terminado mal. Fue en ese momento cuando me sentí libre, y cuando me sentí preparado para tener otra relación de pareja… solo que nunca imaginé que volvería a ser con V.

V, parte 2

Cerca de 8 meses pasaron después del cortón. V y yo tardamos un poco en acostumbrarnos a volver a ser amigos, pero curiosamente las cosas funcionaron y volvimos a hablar, si bien no como antes, al menos de forma más tranquila, ya sin compromisos. V llegó a quitarse chavos de encima usándome como “su novio”, situación que lejos de incomodarme, me agradaba. Yo para ese entonces ya trabajaba por las tardes (luego hablaré de eso con detalle), y V y yo comenzamos de nuevo a usar el BBS para platicar en línea (y sí trabajaba, antes de que digan ¡Ah cómo trabajabas! 😛 ). Comenzaron a salir insinuaciones de salir juntos a algún lado, y de nuevo fue ella quien tomó la iniciativa. Yo sentía que captaba el mensaje, pero no me quería ilusionar, por lo que dejé pasar varias ocasiones hasta el día en que de plano le dije: “Dejémonos de rodeos. ¿Quieres salir conmigo?”. La respuesta fue un “sí” inmediato, seguido por un “vamos al cine a ver la película “El violín rojo” hoy por la tarde”… y así fue. Aunque la película es muy buena (y de hecho es de mis favoritas), la caminada que dimos desde el Centro Magno de Guadalajara hasta la catedral fue una experiencia mágica, un viaje a otra dimensión donde el tiempo existía solo para nosotros. Para ponerlos en contexto, recorrer ese tramo caminando toma poco más de una hora, pero al paso que íbamos, fueron muchas más.
Hablamos mucho, muchísimo, de todo, incluyendo lo de nosotros. Ahí ella me confesó algo que me dejó helado: cuando terminamos y yo caí en depresión, ¡mis papás le llamaron por teléfono a su casa para preguntarle que qué me había hecho para que yo me hubiera puesto tan mal”. “¡Trágame tierra!” fue lo primero que me vino a la mente, así como la idea de que NUNCA podría volver a ver a la cara a sus papás debido a la vergüenza que sentía. Los sentimientos de ambos salían a flote, pero ninguno decía nada en concreto; fui yo el que le solté la pregunta directa: “Sin darle tantas vueltas, ¿quieres volver conmigo? De hacerlo, es borrón y cuenta nueva: lo pasado, pasado. Lo que importa es lo que haya de aquí en delante”. Su respuesta reflejó mucho lo que ella estaba sientiendo y lo que le preocupaba: “¿Y si te vas a Japón, qué hacemos?”… tumbó todas las defensas que yo todavía tenía: la nena quería volver, pero tenía miedo de que me dieran la beca al graduarme y que me alejara de ella. Y en efecto: por mucho que quisiera a alguien, la beca era un sueño, y si la obtenía, no la iba a desaprovechar… pero en ese entonces era todavía una posibilidad futura, algo por lo que no no teníamos que preocupar en ese momento. V y yo regresamos como pareja, y esta vez duramos 1 año y 2 meses, los cuales, dicho sea de paso, disfruté al máximo. Tenía cara de felicidad siempre, me sentía completo. Lo viví, ésa es la expresión.
No es tema para tratar aquí, pero puedo mencionar que cuando terminamos, V nunca me dio una razón concreta. Yo supe que un chavo andaba tras de ella en la universidad (ella estudiaba en el CUCEA, Centro Universitario de Ciencias Económico-Administrativas de la Universidad de Guadalajara), y el chavo la invitaba a salir… y ella aceptaba. Cuando ella me terminó, no sé (ni me concierne saber) cuánto tiempo pasó, pero ella comenzó a andar con él. La diferencia de esta vez que terminamos fue que yo ya no caí en depresión (aunque por supuesto me dolió), y cada quien siguió su rumbo. La relación con la familia de V nunca decayó, y todavía hoy en día soy bien recibido en esa casa (o al menos eso quiero creer :P). Fue hasta 2006, ya cuando vivía en Japón, que en uno de mis viajes a México (el que hice para celebrar que me había graduado de la maestría) V me invitó a salir para platicar conmigo y me dijo la razón real por lo que me había terminado. Aunque no lo crean, ayudó mucho. Cerrar círculos es importante, y yo le agradezco que se haya tomado la molestia de haber hablado directamente conmigo, aunque haya sido años después.
V sigue siendo mi amiga, y aunque ahora cada quien tiene su vida y sus sueños, siempre ocupará el lugar del primer amor.

¿Y qué onda con R?

R nunca me perdonó (si había algo que perdonar) que yo haya logrado andar con V. R estuvo conmigo en el mismo salón en la escuela de japonés, y lo recuerdo como un chavo muy listo, con muy buen memoria y capacidad de retención. Sinceramente, nunca tuve ni he tenido nada contra él, pero parece que hay heridas que todavía no sanan: cuando escribí la parte 1 de esta serie de entradas, él me envió un comentario reclamándome, con palabras no muy agradables, que le “haya quitado” a V, porque el la quería mucho. Me pregunta también si me acuerdo de él, y claro que lo recuerdo, y también se declara mi “archienemigo”.
Pensé mucho en aprobar su comentario para el momento en el que esta parte 3 estuviera escrita, pero por respeto no lo haré. Lo que sí quiero hacer es decirle a R que ¡eso pasó hace como 10 años! Como que ya es hora de superarlo, ¿no? Digo, a mí me la aplicaron igual después (me “bajaron” a la chica con la que quería andar, y sí dolió), pero tampoco creo que sea para tanto.
Para aclarar todavía más el punto, contacté a V por correo el año pasado para decirle de esta entrada (sí, me tardé en ponerla) y preguntarle qué onda exactamente con R. Según V, no lo bateó una vez, sino un montón. Al parecer ella no estaba para nada interesada en él, pero él seguía insistiendo.
Continuará en la parte 4…

27 Replies to “Los años maravillosos – Parte 3”

  1. Muy interesante me pasaron cosas parecidas con mi primer amor es verdad que lo vives muy apasionadamente a tal grado que haces cualquier cosa por esa mujer… en fin yo también entre en depresión después de terminar con ella pero mi sueño de ir a Japón me ayudo a seguir adelante espero que mi vida en la universidad me la pase tan bien como tú 🙂 ya que apenas entro en agosto bueno te ando leyendo en el twitter sayo

  2. Saludos, Manuel!
    Leer esta entrada me hizo revivir muchos momentos de esa época nostalgica del Centro Cultural Yakult. Pues, según yo todavía existe y está en funcionamiento porque hace como un par de años en Nichiboku hicimos un evento conjunto ahí. Ahora está en Chapultepec, como a unas 5 cuadras al sur de Vallarta…
    Y, bueno, confieso que me dio un poco de gusto no haber salido yo ahí con una inicial también, jejeje. LA verdad me habría dado mucha pena (propia y ajena), jajaja. Pero bueno, como tú dices, son cosas que pasaron hace más de 10 años… Y, en el caso de R, pues yo todavía lo sigo viendo a veces en Nichiboku. Trato de saludarlo bien y todo, pero igual me sigue viendo feo (que igual todavía ni sé porqué). Maa, cosas curiosas de la vida.
    Ah, pero en esa época cómo fuimos al cine, jaja!
    Zas, pos cuídate y descánsale.

  3. Ah, perdón por el doble post, pero por cierto, ahorita que recordaba eso de que ibamos mucho al cine, también recordé que tú a veces “eras” medio sangroncín, jajaja. Como una vez que fuimos a ver la de Studio 54, me tapaste la cara con la mano y me dijiste 「赤ちゃんは裸の姉ちゃんが出たら、見ちゃだめ!」 o algo así. Sangrón! Y más aún porque en ese tiempo yo no entendía bien japonés! ¬__¬)/
    Zas, pues! Saludines otra vez!

  4. Wow, bastante interesante esta autobiografía, y que blanquillos los del tal “R”, no mames, que ya lo supere, Get over it!!! Y asté carnal, pues ahora si más respeto, y todavía me acuerdo de mi promesa de dos cartones de cerveza. D:{ Lo haré, tal vez más tarde que temprano, pero cumpliré mi palabra.

    Como sea que tuvieran las peores máquinas, lo que importa es que al final de cuentas aprendieron a usar mucho mejor UNIX y, por ende, Linux, lo cuál hoy en día es más apreciado que cualquiera que maneje Windows.

    Y pus lo de la parte de tu primer noviazgo… anda que casi saco una lagrimita, deberías de hacer una novela acerca de eso (Y si, puse canción cursi… jajajaja).

    Bueno, pues ahí nos leemos en Twitter.

    Ciao.

  5. Sí a mi me preguntan me encanta esto de las historias de cada persona y tu autobiografía es muy interesante. Es bonito recordar y más el primer amor jeje, que bueno que sigas llevandotela muy bien con V. De momento saludos y esperando a que llegue otro tomo de tu biografía.

  6. Excelente historia, pero o se me paso no publicaste la razon por la q te dejo V, o es por un chavo?… Si fuera el caso, volver con una chava que te dejo por otro…mmm no creo xD. Interesante leer para despejarme un poco xD.

  7. OMG, que telenovela tan más intensa en la última parte (tan taaaaaaaan!!)[/joke]

    No estaría nada mal que hicieras un libro sobre todas tus experiencias, tanto en México como en Japón, pero claro, ya con unos años encimita 😛 . Sinceramente sería el primer comprador 😉

  8. Lo que me agrada es que habrá parte 4, ja ja ja como me gusta leer este tipo de cosas.
    Saludos amigo!!

  9. Aaaaahhhh te quedó muy bien XD, me encantó.
    seh el chiste es vivir las cosas al máximo

    tamb está muy interesante como estuviste estudiando japonés, que vida la tuya!

    aprenderé algunas cosas de aki jeh

    gracias por compartir tu historia!

  10. Pues es contumbre decir que así es la vida pero, así es la vida. Es la única forma de aprender.
    Con gusto espararé la 4ta parte.

  11. Muchas gracias por escribir esto sobre ti, personalmente me recuerdas mucho a mi mismo!!!! :S mmm desde inicios de prepa me gusta la cultura asiatica, iniciandome por el pump it up y cultura coreana, luego me llamó la atención lo japonés, principalmente su cultura e idioma y lo he estudiado solo mucho tiempo por no tener maestros donde vivo, también he tenido problemas con novias por eso de “y si te vas a japón?”, igual que tu, mi mejor manera para expresar mis sentimientos son por medio de cartas (aunque a veces me costaba encontrar el momento para darlas jaja) y tambien le agregaba los detalles en japonés jeje 😛 pero a decir verdad mis calificaciones si bajaron con mi “primer amor” jeje y bastantito, me exigia mucho!!! por eso tengo 9.3 de promedio de la carrera U_U jeje. Saludos!

  12. Je, bueno… esa ida a la CONQUE merece su entrada propia, si mal no recuerdo en Hidalgo tuvimos que salir todos del metro para no perdernos, llegar directo a la convención (por cierto no fue la ultima) si la memoria no me falla fue la de 1998 y CONQUE hubo hasta 2001 aunque esos datos los tengo en casa. Fue un placer hospedarlos en casa. Realmente divertido el asunto del conocernos y yo no creo que estaba por conocer a un par de desconocidos, después de todo lo que habíamos compartido en el BBS (que también merece su propia entrada)… ¿que te crees?, que si los planetas no se desalinean voy al Debconf10 este año. Espero llegues a la parte de tus enfrentamientos con Slackware, en esta serie por entregas.

    Un gran saludo.

  13. Hola compa, mi hermana y yo hemos seguido tu blog y nos gusta un monton cada entrada que haces, sobre todo las cosas relacionadas con el Japon, como es la vida por alla… Pero esto de compartir parte de tus vivencias con nosotros no tiene precio, es algo muy especial que lo hagas, en verdad recuerdo que hace un tiempo te escribi preguntandote como hacer para vivir por alla ya que ese es mi sueño y el de mi hermana, pero al leer todas las entradas de este blog y seguirte por el twitter, entendemos ya porque no nos diste una respuesta en ese momento… Nos dimos cuenta de que vivir alla, requiere de mucho esfuerzo, dedicacion y ganas en verdad de querer vivir por alla, y que nos permitas saber como fue tu vida en el pasado, no demuestra que nunca perdiste tu norte, siempre luchaste por tu sueño y aun cuando la vida te golpeo fuerte varias veces, nunca dejaste de luchar, eres un ejemplo para todos nosotros los que luchamos por un sueño a diario, Gracias por compartir todo esto con nosotros, de mi parte y de parte de mi hermana te enviamos un gran saludo y todo nuestro apoyo, sigue adelante, esperamos ir por alla dentro de poco y si es posible conocernos… Saludos!!! ^^

  14. Hola!! jeje ya habia leído las partes anteriores, y fue una de las cosas que me hicieron seguidora de tu blog, la forma en que expresas tus sentimientos me gusta mucho:) se nota que eres una gran persona:) ojala que la parte 4 no la pongas en el 2011 jeje

    gracias por compartir este tipo de cosas ^^
    que son las que nos hacen sentirnos mas
    familiarizados contigo:)

    te mando un saludoo y ya sabes aqui andamos
    como siempre:) byeeeee^^

  15. aaa se me olvido, eso de los amigos que conoces solo por internet y que despues te brindan su apoyo en persona, ya me ha pasado, y se siente muy padre, porque te sorprendes, son cosas que no se esperan de ese tipo de amistades^^ yo por eso creo que la amistad que nace de una computadora si es posible..

    y que mala onda que ya no sepas nada de Kazuhiro Nagai, ojala que pronto des con él, y vuelvan a comunicarse, eso seria genial ^^ ojala que sí^^ bueno ahora si me despido jeje

    que tengas un exelente dia:)

  16. 😀 siempre el primer amor es inolvidable no importa cuantos añosm pasen siempre seguira siendo especial apra uno. muy chida tu historia. 😀

  17. tu relato me recuerda muchisimo a fulana de tal, si leiste el libro sabras a que me refiero, si no, deberias leerlo, pasaras un buen rato (anecdotario de una vida inutil pero sivertida, por fulana de tal)en fin, pasaba por aqui, te eh mandado un par de mails, pero no eh tenido respuesta, veo que estas ocupado y que bueno que tengas muchas cosas que hacer. ten un buen dia

  18. Qué chingón que compartas esas madres con nosotros (tus fans), man :), siento que más de uno nos sentimos identificados y/o inspirados con varias partes de tu historia. Ánimo, carnal, y neta que es un gusto que lo cuentes con lujo de detalle sin escatimar en lo largo XDD!

  19. espero la continuación!, es como cuando dragon ball z se quedaba a medias en una pelea…por dios!! continúa pronto! saludos!

  20. jajaja: Escribiste una carta con su nombre en katakana. Eso me pareció muy divertido. Ya en serio, buen relato y muy personal. Gracias por la confianza que has tenido para compartirlo con … bueno, con todo el mundo realmente.
    Saludos.

  21. muy buena historia, mas agradables es recordar los buenos momentos, que bueno que va haber cuarta parte por que me quede picado, sera la cuarta parte, la de japon??

    saludos, es la primera vez que paso por aqui pero seguire visitando

  22. Fantastica historia, soy nuevo por aqui y creeme que te felicito por los grandes logros y la gran persona que demuestras ser por aqui (jeje) sin afan de ofender. Soy de Monterrey Nuevo Leon Mexico y la vdd me gustaria vivir en Japon es uno de mis grandes sueños. Lamentablemente no se como empezar jaja.

    Saludos y en hora buena por tus grandes metas lograda.
    Animo

  23. Es la primera vez que veo que alguien narra lo del primer amor tan detalladamente….y me dejo pensando…como es eso d q t dieron un si en noviembre cuando t confesaste en mayo!!! Vaya que si tienes paciencia, y lo del bateo….a todos nos pasa…T_T

  24. Jajaja yo tambien iba al Momiji ya que queda como a 1:30 minutos del municipio donde vivo xD,me he dedicado a seguir tu blog es muy bueno sigue asi saludos desde el estado de morelos 😉

  25. Hola, me encanta esta página tipo blog que tienes y para no extenderme quiero preguntarte algo: ¿Dónde esta el Centro Cultural Yakult? esque llevo tiempo queriendo estudiar japonés y ya había escuchado de ese lugar pero lo busco en internet y no estoy seguro si sigue existiendo, y si no, ¿Qué lugar me recomiendas para estudiar japonés? Por favor respondeme! gracias de antemano

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.