120%

A veces simplemente pierdo la noción de lo que estoy haciendo (en cuanto a mi investigación), y otras, simplemente me desanimo.
Como le comenté a una amiga en una carta que envié hace rato, esto del doctorado parece una carrera en donde gana el primero que invente algo que sea considerado como bueno e innovador. Hasta ahí todo suena bonito, pero si se toma en cuenta que lo que uno está haciendo lo pueden estar haciendo otras miles de personas, la presión comienza, y más aún si consideramos que si no se es el primero en sacar a la luz la idea, todo tu trabajo de meses (o años) termina siendo una copia del primero.
Hoy siento que mi trabajo ha caído en la última parte del párrafo anterior, pues creía que mucho de lo que estaba haciendo era diferente, pero entre más me meto a investigar y entre más referencias saco, más me doy cuenta que mi trabajo comienza a parecerse al de Dan Brown con el código Da Vinci: Reunión de cosas existentes y ponerlo todo en una historia medianamente interesante.

Lo bueno: Que lo que tengo en mente para la siguiente parte de mi investigación puede ser algo realmente diferente, algo que me permita estar en una conferencia internacional de alto nivel.

Lo malo: Que mi asesor me puso en una conferencia (no de muy alto nivel) en Tokyo en septiembre, y quiere que exponga lo que llevo hasta el momento. Él dice que hay que ver la reacción de la gente, pero casi puedo apostar que mi asesor conoce cuando mucho el 20% de lo que estoy haciendo. Además, me pidió aumentar el número de experimentos de 40 a 400 en menos de un mes, ya que la versión final del artículo tiene que ser entregada a principios de agosto, y ahí deben venir los resultados de esos experimentos. Pero, aumentar 1000% los experimentos en un mes en una tarea de locos, que casi casi la estoy viendo como imposible.

Lo peor: Tengo examen final de reconocimiento de patrones el próximo 31 de julio. No es difícil, pero tengo que ponerme a practicar un poco más, en especial unos problemitas de un día que no llegué a tiempo a clases… Es decir: Necesito un poco más de tiempo, pero con lo de arriba, es prácticamente nulo.

Aquí la cuestión es: El miedo a la reacción. La gente que va a las conferencias es gente que sabe del área. Esto no me asusta, al contrario, me motiva, pero lo que llevo hasta el momento, aunado con los recientes descubrimientos que hice respecto a trabajos anteriores, no está todavía para ser mostrado… pero a mi asesor ya le urge que exponga algo. Preferiría sinceramente esperar a terminar con la parte nueva, ver cómo se comporta con los experimentos, y de ahí apuntar a una conferencia fuerte, pero ya no puedo cancelar lo de septiembre.

Estoy trabajando al 120% (aunque sea imposible, como dirían en los Simpson), pero en tan poco tiempo, es casi nula la posibilidad de salir con algo bueno. No quiero perder la esperanza, pero siempre hay que ser realistas.

Si el año pasado estuve a punto de morir ahogado, en éste parece que estoy a punto de morir de estrés.

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