Será de dolor o frustración, porque nanaís de grito de independencia por acá. Últimamente mucha gente me pregunta acerca de, me comenta sobre, o me recomienda dar el grito de independencia por estos lares.
Cuando estaba en México y me daba curiosidad por ir al grito, mi papá no me dejaba por lo peligroso que él dice que es. Después, sencillamente le perdí las ganas y cuando pude ir, ya no me llamaba la atención. Llevo 5 años y medio por acá, y no he dado ni una sola vez el grito por este lado. Tomar en cuenta también que la embajada de México ni siquiera me tiene registrado como que estoy por acá (larga historia, pero el cónsul se portó de forma “muy mexicana”), así que no me llegan los correos sobre eventos con referencia a México o que implican a mexicanos.
Al principio si me sentí mal, excluído, pero después, sinceramente perdí el interés, y mejor así le dejé. Hay mexicanos en Fukuoka, pero solo conozco a dos: Carlos (Lost in Japan) y Eduardo, y a este último lo veo cuando mucho una vez cada año y medio. ¿Los demás? En algún lado que conozco. Vivir en el campo no deja nada bueno en cuando a relaciones con otros paisanos, pero ciertamente hace que tu nivel de japonés suba día con día, porque o hablas o sufres (nadie habla inglés por acá).
Eso de “perder el interés” muchas veces se malinterpreta como “malinchismo”, y llueven los comentarios y bromas del tipo “ya eres japonés”,“tú que eres casi japonés”, “¿te acuerdas qué son los frijoles?”. Lo sé: todo es en broma y en el más sano de los ambientes, pero siempre me queda la pregunta: ¿de dónde se basan para decir esto? Lo analicé detenidamente y creo que es por el nivel de adaptación que tengo en este país, y eso que siento que me falta muuuucho para sentirme “adaptado”. Incluso me han llegado a preguntar si yo crecí en Japón, y para nada: el choque cultural es muy fuerte y a mí también me pegó durante unos meses; no toda la comida me gustaba; no me gustan algunos aspectos de cómo los extranjeros son tratados por este lado (aunque tampoco es para decir que nos odian o no nos quieren); no estoy de acuerdo con muchas políticas y costumbres de la sociedad japonesa y me molesto de vez en cuando por situaciones al respecto. Creo que más que nada se trata de tolerancia. Claro que cada quien tiene una opinión distinta, y todas son aceptables.
Recuerdo por ejemplo el caso de mi amiga (mexicana) X, aquella que tuvo problemas aquí en su trabajo en Iizuka y renunció a los 8 meses. Quedó “curada de espantos” y casi casi odiando Japón… y ¿a que no adivinan en dónde está ahora? En Tokyo… Entonces, ¿cuál era el verdadero problema? El lugar (campo), el idioma (no poder expresarse como ella quería) y la falta de personas que hablen inglés. La última vez que hablé con ella se veía mucho más contenta por estar en la capital.
En fin, MySQL no volvió a funcionar en Gentoo. Ando abriendo la ventana para tirar la recién resucitada laptop desde el 5to. piso.