Aunque ya tengo un poco más de tiempo para mí, últimamente he estado ocupado en actividades extraescolares que me consumen gran parte del día. No obstante, me he dado tiempo para responder a las personas que me han enviado correo. Recuerden tener un poco de paciencia. Leo todo lo que me llega, solo que a veces no puedo responder tan rápido como quisiera.
Hace como una semana estaba platicando en línea con un tío. Me comentaba que había encontrado un video de 1994 donde salgo yo (es el cumpleaños de un primo), y que quería enviármelo. Según lo que me decía, el video dura alrededor de 50 minutos, y por lo que me comentaba, todo indicaba que quería enviarlo como archivo adjunto en un correo a hotmail.
Le expliqué que posiblemente el archivo era muy grande y que habría que codificarlo, pero que aun así no creía que se pudiera enviar por hotmail. No sé si no me entendió o quiso demostrarme que sí se podía, pero días después recibí un correo en donde “me enviaba” el video… Sobra decir que lo que me mandó fueron archivos .ifo, y en general archivos de, a lo mucho, 170 kb. ¿para un video de 50 minutos? Tomando en cuenta que un capítulo de animación de 30 minutos, codificado con DivX o Xvid mide unos 150 MB en promedio, creo que no necesito decir que no me mandó nada.
Le escribí otro correo explicándole lo que había pasado y lo que habría que hacer para que el video me llegara, a lo que él me respondió con un “gracias por el consejo”, visiblemente molesto por mi explicación. Al leer su respuesta, de nuevo recordé (aunque nunca lo he olvidado) lo complicado que puede ser para muchas personas manejar una computadora, y al mismo tiempo, cuál es el trabajo que nosotros los profesionales en este campo tenemos para poder satisfacer a esos clientes, a la gente que no pasa su vida enfrente de un monitor, y para quienes abrir una carpeta o hacer un doble click puede ser toda una hazaña de la que se sienten orgullosos. La inocencia de estos usuarios es la pauta que marca el reto al que nos enfrentamos al hacer un sistema: muchas veces el usuario no sabe realmente lo que quiere, y como ellos no conocen los límites les es fácil pedir muchos detalles (algunos de ellos complícadísimos o de plano imposibles).
Debo reiterar también que ciertamente la necesidad es la madre de la invención, y que mi hermana, que no sabe NADA de computadoras, haya podido ejecutar como súper usuario un fsck -A para reparar un problema que le salió en el disco duro, prueba que, esa “inocencia” es a veces “flojera”. Bueno, gracias a eso los de soporte técnico tienen trabajo. Al final, creo que todos quedamos contentos.
¿Y el video? Cuando lo reciba, lo subo para que todos vean mis años mozos… eso claro si es que lo recibo 😀