Como lo he mencionado brevemente en otras entradas, tengo que mudarme antes del 1 de abril.
Vivo en un conjunto habitacional que el gobierno de Iizuka destinó a los estudiantes extranjeros. Son 16 casas ya viejas, pero por dentro fueron totalmente remodeladas. Esta casa tiene 3 cuartos: 4.5 tatamis, 4.5 tatamis y 3 tatamis. En Japón, los cuartos se miden por tatami, en donde uno mide 180 cm x 90 cm x 5 cm. Como podrán imaginarse, el lugar no es muy grande, pero al menos es lo suficientemente espacioso como para vivir a gusto. No me quejo realmente, ni siquiera porque mi baño es realmente una letrina (sí, no me equivoqué. En esta parte de la ciudad no hay drenaje y todo cae a un pozo; una compañía viene cada mes a vaciarlo). Digamos que es un pequeño sacrificio que hay que pagar por vivir en un lugar donde la renta es la más barata de toda la prefectura (y posiblemente de las más bajas en Japón). Como voy a dejar de ser estudiante, tengo que dejar este lugar y mudarme a un departamento (o casa) común y corriente, lo que significa claro pagar más de renta.
Mudarse nunca es fácil debido a toda las cosas que tienes en tu casa; si a eso añadimos el factor “Japón”, la dificultad se dobla. Primero, el hecho de ser extranjero hace que a fuerzas necesites tener un aval, y éste tiene que ser japonés. Si eres estudiante, la universidad tiene un sistema para convertirse en aval de los estudiantes, pero una vez que egresas, te rascas con tus propias uñas. Lo del aval es lo primero que te preguntan en cualquier inmobiliaria. Acto seguido, te ven con cara de alien, te preguntan los datos de tu trabajo, y por lo general no te atienden como lo harían con un cliente japonés hasta no tener cierta “confianza” de que realmente puedes pagar, tienes el respaldo de un aval y hablas japonés. Si es una inmobiliaria que no está acostumbrada a los extranjeros, definitivamente no es una experiencia placentera.
Después de que te muestran las casas (yendo directamente a cada una de ellas) y decides en cuál quieres vivir, lo que sigue son los costos. Todos conocemos el famoso depósito; aquí también existe, bajo el nombre de 敷金 (Shikikin). Pero contrario a lo que podría ser al menos en México, en Japón, al momento de hacer el contrato de vivienda, salen a la luz las demás cuotas:
- El depósito es por lo general de 3 meses de renta. Al dejar la casa, te regresan lo que haya sobrado de él después de arreglar los desperfectos que le hayas ocasionado. En el caso del departamento donde vivía antes, me regresaron más o menos la mitad.
- La cuota de “agradecimiento”. Llamada en japonés 礼金 (Reikin), es por lo general de 1 mes, y sirve precisamente para agradecerle al dueño del inmueble por permitirte vivir ahí. Nunca volverás a ver este dinero.
- La cuota de la inmobiliaria. Negocios son negocios. La inmobiliaria te cobra 1 mes de renta por sus servicios.
- La renta en Japón se paga por adelantado 1 mes antes. Así que si entras a la casa en abril, te cobran al instante la renta de abril y la de mayo.
- Seguro contra incendios. Obligatorio. El precio depende del lugar, pero ronda los 16,000 yenes por 2 años.
- Seguro contra terremotos. Opcional. Es un agregado al seguro contra incendios. No cuesta gran cosa (después de pagar 16,000 yenes, pagar otros 5,000 realmente no duele tanto).
Saquemos cuentas:
Depósito (3 meses) + Agradecimiento (1 mes) + Cuota de la inmobiliaria (1 mes) + 2 meses de renta = 6 meses + aproximadamente 22,000 yenes de los seguros.
Supongamos que encuentro un departamento de 40,000 yenes al mes (que es más o menos el presupuesto que estoy considerando):
40,000 x 6 = 240,000 + 22,000 = 262,000 yenes, a pagar al momento de hacer el contrato.
Y eso es porque vivo en Kyushu. Si quisiera vivir en una zona cercana a Tokyo, el costo de la renta por un departamento de más o menos las mismas dimensiones y número de cuartos fácilmente se duplicaría (mínimo). También hay que mencionar que hay lugares en donde no se necesita pagar la cuota de agradecimiento, lo cual reduciría el pago inicial (algo es algo).
Si consideran que el 17 de marzo me voy a Hong Kong a presentar otro artículo técnico y que todo el viaje corre por mi cuenta, entenderán porque no me calienta el sol en estos días. Y claro que no voy a contratar a una agencia de mudanza, porque sería todavía más gasto.
Ahora ya saben: si quieren vivir en Japón, es mejor que ahorren para la vivienda o que vivan en algún cuarto compartido.