Audiolibros

Durante el tiempo que estuve más mal emocionalmente dejé de leer por gusto (entre otras cosas). Ese estado garrafal hace que las actividades que más disfrutas y gozas carezcan de todo sentido e importancia. Y la verdad, me preguntaba cuándo volvería a leer de nuevo.

Adelantemos el tiempo a cuando me comencé a sentir mejor.

Ya se la saben: trabajo, niños, casa… en una expresión: “falta de tiempo”. Por la noche intenté varias veces después de que los niños se dormían, pero por lo general terminaba dormido yo también al instante, o a veces con solamente leer unas pocas páginas.

Cuando me decidí a bajar de peso y comencé a ser constante con las caminatas diarias, pensaba en que quizá podría escuchar algún podcast para aprovechar el tiempo. Ya había intentado con un audiolibro, pero de plano no me atrapó, y me quedó la idea de que simplemente no eran para mí, por lo que estaban fuera de la jugada.

Externé mi exagerada pero válida frustración en Twitter, y recibí varias respuestas diciéndome que los audiolibros dependen totalmente del narrador; sí, es algo muy simple y muy lógico, pero la verdad no me había pasado por la cabeza. Si el tema del libro me interesaba pero escuchar a alguien más leerlo por mí me aburría, quería decir que ese narrador no cuadraba con lo que esperaba escuchar, o mejor dicho, de la forma en la que quería escucharlo. Decidí darle una segunda oportunidad a los audiolibros… y ha sido una de las mejores decisiones que he tomado.

Los audiolibros se convirtieron rápidamente en mis compañeros de caminatas. Escuchar la narración mientras iba caminando por las cercanías de la casa, fuera por la mañana o por la tarde después de comer, producía una sensación entre gozo y realización al mismo tiempo. Sin darme realmente cuenta, estaba conociendo nuevas historias, nuevos mundos, y poco a poco la cantidad de obras que consumía comenzó a crecer, al grado de que me sorprendí mucho cuando hice memoria de todo lo que había “leído” (bueno, escuchado) en tan solo un año:

Al momento de escribir esto, estoy en el último tercio de “El Conde de Monte Cristo”.

Podrán notar que todas las obras que he escuchado están en inglés. No es que tenga una especial preferencia por ese idioma, pero es en el que más fácilmente puedo encontrar las obras que quiero escuchar.

Entiendo el punto de algunos: parece como “hacer trampa” escuchar libros en vez de leerlos. De hecho, yo también me sentía así; llámenme “purista”, pero de verdad sí sentía como que “no era válido” conocer una historia que “debía ser leída” por medio de una narración. Con todo, le di la oportunidad, y me quedó claro que los audiolibros y la lectura no son mutuamente excluyentes, sino que se complementan. Sigo leyendo “normalmente”, y disfruto mucho el tiempo que le dedico a la lectura convencional, pero la realidad es que no siempre tengo el tiempo o la tranquilidad para sentarme a leer como me gusta, por lo que los audiolibros vinieron a llenar ese vacío, por lo que todavía puedo transportarme mentalmente a los mundos y situaciones que las obras describen.

Dicho lo anterior, los audiolibros pueden no ser para todos. No obstante, sí les recomendaría darles una oportunidad, sobre todo al momento de transladarse hacia el trabajo o de regreso a casa. Unos minutos al día hacen que uno avance considerablemente en las historias, y cuando menos lo piensan, estás por terminar el libro. Eso sí: ignoro la oferta de audiolibros que hay en español; por ejemplo, en Audible (Amazon) de Estados Unidos sí hay muchos títulos en ese idioma, pero no sé si cambia el servicio en México (en Japón sí cambia, y no hay tanta disponibilidad de libros en español). Pero Audible no es el único servicio: por mencionar otro, audiobooks.com tiene muchas obras disponibles también, y también tiene una buena cantidad de audiolibros gratis. De hecho, la versión de El Conde de Monte Cristo que estoy escuchando en estos momentos es totalmente gratis, y la narración está de lujo.

Entre lo que sigue para mí en este rubro, quiero escuchar alguna obra en japonés. Quizá alguna de las historias de Makoto Shinkai, que aunque ya las conozco, estaría bien probarlas también en este formato.

One Reply to “Audiolibros”

  1. Hola amigo, ¿qué tal?… Imagino que The God Delusion es uno de los libros de Richard Dawkins, en español “La ilusión de Dios”… Todavía no lo he leído, sin embargo, uno de los primeros libros que leí fue “El gen egoísta” de este autor, libro que tuvo una gran influencia sobre mí… Por favor, cuéntame qué te parecieron los argumentos del libro, y si cambió en algo tu concepción sobre el teísmo…

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