Aunque oficialmente es el 8 de noviembre, mi amigo de Bangladesh celebró el primer año de vida de su hijo, y fui invitado a la fiesta.
Durante estos años, he aprendido mucho de los Bangladeshes, pero lo que he aprendido no es nada técnico, ni nada científico: He aprendido a ver y sentir lo que es la unión. La gente de Bangladesh es realmente unida: Todo lo hacen en grupo y todos cooperan de buena manera, aprecian mucho a sus familias, quieren mucho a su país… En resumen: Tienen sentimientos que valen oro.
Hoy también conocí a los padres de mi amigo. Si yo me traje a mi mamá de vacaciones 15 días, la verdad no es nada en comparación con lo que mi amigo está haciendo: Aún con esposa y un hijo nacido en Japón, estuvo juntando dinero como pudo para poderse traer a sus 2 padres, y los tendrá por aquí alrededor de 3 meses, y todavía se va a dar el lujo de ir a Miyazaki y a Hiroshima. No es que mi amigo sea rico, recibe justo la misma cantidad de dinero que yo, y él no puede trabajar en Japón porque no habla mucho japonés, pero aún así tuvo presente a sus padres desde el momento en el que llegó a Japón y ahora su esfuerzo ha rendido frutos. Me siento muy bien y contento por él, porque extrañaba muchísimo a sus padres, y sé que será difícil verlos partir en enero próximo.
Luego pongo fotos, especialmente dedicadas a aquellas personas que juzgan por la apariencia, ya que a estas alturas, cualquiera que se lo encontrara en México lo catalogaría como terrorista.
Mañana es domingo, y estaré en la universidad todo el día. El resfriado parece estar cediendo, pero todavía tengo tos.
Buenas noches.