Hasta acá se habla de ella

La influenza porcina. Para uno que está fuera de México, es difícil comprender la situación: los periódicos dicen una cosa, los sitios de internet dicen otra, en foros se discute el origen de la epidemia (no es pandemia como muchos aseguran, el término está mal empleado) y las noticias dicen otra.

Lo cierto es que en las noticias de Japón, sea radio o televisión, se comentan las medidas que ha tomado el gobierno japonés para evitar que la enfermedad cruce fronteras: se cancelaron los tours en México para japoneses. Los que no se han cancelado, sufren de cancelaciones por parte de las personas; se están repartiendo cubrebocas en el aeropuerto de Narita a todos los que vayan a México, y quienes llegan de nuestro país a Japón tienen que pasar por examen médico obligatorio ante cualquier síntoma que pueda indicar que vienen contagiados.

Hace rato vi un sitio de la BBC en donde supuestamente algunos mexicanos comentan la realidad de la situación. La liga es:

http://news.bbc.co.uk/2/hi/talking_point/8018428.stm

Está todo en inglés.

Mi pregunta: ¿qué hay de cierto en todo esto? Salvo que parece ser cierto que las clases se suspenden y que el gobierno pide que no se salga a lugares concurridos, ignoro el alcance que tenga el virus.

La sociedad es pesada… y divertida

Quizá a muchos de ustedes ni les viene ni les va SMAP, quizá el grupo pop prefabricado más famoso en Japón. Con ya más de 20 años en el mundo de la farándula, los integrantes gozan de carreras plenas, tanto como grupo como por separado (siendo Kimura Takuya uno de los hombres “más guapos” en Japón… según las chicas). El caso es que hubo un escándalo la semana pasada debido a que uno de los miembros, el que se ve más “inocente”, estando hasta las chanclas (léase “borrachísimo”) se agarró gritando en un parque a eso de las 3 am. Alguien de los que viven cerca reportó a la policía que había un borracho haciendo escándalo. La policía llegó y encontró a Tsuyoshi Kusanagi totalmente desnudo y visiblemente alcoholizado. Cuando lo trataron de calmar, Kusanagi respondió “¿qué hay de malo con estar desnudo?”. No hubo más remedio que arrestarlo.

Hasta aquí todo mundo dirá “¿y eso qué?”. El punto es que en Japón una persona de renombre, un artista o cualquiera que esté metido en televisión de alguna u otra manera no debe ocasionar ningún tipo de actos que vayan contra las “buenas costumbres” de Japón, so pena de perder prácticamente su carrera y posición en el medio. Por ejemplo, algo así le pasó a Kago Ai (es su nombre, intenten no reírse) cuando la pillaron fumando siendo todavía menor de edad. Toda su carrera se vino abajo, y ella apenas comenzaba. Kusanagi la regó de la peor manera, pero lo más malo es que tuvo mala suerte, porque no es tan raro que alguien tome mucho y que después ande gritando a media madrugada. Seguro estoy de que si alguien se hubiera dado cuenta de quién era el que estaba haciendo escándalo lo habrían metido a una casa a calmarlo y dejarlo que durmiera. Pero Kusanagi de plano la traía de malas.

No, no es que me guste ni mucho menos (hay canciones de SMAP que son buenas), sino que creo que las medidas disciplinarias que se toman son exageradas. Sí, necesita reflexionar mucho, pero vaya que el castigo es ejemplar:

  • Se prohiben todos los anuncios en donde él salga. Estamos hablando de que perdió el contrato con compañías automotrices, con grandes firmas como Proctor & Gamble (salía en los comerciales de Ariel y en un buen más).
  • Se cancelan sus programas. Yo veía uno que tenía unos 10 años de estarse transmitiendo los martes a las 11:15 pm.
  • Los programas ya grabados que no han sido televisados todavía tuvieron que editarse para cortar todas las partes en donde él salía.
  • SMAP trabajará un buen rato con solo 4 elementos. Cuando canten, la parte de Kusanagi tendrá que ser cubierta por alguien más.
  • La que de seguro más duele: Kusanagi era la imagen de la campaña del gobierno japonés para la transición de la televisión analógica a la digital. El contrato comenzó por ahí de 2006 y continuaría hasta el cambio definitivo (denominado como “día X”) el 24 de julio de 2011. Le cancelaron el contrato y ya están buscando reemplazo.

Sabemos que el humor negro no tarda en salir a la superficie, pero también es de todos conocido el hecho de que el humor de los japoneses ciertamente no es algo que podamos considerar muy elaborado. No obstante, alguien tuvo la idea de alterar el póster de la campaña antes mencionada e insertarle texto referente a lo acaecido la semana pasada.

Primero, el original:

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Provisiones

He de volver a mencionar que extraño mucho la comida mexicana. Cierto es que me acostumbré a la cocina japonesa, pero siempre, siempre recuerdo el sabor de los tacos al pastor y las tortas ahogadas.

Quizá en Tokyo no sea tan difícil encontrar condimentos o comida de México, y no me refiero a restaurantes, sino a los ingredientes que se necesitan para hacer de comer algo típico. Sin embargo, en Fukuoka no es del todo fácil. Sí, hay productos que se asemejan, que le pueden llegar a dar el sabor (aunque muy ligeramente), pero no se compara con tener las cosas de verdad. De vez en cuando compro tortillas (de harina) y trato de tener siempre frijoles enlatados (marca Rosita, importados directamente de Estados Unidos); había escuchado de tortillas de maíz a la venta, pero nunca me había tocado comprar un paquete hasta ayer:

El empaque refleja la imagen que los japoneses tienen de México; las letras dicen , literalmente, “la cáscara/piel de los tacos, tortilla”. El paquete trae 10 de maíz, al módico de precio de 390 yenes… Ni modo. Todo sea por recordar cómo renegaba cuando me mandaban a la tortillería.

La salsa ni se diga. Lo que aquí te venden como “extremadamente picante” da risa. Incluso para mí que no me gustan las cosas tan picantes, la salsa que venden aquí es más bien amarga. Lo que más he encontrado parecido al sabor es:

¿A que no adivinan de dónde la importaron? (De Estados Unidos, para quienes de verdad no le atinen). La etiqueta dice “medium”, pero no me cabe la menor duda de que cualquier niño de México se la podría tomar sin siquiera decir pío. Hasta eso, tiene buen sabor, pero no es para nada picante (para mí, porque para los japoneses…).

La vez pasada que anduve en México me traje provisiones de dulces. Recuerdo que, cuando era niño, ir a las dulcerías que se ponían afuera de las casas era un gusto enorme. Aún recuerdo imágenes de niños llevando las monedas en las manos y preguntándole al ñor o la ñora: “Oiga, ¿para qué me ajusta este dinero?” Yo sigo siendo fan de los chicles de bolita, los chilitos, los mazapanes, las paletas coronado y curiosamente de los pelón pelo rico. No hace falta mencionar que esas provisiones ya se terminaron, aunque me tocó darle a probar algunos dulces a varios japoneses, lo que, dicho sea de paso, resultó en que al mazapán lo consideran extremadamente dulce, en que los chilitos tienen un sabor extraño y en que los pelón pelo rico son picantes con ganas. Pero gracias a Omar, quien amablemente me envío una buena cantidad de cosas antes de regresar a México, ahora disfruto de bubulubus y de éstos tambien:

Tengo como 3 cajas, y espero que me duren mucho 😀

¿Descanso?

Ahora que es un hecho de que no tengo trabajo los fines de semana, además de aprovechar para adelantar algunos proyectos personales y estudiar un poco temas que quería aprender desde hace un rato, se ha definido un patrón en la forma de descansar, y esto es bueno, ya que no quiero caer en la situación de los japoneses: no saber descansar.

Para muchos de ustedes, la expresión “saber descansar” puede parece absurda. ¿Cómo es eso de “no saber descansar”? Los japoneses llegan a depender tanto de su trabajo (es lo único que hacen), que cuando les “cambian la jugada” y tienen tiempo para ellos, pocos son los que realmente tienen un pasatiempo, o mejor aún, un sueño. Lo único que quieren es “descansar”, pero para ellos el descanso se refiere a estar en casa y dormir lo que no han dormido (algo que no es tan malo… de no ser porque muchos siempre hacen eso), y se ls olvida prácticamente que hay un mundo allá afuera y que ellos tenían una vida antes de comenzar a laborar como lo hacen. En corto: se les acaba la opción de “divertirse”, y el concepto de tiempo libre cambia por completo.

Lo anterior trata de justificar la actitud que toman los jóvenes nipones al entrar a la universidad: se esforzaron tanto para tener un lugar ahí (realmente estudian muchísimo), que al ser universitarios saben que son los pocos años que les quedan de diversión, y por ello, más que estudiar, se dedican a divertirse. Claro que hay gente que toma las cosas de forma seria y que no es bueno generalizar, pero la media es, lamentablemente, así. La universidad es el tiempo de vivir solo, de los viajes, de las borracheras, de los novios (lo cual no suena tan diferente a otros países), pero esto es debido a que una vez que se conviertan en shakaijin (literalmente, en “gente de sociedad”, “población económicante activa”, “que trabaja y ya no es estudiante”), todo eso quedará en el pasado como un buen recuerdo.

Los mismos japoneses que estuvieron en ese círculo y salieron de él hacen comentarios similares: algunos se dan cuenta de la realidad de su país gracias a haber hecho un viaje al extranjero (de paseo, como working holiday o de estudios) y regresan a Japón con la mente cambiada. Obviamente, hay quienes opinan que Japón ha obtenido su fortaleza económica gracias a la diligencia (más bien diría “exigencia”) con la que hacen su trabajo. Japoneses exitosos que han salido de su país afirman que para triunfar en el país del sol naciente hay que salirse de la norma, hay que ir contra la corriente e ignorar los comentarios de los demás (nada nuevo para nosotros, claro está); lo malo es que aquí sí se refleja la veracidad del dicho que reza “es más fácil decirlo que hacerlo”. Para el japonés común la vida es el trabajo y el trabajo es la vida. Y esto es la causa de varios problemas sociales que todavía hoy se busca solucionar. Pongamos como ejemplo los suicidios juveniles. Niños que enfrentan conflictos propios de la adolescencia, que tiene preguntas, que comienzan a tener su propia forma de pensar y buscan ser aceptados. Los padres realmente quieren a sus hijos, y para demostrarlo, se la pasan todo el día en el trabajo para que tengan qué comer y para poder enviarlos a una universidad de renombre (muy cara, como es de suponerse). El problema es que los niños necesitan la presencia del padre; necesitan hablar, llorar, sacar lo que traen dentro, y si no hay nadie que los escuche, la presión escolar, el estrés y la falta de identidad los llevan muchas veces a optar por la salida fácil.

La mayoría de las veces la tarea de escuchar, hablar y aconsejar a los niños se le delega completamente a los profesores, y esto es simplemente origen a más problemas, puesto que los profesores, aunque sacrifican su propia vida para poder estar al tanto de los chicos, realmente no pueden con toda la carga… y cuando tratan de corregir a alguno, hasta corren el riesgo de perder el trabajo si, por ejemplo, le levantan la mano al niño o si incluso llegan a pegarle. Los días del profesor aventándole el borrador o el gis al estudiante parlanchín que no se calla durante las horas de clase o al que se la pasa dormido, que solemos ver en muchas animaciones japoneses, han quedado atrás, y si tomamos en cuenta que aquí nadie puede reprobar en primaria ni en secundaria, los niños saben que les van a perdonar prácticamente todo lo que hagan y que van a graduarse suceda lo que suceda.

Parece mentira creer que lo mencionado arriba tenga que ver con la forma de descansar de la fuerza trabajadora de Japón. Hay gente que acepta no saber qué hacer en sus días libres, y muchos usan su tiempo libre para adelantar trabajo que tengan pendiente. Por supuesto, la felicidad es diferente para cada persona, y habrá quienes sientan que son felices de esta manera, algo que es completamente respetable. Como extranjero, habiendo crecido en una cultura completamente diferente, no es mi papel juzgar ni decir si todo lo anterior está mal y todo lo que hago yo o hacemos los mexicanos sea lo correcto. Somos 2 países muy diferentes, y estudiar las costumbres de ambos nos ayuda a entendernos mejor, y por consiguiente, a una mejor relación internacional, al nivel que sea (amistad, familiar, diplomática). No obstante, en lo personal, creo que si tomamos en cuenta que solo tenemos una vida, no considero sensato vivir para trabajar, ni tampoco perder la esencia que hace que todos seamos distintos.

Para concluir, con esto no quiero justificar la actitud que tenemos como mexicanos de buscar siempre trabajar lo menos posible (el mexicano promedio, claro está). Cuando se tiene que trabajar, hay que hacerlo, pero creo que la alegría y la pasión con la que nacemos, crecemos y convivimos día con día nos ayuda a hacer más llevaderos los pesados días de trabajo, o incluso la situación que se vive actualmente en nuestro país. Todo con exceso es malo, no hace falta mencionarlo. Lo ideal es encontrar ese punto medio entre la labor y el descanso, y si no se ha encontrado todavía, al menos no perder las ganas de buscarlo.

Me preparo para comenzar otra semana de trabajo. ¿Ya mero llega el viernes? 😀

Últimamente en Tekken

Como muchos podrán intuir, el tiempo que tenía para jugar Tekken ha disminuido considerablemente porque tenía que adaptarme a mi nuevo estilo de vida. Sin embargo, la semana pasada pude al fin encontrar un espacio para jugar un rato entre semana sin descuidar las demás actividades que realizo después del trabajo.

Tuve algunos tropiezos, como Asuka y Zafina bajando de rango (a 4to. dan y Menkyo Kaiden respectivamente), pero Xiaoyu subió, mejor dicho “regresó”, a Hiryuu, y  Alisa continúa su buena racha subiendo a Garou en un número de peleas que ni yo me la creo.

Realmente me sorprenden esos números, sobre todo considerando que le he invertido mucho más a Asuka que a Alisa, y Asuka nada más no sube (realmente no soy muy bueno con Asuka y los resultados lo reflejan). Por otra parte, sigo jugando con Xiaoyu como personaje principal, pero parece que Alisa va a rebasarla pronto en el rango.

Medio mes

Sinceramente todavía no puedo creer que apenas ha pasado medio mes desde que regresé a la vida laboral. La cantidad de trabajo es relativamente menor a la que tenía en el laboratorio, pero se siente mayor estrés porque tienes que estar haciendo las cosas del modo que al jefe le guste, incluso si eso implica hacerlas de un modo impráctico. El pan de cada día en las empresas.

Trato de aprovechar al máximo el tiempo que tengo libre. Cuando regreso a casa busco en qué entretenerme para salir del “modo trabajo” y entrar al “modo vida de verdad”; sin embargo, noté que durante el descanso de la comida (de 12 a 1 pm) me quedaban como 30 minutos libres, y como no es mi meta en la vida reducir el tiempo de descanso para trabajar más tiempo (y de a gratis), comencé a idear la manera de hacer algo “de lo mío” en ese tiempo. Lo primero que se me ocurrió fue llevarme el PSP y adelantar los títulos que tengo pendientes ahí, pero sentí que iba a ser salir de las computadoras para regresar a ver un monitor todavía más pequeño, además de que tendría que limitar todo a un avance muy corto (y rezar porque haya save points cuando los necesite); después de un rato, se me ocurrió lo más sencillo (y sensato quizá): llevarme un libro. Tengo un mar de obras esperando a ser leídas y por las noches como que no me dan muchas ganas de sentarme y agarrar un libro, sin contar que me esperan Rock Band 2, Mirror’s Edge y demás títulos en las consolas 😀 Y por si alguien se lo preguntaba, sí, sigo yendo a nadar. La hernia siempre me lo recuerda…

Hoy comenzó la “etapa de pruebas” con lo del libro al mediodía. Voy a ver qué tan bien me siento de aquí al próximo miércoles, qué tanto he avanzado y si realmente he disfrutado la lectura. Si lo anterior resulta ser positivo, entonces ya sé como exprimir cada uno de los minutos que me sobran en el descanso.

Justo ahora estaba a punto de comenzar uno de los pendientes que traigo con gente de Fukuoka (apoyo y trabajo por mi cuenta), pero el servidor no responde, así que creo que me pondré a hacer algo más en lo que vuelve a la vida. Quizá vaya a jugar Tekken un rato.

Quiero además agradecer a todos por sus comentarios, sus correos y sus palabras de aliento. Es lindo abrir el correo y encontrarte con comentarios de gente que por desgracia no conoces personalmente, pero que te animan a seguir adelante. Aprovecho para recordarles que sí, sí leo los correos que me llegan sobre información de becas o viajes a Japón. Algunos se desesperan porque no respondo rápidamente, pero entre todo lo que tengo que hacer y que hay mucha gente a la que estoy respondiendo, no puedo evitar que pasen varias semanas antes de poderles responder a todos. Paciencia es lo que les pido. Igual y un día de estos nos ponemos de acuerdo y hacemos un chat o algo así de gente interesada en la materia (becas a Japón, forma de vida, estudio por acá, etc.). Así podríamos tener más contacto y podría responderles de forma directa. Dejen veo las posibilidades y les aviso. Quizá el panda pueda darme buenos tips para hacer algo así.

Los matendré al tanto 😀

Nueva vida – De regreso al mundo laboral

Llegué a Japón por segunda vez en mi vida el 1 de abril de 2003. Era becario de Monbukagakusho. Me esperaban, en ese entonces, 3 años por vivir en este país. Estaba viviendo un sueño.

Terminé la maestría en marzo de 2006, y en abril del mismo año comencé el doctorado (sin saber exactamente en lo que me metía). Tardé mucho en decidirme; tenía 3 opciones: doctorado, trabajo o regreso a México. No quería que el sueño terminara ahí, así que era trabajo en Japón o doctorado. Todos sabemos cuál fue la decisión. 3 años después, en marzo de 2009, increíblemente me estaría graduando como doctor, después de un verdadero viacrucis.

La búsqueda de trabajo en Japón fue difícil al principio (con la bateada que recibí en Google Japan) y luego con comentarios de presidentes de empresas del tipo “Tener un doctorado y haber trabajado en otro país es una herida de muerte en Japón. Nadie te va a contratar porque no te pueden entrenar a su manera”. Cuando partí a México a presentar mi segundo artículo, todavía era incierto qué haría una vez que se me terminara la beca. Consideraba la posibilidad de no poderme graduar y de tener que regresar a dar clases de inglés en las primarias para poder sobrevivir y pagar la escuela. Sin embargo, la oferta del trabajo en el que laboro actualmente me cayó completamente del cielo.

¿Qué haces en tu trabajo?

En pocas palabras: soy consultor y desarrollador de sistemas que tienen que ver con procesamiento de lenguaje natural, y al mismo tiempo tengo que hacer la toma de requerimientos, lo que implica conocer directamente a los clientes. De momento estoy poniéndome al corriente en lo que son sistemas de recuperación de información (information retrieval). No tengo un lenguaje de programación definido, pero he estado trabajando con Python, y, en menor medida, en Java (de momento). Además, también le doy soporte a los servidores de la empresa.

¿Es cierto que tienes que vestir traje todos los días?

Sí. Muchas personas encuentran denigrante esta práctica en el sentido de que el traje pierde el sentido de elegancia y toma el de un uniforme escolar. En mi caso, me gusta vestir de traje desde hace mucho, y me concentro tanto en el trabajo que realmente se me olvida lo que llevo puesto. Así que no hay problema. Lo que sí me dolió fue tener que cortarme el cabello.

Ni modo… ya tendré oportunidad de dejarlo crecer otra vez. Pero, en el lado positivo del asunto, ya no me toma tanto tiempo lavarme el pelo ni peinarme, je je.

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Mudanza – Parte 3: el calvario

Llegó el “esperado” día 29 de marzo. Era hora de mudarme.

Pasé hasta las 3 am del 27 y 28 terminando de limpiar la casa y empacar lo que hacía falta. No tomé fotos por falta de tiempo, pero el cuarto, que 2 días antes era todavía un desastre, seguía siéndolo… aunque en menor medida. Ni yo sabía cómo iba a terminar la mudanza en un día. Fui a pedir un camioncito prestado, y había enviado un correo general a mis amigos de por acá para que me ayudaran. Por diversas razones, solo pudieron ayudarme 2 de ellos, y les estoy eternamente agradecido.

Para hacer la historia corta: comenzamos a mover cosas a las 10 am, y terminamos a las 4:30 pm. La cercanía de la nueva casa nos ayudó enormemente, puesto que tuvimos que hacer como 6 viajes para mover el 80% de todos los tiliches. Yo me haría cargo del restante 20% con mi carro. Lo que me importaba era pasar las cosas más pesadas y las que, por su tamaño, no cupieran en el coche. Después de un merecido descanso, y de una cena en el Hard Rock Cafe Fukuoka, tuve que seguirle con los últimos detalles de la limpieza y mudanza hasta las 2 am. Estaba completamente rendido. Necesitaba dormir, pero irían a recoger las llaves el siguiente día a las 10 am, lo que significaba que tenía que dejar el cuarto limpio a como diera lugar. Me ganó el sueño…

El lunes 30 me levanté a las 7 am. Moví lo que hacía falta y le di una mega limpiada y aspirada a toda la casa. Ya todo estaba listo para que llegaran, revisaran que todo estaba bien, y me pidieran las llaves. Llegaron primero los del internet; no había tenido tiempo de hacer nada los últimos dos días, así que me quedaría “incomunicado” hasta nuevo aviso.

Aquí algunas fotos de cómo dejé mi antigua casa:

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Sakura y Hanami

Ambos términos están relacionados: cuando los cerezos (sakura) florecen, los japoneses aprovechan la ocasión para hacer Hanami, que no es otra cosa que comer y beber (principalmente beber) debajo de los árboles para “apreciar” la belleza efímera que muestran (las flores de cerezo duran aproximadamente 10 días después de que florecen por completo, lo que se llama Mankai 満開).

La realidad es que la esencia del Hanami se ha perdido por completo (apreciar la belleza de las flores) y todo mundo se dedica a comer y beber en exceso en los parques; incluso se llegan a improvisar karaokes. Quizá el punto bueno de esta celebración es que muchas empresas hacen la fiesta para los empleados para tratar de promover la convivencia armónica entre los miembros de la compañía (algo que puede ser a veces demasiado complicado).

Un término a recordar en estas fechas es Yozakura (夜桜): se refiere a ver los cerezos por la noche. Con iluminación decente, ciertamente cambia la perspectiva respecto a como se pueden ver en el día.

Este año comenzó a aminorar el frío, pero después volvió a llegar con todo por aproximadamente 12 días, lo que permitió que los cerezos duraran más tiempo adornados de flores, y al mismo tiempo, impidió disfrutar las sakura por las noches. Yo fui y no aguanté más que 30 minutos, y eso que traía chamarra gruesa.

Ver florecer a los cerezos indica que el principio del año escolar y del fiscal está cerca. Las ceremonias de entrada a la escuela, universidad y trabajo se celebran los primeros días de abril. Se deja atrás al invierno y los japoneses se preparan para comenzar frescos, ya sea simplemente un año más de la vida que han llevado hasta ese momento, o bien un cambio por completo para quienes, por ejemplo, se mudan de ciudad para poder asistir a la escuela o trabajo. Obviamente, las tiendas aprovechan para hacer rebajas y promociones: es quizá la época más barata para comprar muebles o electrodomésticos. Este año, las TV de plasma o LCD de arriba de 32″, ya muy comunes por este lado del mundo, estuvieron más baratas que de costumbre, y también se promocionó al por mayor el Bluray.

Para mí, los cerezos trajeron una mudanza maratónica y un cambio muy grande en mi estilo de vida.

Sin internet

Escribo rápidamente desde el trabajo. No tengo internet en casa todavía, por lo que me tomará más tiempo poder escribir en forma en el blog.

Ya les contaré el martirio que es trabajar por acá (y eso que es mi segundo día).