Ha estado movido por acá desde mediados de febrero. Entre el estrés diario (y muchas veces estúpido) del trabajo, preparativos para unas conferencias (de las cuales daré detalle en cuanto me confirmen los vuelos) y la época de graduaciones de este lado del mundo, los días se me pasan volando.
Aunque no he llegado al nivel que tenía hace año y medio (donde deseaba que el día tuviera mínimo 36 horas), algunas noches sí he dormido muy poco. Cuento los días para que llegue cada fin de semana, puesto que con el trabajo que me cargo es totalmente RELAJANTE no tener que escuchar, o lo que es peor, enseñar, conceptos de programación dignos de jardín de niños. Larga historia que en su momento contaré (si me han seguido en Twitter, más o menos sabrán a qué me refiero).
Podría decirse que, salvo algunas modificaciones, todo va de acuerdo al plan trazado el año pasado. Hay que ser muy paciente; todo sea por lo que vendrá (y que sin duda será mejor).
Ver que los conocidos poco a poco se dispersan por el mundo es motivo de celebración, y al mismo tiempo es fuente de motivación. No es que me dé gusto que se vayan lejos, sino que se van a un lugar donde harán lo que quieren hacer. Por lo pronto ya hay gente en Alemania, y en un par de meses habrá otros en Suecia y Marruecos. A mediano plazo, otro partirá seguramente para Suiza, mientras que otro se moverá hacia la capital del país del sol naciente. Contándolos a ellos, a los que ya están en otros países, a todos los que están en México y a los mexicanos que andamos en Japón, es grandioso, y a la vez sorprendente, ver cómo la red de contactos se esparce lentamente por el mundo. Realmente ya nada está lejos de nada, y estás a solo unos aviones de distancia de cualquier lugar (claro, hay que tener $$$ para moverse).
Y hablando de dinero, después de 6 años y medio de leal servicio (y todavía funcionando), estoy comenzando a considerar el reemplazo de mi laptop “inmortal”. Adquirida en junio de 2003, con un procesador Pentium 4 a 1.6 Ghz, 1 GB de RAM (lo máximo) y una súper pantalla de 14″ con resolución de 1024×768, habiendo sobrevivido 2 reparaciones mayores y 2 cambios de batería, y pasado por diversos sistemas operativos (actualmente con Gentoo), esa laptop sigue dando guerra para aplicaciones sencillas y navegación en la web, pero poco a poco se comienza a “sentir” el paso del tiempo. De momento corre lighttpd, mysql, y sirve también como servidor de archivos. Si la jubilo, seguirá en ese papel (nunca está de más otro servidor en casa 😛 ). Lo malo es que sí pega el gasto de una laptop nueva y tengo que pensar muy bien todo. No obstante, he considerado también la compra de una Macbook para tener también MacOS como entorno de desarrollo… En fin, nada seguro todavía.
Voy a seguir con este ritmo hasta mediados de abril aproxidamente. En cuanto me confirmen, les aviso el porqué de tantos preparativos y también confirmaré un par de noticias respecto a este blog. Sin embargo, no dejo de leer sus comentarios (¡muchas gracias!), ni de moverle internamente a esto, y estoy procurando actualizar al menos una vez por semana. Hay muchos datos curiosos que compartir respecto a Japón: en algunos sí hay que desarrollar un tema más a fondo (como fue el caso de Japón y el sexo), mientras que en otros, la categoría nueva “¿Sabías que…”? será suficiente.
Como siempre, muchas gracias por leerme. Por aquí seguimos.