La basura de unos, el tesoro de otros

Yo estaba con la idea de que ya habia escrito al respecto, pero revisando me llevé la (no muy grata) sorpresa de que no era así. Arreglemos eso:

Para muchos, es una leyenda urbana, una serie de anécdotas que corren de boca en boca pero que a algunos no les toca: encontrar objetos totalmente funcionales en la basura en Japón.

No. No hace falta ser pepenador para encontrarse con algo que valga la pena; a veces es cuestión de suerte, otras de saber dónde buscar.

Durante los años que he estado por acá, he visto a varios amigos recogiendo diversos objetos que, a veces sin nada de cuidado o arreglo especial, operan a la perfección. Mi experiencia va desde esquís, hasta computadoras y servidores. Sí: gente ha armado computadoras o servidores de archivos con partes que encuentran en los tiraderos de las universidades.

A mí, quizá lo que mejor me ha tocado es un carro. No miento: el primer automóvil que tuve acá fue un regalo de un chino que tenía que deshacerse de su auto porque se mudaría a Tokio y compraría otro más grande. Supe de la oferta y acepté gustoso, pero esto lo detallaré en otra entrada.

En abril pasado, después de regresar de las compras de la semana un domingo por la tarde, vi en la basura una caja que llamó inmediatamente mi atención: un Playstation 2. Al principio pensé que era nada más la caja, pero el corazón gamer me llevó a acercarme y a abrirla. Mi sorpresa fue grande al ver que la caja tenía un PS2 de los Slim (el último modelo que salió), un control, y al lado tenía como 5 juegos, cada uno con su respectiva caja y manuales. Los revisé, y me percaté de que los discos no estaban dañados. Si el PS2 no hubiera estado en la basura, lo que normalmente se hace en estos casos es llevarlo a la policía para que ahí espere a que el dueño lo reclame, pero como no era el caso (era basura) no había problema en que me lo llevara a casa.

Acto seguido: corro a mi morada, destapo la caja y saco todo con cuidado. De entrada, todo se ve bien cuidado. Pensé: “seguramente lo tiraron porque no funciona”. Me dispuse a conectarlo y a probar algunos de los juegos que lo acompañaban. El aparato prendió y entró al menú del PS2, ignorando completamente que había juego dentro. Antes de descartar todo, probé con otros juegos, incluso con algunos de los míos, y nada. Pensé que fue buena idea haberlo tirado después de todo, pero mi curiosidad me llevó a buscarle a ver si había algo que se pudiera hacer. No hubo de pasar mucho cuando supe cuál era el problema.

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Un mexicano en Guam

Muchos de los becarios en Japón aprovechan las vacaciones para viajar fuera del país: algunas veces se van a Europa, otras a diferentes partes de Asia, y otros tantos a otros países del continente americano además de México. Es común que se aprovechen los periodos vacacionales largos para regresar a ver a los amigos y a la familia también, pero la recomendación que se hace una vez habiendo obtenido la beca es de “viajar a donde en otras circunstancias no sería tan fácil”.

Yo no aproveché tal oportunidad. En mi tiempo de becario optaba por viajar dentro de Japón y, de vez en cuando, regresar a México (una vez cada 2 años aproxidamente). Los únicos países que visité además del rancho fueron Australia, Hong Kong y Macau, y eso porque fui a presentar un par de artículos técnicos durante el doctorado.

Después de graduarme, sólo había regresado a México un par de veces, y no había tenido la oportunidad de viajar a otros destinos, tanto por falta de recursos económicos como de tiempo. Este verano no iba a ser la excepción, pero resultó ser que en la empresa donde laboro actualmente dan 5 días de vacaciones de verano, así que fue el pretexto perfecto para buscar un destino relativamente barato y que me permitiera desintoxicarme (aunque fuera un poco) del modus vivendi japonés. La opción fue Guam, pero eso de las “vacaciones de verano” fue todo un circo. Explico:

Yo sinceramente no contaba con esos días. En Japón tienes derecho a 10 días de descanso el primer año, y a uno extra por cada año que estés en la empresa, hasta un máximo de 20 (si mal no recuerdo). El punto importante aquí es que esos días se tienen que usar para cualquier cosa que se presente y que te impida estar en el trabajo a esas horas. ¿Tuviste un accidente y tienen que hospitalizarte? Usa tus días de vacaciones si no quieres que te descuenten el sueldo. ¿Necesitas hacer un trámite bancario o en la oficina de migración referente al trabajo que desempeñas? Usa tus días de vacaciones. 10 días el primer año suenan “muchos”, pero cuando te das cuenta de que para todo necesitas usarlos, andas cuidando no tener que ausentarte para poder pedir días libres juntándolos con días festivos para poder descansar más tiempo. Por tanto, 5 días extra sonaban perfecto.

A mediados de junio, pregunté a los del equipo que si había problema en que tomara esos días del 19 al 23 de agosto, y nadie dio negativas. Le hice saber al jefe que tomaría esos días y que ya estaba el visto bueno por parte de los demás, así que sólo tendría que escribir el permiso, que me lo firmara, y entregarlo al departamento de administración. Hice todo lo que debía y así quedó todo. Esto fue un viernes.

El viaje fue planeado un día después. Había paquetes baratos que incluían el avión y el hotel, y como había decidido descansar la semana siguiente al Obon, los precios bajaban espectacularmente. Hice la reservación, saqué los ahorros y pagué ese mismo día. Ya nada más era cuestión de sacar la visa de Estados Unidos y prepararme para el viaje… o al menos eso creía.

El lunes siguiente el jefe me manda llamar y me dice que “se le olvidó” que los empleados por contrato (los que todavía no son oficiales) no gozan de esas vacaciones; que si quería descansar los días acordados tendría que usar días de mis vacaciones “normales”, y que lo disculpara por el error. Yo así con cara de “no manche…”. Obviamente le reclamé, porque las vacaciones de verano comenzaron a mencionarse desde mayo en las juntas del departamento de sistemas (donde fue que me enteré de ellas), y varios del departamento, incluyendo el mismo jefe, continuamente me preguntaban si las usaría para viajar a México. Todo quedó en un “haré lo que pueda” de su parte y en un “pues aunque sea así, pero me voy” de la mía.

Después de ese sinsabor, todo lo demás salió bien: obtuve la visa, se hicieron las compras necesarias, y el pasado 19 de este mes se realizó el viaje.

 

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Buscar trabajo en Japón estando en México

En las últimas semanas me han llegado muchos correos pidiéndome consejos y asesoría para buscar trabajo de este lado del mundo estando en México. A todos los que me han escrito les he respondido más o menos lo mismo, adaptado a cada caso y situación que me hacen el favor de contarme.

Con el objeto de que estas respuestas le puedan ser de ayuda a alguien más, decidí compilar todo en una sóla página y ponerla aquí en el blog:

http://manuel.midoriparadise.com/buscar-trabajo-en-japon-desde-mexico/

No se esperen lista de agencias de trabajo, ni “trucos” para quedarse por acá. Es un proceso descrito desde mi punto de vista, basado en mi experiencia y en cosas que he visto en varias personas con las que he convivido.

Échenle un ojo. Si les ayuda en algo, ¡qué bien! Si creen que debería ahondar más en algún detalle, avísenme por favor por medio de los comentarios.

¡Saludos!

Monte Fuji, 10 años después

Entre quienes escriben un blog estando en Japón es casi un ritual tener una entrada del estilo “¡escalé el monte Fuji!”. ¿Yo? Hasta el momento no tenía ninguna; primero porque vivía en Fukuoka, y segundo porque nunca había planeado ir realmente. Ahora, estando en Tokio, y con muchos amigos mexicanos, el pasado 20 de julio nos lanzamos a la aventura.

 

Los participantes en tal importante evento:

  • Sandy
  • Luisa
  • Janet (amiga de Luisa que vive en Australia)
  • Magda
  • Eduardo
  • Joel
  • Poncho
  • Esdras
  • Edgar (quien tomó la foto anterior)
  • Su humilde servidor

La cita fue en Shinjuku. Sandy (@Sandyael) se encargó de hacer las reservaciones correspondientes; encontró un tour para subir con guía, dormir un rato en una de las posadas en la montaña y entrar a aguas termales el siguiente día. Todo sonaba perfecto.

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Beca de Monbukagakusho sin pasar por la embajada de Japón

Antes que cualquier otra cosa, quiero pedir una disculpa a Vic (mencionado en este escrito) por la tardanza en redactar todo esto. Por una cosa o por otra se fue retrasando, pero al fin aquí está.

Hasta ahora, todo lo que he comentado respecto a la beca del ministerio de educación de Japón (Monbukagakusho) ha sido basado en el procedimiento “estándar”: postular por medio de la embajada de Japón en México. No obstante, hasta hace poco yo también desconocía que es posible postular directamente por medio de universidades japonesas, evitándose todo el papeleo, proceso y sinsabores que puede llegar a ocasionar hacerlo mediante la embajada. Explico:

Varias personas me han comentado (y ya desde hace años), que sienten que el proceso con la embajada no es 100% justo, que hay favoritismos, y en fin, un número considerable de quejas al respecto. Aunque en mi caso no puedo corroborar directamente esas molestias puesto que yo obtuve la beca la primera vez que postulé, el hecho de escuchar opiniones similares de gente no relacionada entre sí y en tiempos diferentes, me hace creer que posiblemente algo ande mal.

De entre todas las opiniones que he escuchado, la de Vic (pseudónimo escodigo directamente por el afectado) ha sido la más documentada y estructurada. Vic explica todo lo sucedido en una entrada de un blog creado específicamente para eso:

BaJapón: Las Dos Caras de la Moneda, Beca Monbukagakusho

Resumiendo el artículo de Vic: siente que le fue muy bien durante todo el proceso y está prácticamente seguro de haber obtenido la beca, pero no lo logra; al ir a preguntar las razones, recibe una respuesta totalmente inapropiada por parte de quien al parecer es quien tiene la última palabra sobre quién gana las becas. Vic está seguro de su capacidad, busca la forma de obtener la misma beca por otros medios y lo logra. Además, recomienda ese proceso en vez de irse por la embajada.

El caso de Vic no es único; de varias personas he escuchado quejas similares hacia la misma persona referida en su artículo, incluso de gente que se ha ganado la beca postulando por medio de la embajada. Insisto que, en lo personal, no tengo queja alguna respecto a la persona en sí, pero sí hay cosas que te manejan de una forma en México y que en realidad son diferentes, y te das cuenta de que lo son una vez que llegas. Hablo de lo que se nos dijo sobre la beca y el proceso cuando postulé, o sea, en el año 2002. Sé que el contenido de la plática informativa ha cambiado con el paso de los años, pero de entre lo que nos dijeron, hay 3 puntos que quiero mencionar:

  • No es posible cambiar el plan de trabajo porque es lo más importante en tu aplicación y debes tratar de seguirlo. Fácilmente un 80% de las personas que conocí becadas de Monbukagakusho de diferentes países tuvieron que, o eligieron, cambiar su plan una vez estando en Japón. Yo soy uno de ellos: mi plan original era estudiar gráficos por computadora y terminé cambiando el proyecto a los 2 meses de haber llegado.
  • No es posible cambiar de profesor ni de universidad. El profesor es tu guía y de él depende toda tu estancia por acá. Lo de que del profesor depende toda tu estancia es TOTALMENTE CIERTO. HÁGANLE CASO A ESO. TATÚENSELO DE SER POSIBLE. No exagero, y lo digo por experiencia. No obstante, es posible cambiar de universidad, y por ende de profesor, cuando extiendes la beca de licenciatura a maestría o de maestría a doctorado. ¿El detalle? Que tienes que ganarte tu lugar en la nueva universidad y convencer al profesor nuevo que te acepte. Incluso sé de casos en los que ha sido posible cambiar de profesor dentro de la misma universidad; raro, pero ciertamente posible. Lamentablemente supe de esto muy tarde, y tuve que aventarme toda la mala experiencia que tuve con mi profesor durante el doctorado.
  • No se puede elegir una universidad privada; las que escojas tienen que ser públicas a fuerzas. Ignoro si esto era cierto y cambió con el paso de los años, o de plano desde el principio era falso, pero estando acá conocí a varios becarios que escogieron y fueron admitidos a universidades privadas.

Asimismo, he conocido otras personas que han obtenido la tan preciada beca a través de universidades en Japón, lo que tiene sus pros y contras. Vic lo menciona en su artículo, pero platicando con más gente que tiene la beca sin haber pasado por la embajada de Japón en México se corroboran los puntos. Lo que sigue son comentarios de esas personas:

  • Las probabilidades de obtener la beca por medio de la embajada son mucho más pequeñas en comparación con postular directamente.
  • Te evitas todos los trámites con la Secretaría de Relaciones Exteriores (México no te recomienda; tú solito te estás “vendiendo”).
  • Evitas también las idas al DF (que son mínimo 2) para pláticas, entrevistas, etc.
  • Si eres realmente bueno, la universidad en Japón a la que mandes tus papeles lo comprobará y ellos mismos te ayudarán a conseguir la beca.
  • Dependes totalmente de ti mismo, de tu habilidad, actitud y conocimientos. No hay intermediarios entre la universidad japonesa y tú.
  • Haces trámites a la universidad como cualquier otro estudiante (japonés), por lo que estás expuesto a los mismos obstáculos a los que ellos se enfrentan. No hay trato preferencial por ser extranjero.

Cabe hacer mención que aunque es la más peleada por todos los beneficios que ofrece, la de Monbukagakusho no es la única beca que se puede obtener para estudiar de este lado del charco; ya estando acá puedes meter papeles para un buen número de becas menores o apoyos que cada universidad ofrece. Muchos de estos apoyos suelen venir de los bolsillos de gente mayor que estudió en esa universidad hace muchos años y de alguna forma quiere contribuir a ello.

Sería una pena que los rumores respecto a favoritismos en la selección de becarios por parte de la embajada de Japón en México fueran ciertos. E independientemente de eso, creo que el proceso debería ser mucho más abierto para que todos tuvieran la misma oportunidad (basado en el desempeño personal, claro está). Con todo, obtener esta beca sigue siendo una tarea difícil (mas no imposible) por el número de personas que lo intentan. Saber que puedes postular a ella de otra manera a la que se ha difundido a lo largo de los años aumenta las probabilidades de lograrlo, y en la lucha por hacerlo, cualquier ayuda o conocimiento extra que puedas conseguir debe ser siempre bienvenida.

Si necesitan información más detallada sobre la obtención de la beca directamente por universidad japonesa, envíenme correo (medinamanuel en hotmail punto com) CON TÍTULO ACORDE A SU PETICIÓN, por favor. Reviso todos los correos, pero es más fácil identificar aquellos que resumen en el título de lo que quieren hablar. Tengan en cuenta de que los canalizaré con aquellos que se han ganado la beca de esa forma para que tengan la informacion de primera mano. De la misma manera, pueden dejarle comentario a Vic en su blog, y seguramente él les podrá responder mejor.

La guía definitiva para ligar japonesas

Debido al gran número de peticiones de “tips para ligarte a una japonesa” recibidas por formspring, correo, chat, Twitter y demás medios, y viendo que siempre respondo lo mismo, decidí mejor hacer una entrada en el blog para así ya tener lugar a dónde dirigir las futuras peticiones similares que seguramente recibiré en el futuro.

Como siempre en este tipo de escritos, las advertencias pertinentes:

  • Esto no es la verdad universal. Todo lo que sigue es opinión meramente personal. Habrá, sin lugar a duda, gente mucho más experimentada que yo que les pueda dar muchos mejores consejos. Si algo no les funciona, no me vean a mí. Les habla alguien que no ha tenido, no tiene, pero ciertamente le gustaría tener, “pegue” con las mujeres.
  • Usen el conocimiento sabiamente.
  • A las chicas: les diría que les debo “la guía definitiva para ligar japoneses”, pero no, no la haré, porque no me pasa por la cabeza la idea de ligarme a un hombre, sea de la nacionalidad que sea. Con todo, las invito a que lean lo que sigue nada más para que vean mis respuestas a la serie de preguntas que he recibido a lo largo de muchos meses.

Oh, las japonesas. Tienen uno no se qué que qué sé yo. Y al parecer ese sentimiento que provocan no nada más tiene efecto en mí, sino en muchos de los lectores de este blog. Por supuesto que yo no me cierro nada más a las chicas de X nacionalidad, pero como acá hay más japonesas que extranjeras, pues 🙂

Durante el transcurso de los años (sí, años, porque esto me lo comenzaron a preguntar desde hace mucho), una de las preguntas más recurrentes es “¿qué necesito para ligarme a una japonesa?” (por generalizarlo de alguna manera), y como al parecer las respuestas que he dado antes no han satisfecho a muchos, aquí hago un breve análisis de “técnicas” que quizá puedan funcionar.

En lo personal, y basado en mi experiencia (y no crean que me las doy de “Don Juan”), todo lo que se necesita se resume en los siguientes puntos:

  1. Sé tú mismo. Tan sencillo como eso. Si llegas de “farol” ante una chica a lo mejor la puedes deslumbrar, pero ese efecto no durará por mucho tiempo, y cuando “le vuelva la vista” a la susodicha, estarás del lado de los que mandaron a volar. En serio: no hay mejor forma de “impresionar” a alguien que ser tú mismo. Conocer tus defectos, apreciar tus virtudes y tener el valor de mostrárselos a alguien te asegura que, si le interesas, no te va a mandar a volar por descubrir que le echaste mentiras.  Confianza en ti mismo es la clave.
  2. Siempre, no importa la situación, di la verdad. Sé sincero con lo que quieres y buscas con una chica, así como con tu situación actual. Si es una relación seria, un “a ver qué sale”, una relación de una noche, lo que sea, así exprésalo desde el principio; si eres soltero, casado, con novia, no lo ocultes. Si mientes, tarde o temprano la chica se va a dar cuenta y es muy probable que termines del lado de los bateados y al mismo tiempo que dejes lastimada a una (o más) persona(s).
  3. Parece obvio, pero se necesita hablar un lenguaje en común para poder comunicarse. Esto no necesariamente implica que tengas que aprender japonés (la chica puede hablar inglés o, si tienes suerte, español), pero el número de japonesas que puedes conocer y con quien puedes establecer comunicación es exponencialmente mayor si puedes hablar su idioma.

¿Sorprendidos con las “súper técnicas”? Las japonesas son mujeres, son humanas. No hay que buscar ser “especial” para llamar la atención de una. No seas el típico extranjero que está en boca de todos porque siempre anda queriendo ligar, porque terminas “quemado” tú, y al mismo tiempo “quemas” a tu país, por la razón que ya he explicado antes aquí de que los japoneses tienden a generalizar todo.

¿Se fijan que para nada he mencionado sobre el físico? Es porque funciona igual que en todos lados: habrá a quien le gustes así, habrá a quienes no les llames la atención así. Es todo. El físico es ciertamente tu carta de presentación, pero en la mayoría de los casos no es lo decisivo para sostener una relación. Lo importante es tener confianza en uno mismo. ¿No te gusta cómo te ves? Haz algo para cambiarlo. ¿Estás contento con tu físico ahora? Lo reflejas en tu personalidad.

Hay quienes me preguntan si tenemos ventaja al ser mexicanos (o latinos, para el caso en cuestión). Bajo esa premisa, la respuesta que puedo dar es: sí, pero no exactamente por ser latinos, sino por ser extranjeros. No obstante, todo depende de si la chica tiene interés por la cultura extranjera. Y aun así, si una relación entre 2 personas del mismo país puede ser complicada, entre 2 personas de diferentes culturas tiene altas probabilidades de complicarse aún más.

No crean que por ser románticos, por dar flores, detallitos, regalos, poemas y demás acciones que solemos hacer para con las mujeres que nos atraen, esto significa que “vamos a traer muertas a las japonesas”; habrá a algunas que les guste, pero casi puedo asegurarles que serán solamente aquellas que hayan vivido en México o latinoamérica o alguna de sus relaciones previas haya sido con algún latino. Por lo general ellas no están acostumbradas a todo lo que nosotros hacemos, y aunque pueden apreciar el detalle, algunas lo llegan a considerar excesivo y sofocante, lo cual produce el efecto contrario de lo que uno quiere. La mayoría de hombres japoneses no hacen ese tipo de detalles, y las mujeres ciertamente no esperan muchos de ellos (es parte de su cultura). Por lo tanto, esa posible “ventaja” radica simplemente en que somos diferentes a lo que ellas viven o han vivido hasta el momento, pero eso no implica que van a aceptar nuestra cultura así nomás. Tengan en consideración esto cada que quieran tener un detalle con ella.

Lo anterior parece simple, pero es parte importante del proceso de una relación con alguien de una cultura diferente, y muchas veces termina confundiendo (y a veces hiriendo) a ambas partes porque ninguna obtiene lo que espera. Y eso no sólo ocurre durante los primeros meses, donde todo es color de rosa: el desarrollo de una relación puede ser completamente diferente entre 2 personas, y si la cultura es diferente, las probabilidades de que esa relación evolucione de la forma en la que ambos quieren pueden llegar a ser muy pequeñas. Simplemente hace falta ver lo que he escrito antes respecto al sexo en Japón y darse una vuelta por google buscando casos similares también puede ser muy revelador. No necesariamente todos van a tener las mismas experiencias, pero si muchos casos son similares es por algo, y es mejor estar informados y saber 1) a lo que uno le tira, 2) a lo que la chica le tira, para no llevarse sorpresas más adelante.

Algunos puntos que vale la pena tomar en cuenta son los siguientes. Recuerden que NO se puede generalizar porque siempre hay excepciones:

  • Muchas japonesas mayores de 25 años comienzan a buscar novio con la idea de que se van a casar con su próxima pareja. Como mencioné antes, sé sincero en lo que esperas de una relación y plantea bien las cosas desde el principio.
  • Aunque parezca mentira, hay japonesas que, además de lo anterior, tienen ciertos “requisitos” para andar con alguien (con vísperas de casarse). Uno de los más comunes es tu salario. En efecto, hay quienes te preguntan cuánto ganas para saber si andan contigo o no. ¿Qué significa esto? Que más que un compañero lo que buscan es un cajero automático.
  • También hay japonesas para las que la felicidad es tener niños (y muchas veces olvidarse del esposo, excepto para el dinero). En japonés existe la palabra できちゃった婚 (dekichatta kon), que quiere decir “matrimonio voluntariamente a fuerzas” (o sea, por quedar embarazadas). El concepto de “vamos a tener al niño pero todavía no nos casamos” es prácticamente inexistente para las japonesas, así que si lo considerabas una posibilidad mejor vete olvidando de eso. No obstante, tampoco es raro que haya parejas que decidan abortar porque no estań preparadas para recibir al bebé.

A pesar de que es cierto que los anteriores estereotipos están disminuyendo, la realidad es que todavía están muy presentes en lo que la sociedad les exige a las mujeres, y la presión social en un país tan homogéneo como éste puede llegar a ser asfixiante. Conozco un buen número de casos de parejas japonesa-extranjero que no han terminado bien porque hubo detalles que no se tomaron en cuenta y que mientras uno daba por hecho el otro ni enterado estaba de que así eran las cosas.

Después de leer todo lo anterior, seguramente habrá quién diga que exagero y que a fin de cuentas no hay que tener nada en cuenta ya que “vienen de turistas”, “no se piensan quedar aquí” o “todo lo que quieren es tirarse a una japonesa”. Y en cierta forma es cierto, pero eso no se limita a viajar a Japón y a las japonesas en general, ya que también se puede hacer dentro de tu mismo país. Después de todo, “farolear”, ligarse a alguien por una noche y demás actitudes son también opciones a fin de cuentas, y si a alguien no le remuerde la conciencia, bien por él. Además, siempre existe la posibilidad de ir a un “soap-land” si todo lo que se busca es “tener la experiencia con una japonesa”. Yo sólo pongo aquí los puntos a considerar tanto al momento de intentar el ligue, como después de conseguirlo.

Tener una relación con alguien de una cultura diferente a la tuya es muy enriquecedor: te ayuda a expandir tu criterio, a considerar y ver el mundo desde otra perspectiva y a conocerte más a ti mismo. No se necesita nada en especial para llamar la atención de una japonesa (ni de ninguna chica de cualquier nacionalidad); con ser tú mismo, tener confianza y decir la verdad es más que suficiente. Por supuesto, habrá a quien no le agrades, pero también habrá a quien sí. Es la apuesta que haces cuando conoces gente de cualquier parte del mundo.

Benriya (便利屋)

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Dicen que para que un negocio tenga éxito hay que ser originales y pensar en ofrecer un servicio que beneficie a muchos de tal forma que estén dispuestos a pagar por él. Sin lugar a duda, las “benriya” (便利屋) en Japón explotan muy bien ese concepto.

En japonés, la palabra “benri” (便利) significa “coveniente”, y el sufijo “ya” (屋) se pone después de un sustantivo para indicar un lugar donde se vende éste. Por ejemplo: panadería = “panya” (パン屋),  florería = “hanaya” (花屋), agencia de bienes raíces = “fudousanya” (不動産屋), etc. Pero los anteriores son sustantivos que representan algo tangible. Entonces, ¿qué pueden “vender” en una benriya? La respuesta es la que están pensando: el concepto de “conveniencia”.

El negocio de estos establecimientos es serte útil de cualquier forma posible (excepto la sexual :P). Puedes llamar a una benriya para prácticamente cualquier cosa en la que necesites ayuda. En la imagen de arriba (que dejaron en el buzón de la casa hace algunas semanas) se muestran ejemplos de sus servicios: recoger cosas que ya no sirven, comprar las que pueden ser reutilizadas, ayuda en mudanzas o en aseo y tareas del hogar. Y hasta ponen los avisos de “Seguramente le seremos de utilidad. Por favor, no tire este papel” y “Consúltenos sobre cualquier cosa. Le demostraremos que podemos serle de utilidad”. Hasta aquí todo bien, pero lo interesante de estos negocios es que en realidad prestan servicios que, en lo personal, no me imaginaba que un negocio pudiera ofrecer (o sea, de todo un poco).

Ejemplos en los que las benriya pueden ser útiles:

  • Quieres comprar la consola de juegos más nueva o quizá quieres ser de los primeros en tener en tus manos el producto más nuevo de Apple (o sea, un ciclo de casi cada medio año, je), pero no puedes/te da flojera irte a formar desde días, quizás semanas antes. ¡No hay problema! Alguien de la benriya puede hacer eso por ti.
  • Te sientes solo y necesitas a alguien que te eche porras para levantarte el ánimo. Sí, les puedes llamar.
  • Necesitas cargar algo muy pesado de un lado a otro. ¿No tienes a quién llamar? Ellos te pueden ayudar.
  • Trabajas en otro estado y tu mamá está sola en casa casi todo el tiempo. Te preocupa que no tenga con quien platicar. Las benriya pueden enviar a una persona a que esté con tu mamá los días y las horas que les indiques.
  • Cortaste con tu novio(a) que era el amor de tu vida. Tienes un montón de objetos en tu casa que te recuerdan a la que se supone era tu media naranja, pero no tienes corazón para deshacerte de ellos. Sí, alguien de la benriya puede ir y tirar/quemar todo por ti.
  • Tienes un cuchillo que quieres mucho, pero ha perdido el filo y no quieres comprar otro. Efectivamente, las benriya pueden afilarlo para que puedas seguir usándolo.
  • Tienes muchas ganas de ir al nuevo restaurante de la zona, pero te da pena ir solo. No hay necesidad de preocuparte. Alguien de la benriya te puede acompañar.
  • Algún asunto personal te preocupa mucho y no tienes a quien platicarle. Llámales, y ellos te enviarán a alguien que te escuche.
  • Trabajas en una compañía y cometiste un error que le afecta a uno de tus clientes más grandes (otra compañía). El jefe del departamento de la compañía cliente exige que lleves a tu jefe contigo para disculparse por tal acto (no tan raro en Japón), pero te da miedo de que si tu jefe se entera que cometiste un error te castigue (o termine corriéndote). En lo que se da cuenta, llámale a una benriya y ellos se encargan de llevarte a una persona que estará feliz de arrodillarse y pedirle perdón al cliente (caso verídico visto en TV).
  • Cualquier otra cosa que se les ocurra que no implique: sexo, daños a animales y daños a terceros.

¿Que si estos lugares son confiables? Sí. Son negocios perfectamente establecidos. En la página web http://benriyasan-navi.com/ se puede encontrar una lista de benriya en todo Japón.

¿Son caros los servicios?

Depende mucho de la agencia, del servicio prestado y del tiempo. Generalmente cobran por horas, y sus tarifas pueden ir desde unos miles de yenes hasta varias decenas de miles. Por ejemplo, el sitio http://otasuke365.com/ ofrece tarifas que comienzan a 3150 yenes por hora. Algunos servicios como deshacerse de un panal de avispas tienen un costo de 45000 yenes (visto en http://www.attoman-bs.com/ryoukin.html). Por lo general, los consultas por teléfono, les explicas lo que necesitas y con base en ello te cobran.

Mi pregunta es: ¿hay agencias o negocios similares en México? De ser así, ¿cuánto cobrarán?

Cuando vivía en Gdl, recuerdo a un señor que vendía garrafones de agua que también la hacía de plomero, albañil, cargador, etc. Muy buena persona, y sobre todo, muy alegre. Sé que este tipo de personas existen, pero nunca he escuchado de una agencia o negocio que se encargue de administrarlos.

Misa

Antes de cualquier otra cosa: sé que no todos los lectores son católicos, y que muchos no están familiriazados con lo que es una misa católica. Si este tipo de contenido los ofende o molesta de alguna forma, por favor ignoren esta entrada.

 

Como muchos saben, crecí como católico. No es que crea todo lo que la iglesia dice, ni que tampoco tenga mis dudas acerca de muchas aspectos de la religión, pero sí creo en la existencia de un ser supremo.

Estar en Japón como católico puede sonar difícil porque este país es mayormente budista-shintoísta, pero hasta los mismos japoneses reconocen que su sentido de religión es más tradicionalista que creyente, puesto que cuando tienen algún problema le rezan a todo lo que pueden, llámese Jesús, Buda, el dios del altar local, etc. Pero aunque es cierto que el número de iglesias católicas es infinitamente menor que lo que podríamos encontrar en México (y que algunas localidades sencillamente carecen de ellas), en muchas partes se pueden encontrar pequeñas iglesias a las que uno puede asistir. Pero obviamente, todo tiene su toque “japonés”:

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600 millones de yenes por una chica

Parece el inicio de un escrito romántico, de esos de final feliz en donde el galán al final se queda con la doncella; donde no cuentan las hazañas, los peligros ni el dinero gastado durante el proceso. Lamentablemente, no es así.

Fue noticia el años pasado en Japón, Yo supe de esto hace aproximadamente 6 meses. Trataré de resumir el relato tanto como sea posible.

El protagonista de esta historia es un hombre llamado Moritoshi Kurita (栗田守紀), de ahora 34 años. Un empleado serio, introvertido, tímido, sin mucha suerte con las mujeres. Un buen día fue con sus compañeros de trabajo a lo que en Japón se le llama キャバクラ (Kyaba Kura), que es un lugar donde se puede beber en compañía de chicas atractivas que lucen vestidos de noche, a las que por cierto no puedes tocar (porque no es un servicio “sexual”). Ahí fue donde Kurita conoció (y prácticamente se enamoró) de una de ellas: Ayako Kinoshita (木下彩子, nombre falso). Kinoshita usó sus técnicas para agradarles a los clientes en Kurita, haciéndole a éste creer que estaba especialmente interesada en él (técnica común para hacer que los clientes regresen o que se queden a beber más tiempo, generando más ingresos para el negocio). Kurita cayó rendondito.

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En los Kyaba Kura puedes pedir que una chica en específico sea la que te atienda, lo que se le conoce como 指名 (shimei, literalmente “designación”). Hacerlo te cuesta cierta cantidad de dinero. Las Kyaba jou (キャバ嬢, chicas que trabajan en esos lugares) que tengan más “designaciones” y que promuevan más consumo de los clientes son las que se hacen populares; la mejor se convierte en la celebridad del lugar. Además, no es raro que los clientes se “enamoren” de las chicas y les den regalos caros, como collares o brazaletes de diaamante, carros último modelo, etc. Obviamente ellas aceptan todo sin tener ninguna obligación de por medio. Es su trabajo vender fantasías.

Con lo anterior, ya saben para dónde va la historia en cuestión.

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Challenging Lolo – A sufrir con más puzzles

Ignoro cuántos de ustedes conocen el juego de “Adventures of Lolo”. Es juego de puzzles para NES, y hubo 3 entregas, pero aquí hay que ayudar a Lolo a tomar todos los corazones que hay en cada cuarto para que el cofre del tesoro se abra y pueda recuperar la perla que está adentro (y así seguir avanzando). Por lo demás, la trama es que la princesa Lala fue raptada por el gran demonio y hay que rescatarla (súper original, lo sé).

Obviamente no todo es tan fácil: existen obstáculos que harán más difícil la tarea de recoger corazones, así como enemigos que eliminan a Lolo con sólo tocarlo.

En los tiempos del NES, realmente gocé estos juegos: mecánica simple, pero puzzles cada vez más interesantes (y difíciles). En ese entonces pude terminar el 1 y el 2, pero siempre me quedaba atorado en el nivel 8 del 3, y así se quedó por un buen rato. La primera vez que terminé el 3 fue cuando me senté dispuesto a acabarlo justo antes de venir a Japón (ya con la beca): le puse un emulador a mi Dreamcast y me puse la meta de terminarlo de una vez por todas. Fue difícil, pero el sabor de la victoria fue indescriptible.

10 años después (es decir, “en estas fechas”), me puse a jugar los 3 títulos de nuevo. El 1 no me duró nada; en el 2 le sufrí con los niveles “Pro” porque no recordaba cómo resolverlos (y hay que tener creatividad para lograrlo). Pero llegué de nuevo al 3, y del nivel 13 en delante hubo algunos cuartos que me trajeron dando vueltas varios días (tomen en cuenta que no me pongo a jugar muchas horas ni tampoco a diario). A fin de cuentas lo terminé, y volví a disfrutar de esa sensación de éxito al ver las pantallas simples del final, que por cierto en los buenos tiempos no le dabas mayor importancia. Pensé: “Bueno. Ya los jugué de nuevo. Ahora, ¿con qué le sigo?”. Aprovechando que reviví mi PSP y que los estuve jugando en NesterJ, me di a la tarea de buscar otros títulos de antaño. No obstante, nunca pasó por mi cabeza el hecho de que existían más Lolo.

“Challenging Lolo” es un hack del primer juego en donde el autor se dio a la tarea de crear nuevos cuartos mucho más difíciles, sólo por el placer de hacerlo. El resultado es un Lolo que los mega fans (yoooo) disfrutarán desde el primer momento. Y no miento. Comparemos:

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