Llegué a Japón por segunda vez en mi vida el 2 de abril de 2003. Y ahí comenzó la aventura que hasta el día de hoy sigo viviendo.
Una buena parte de lo que me ha sucedido por acá ya se ha contado en este blog, pero hay algo en específico que creo que nunca he mencionado:
En Japón, las visas se manejan como “estatus de residencia”. Existen muchos tipos de estatus; aquí pueden ver una lista (en inglés) describiendo brevemente cada uno de ellos. La odisea de obtener el preciado estatus comienza desde antes de llegar a Japón. Huelga decir que obtener un estatus de residencia por cuenta propia es difícil, a menos que
- Estés aceptado en una institución educativa en Japón.
- Estés aceptado en una compañía que labora en Japón.
- Estés casado con una persona de nacionalidad japonesa.
Por supuesto, si estás casado y tu cónyuge trabaja en Japón (aunque no sea japonés y su estatus sea legal) puedes obtener el estado de dependiente.
La cuestión del estatus de residencia apropiado es importante, porque cada uno te limita en los tipos de actividades que puedes desempeñar de este lado del mundo, y cada vez que cambies de trabajo o de actividad principal, debes revisar si tu estatus te permite realizar la actividad deseada. Por ejemplo, siendo estudiante no puedes trabajar, pero puedes pedir un permiso que te permite hacer cierto tipo de trabajos hasta 28 horas semanales o 40 en época de vacaciones; si tu trabajo es programador y te cambias a un área administrativa, debes cambiar tu estatus o de lo contrario corres el riesgo de ser sancionado.
Las meta de las personas que quieren vivir en Japón por largo tiempo o de manera permanente es obtener un estatus que no limite las actividades laborales que se pueden realizar, o al menos, un estatus por una duración de más de un año, para evitar el martirio que es ir a la oficina de migración a hacer el trámite (en Tokio, Osaka o Fukuoka, al menos; en lugares más rurales generalmente no hay gente y no tienes que esperar tanto). Es decir, obtener el estatus:
- De lo que sea, pero por 3 o 5 años. Se corre el riesgo de que, si cambias de estatus, te vuelvan a dar uno por 1 año solamente.
- De cónyuge, porque no hay restricciones en los trabajos que puedes realizar.
- De residencia permanente, la cual tampoco tiene restricciones y ya no hay que renovar el estatus (es como la meta, a menos que quieran hacer la siguiente).
- De adoptar la nacionalidad japonesa.
Con residencia permanente es mucho más fácil conseguir créditos o préstamos bancarios para carros, casas o similares, puesto que el estatus respalda, en teoría, que no planeas dejar Japón, lo que le da seguridad a las instuticiones de crédito. Asimismo, existen algunas municipalidades en las que es posible participar en comicios electorales con residencia permanente.
Mi historia de estatus de residencia ha sido larga y sinuosa, y aquí la recapitulo:
- Estudiante extranjero, 1 año.
- Estudiante extranjero, 2 años.
- Estudiante extranjero, 3 años.
- Ingeniería, 1 año.
- Ingeniería, 3 años.
- Cónyuge, 1 año.
- Cónyuge, 1 año.
- Cónyuge, 3 años.
El pasado viernes, esta historia llegó a su final. Después de 4840 días de estar en Japón, o sea 13 años y 3 meses, me fue otorgada, al fin, la residencia permanente en este país.
¿Qué quiere decir esto?
Que ya me puedo olvidar de la renovación de estatus anual, que me hacía perder 2 días de mis vacaciones (al menos) para hacer el trámite.
¿Te piensas quedar permanentemente en Japón?
No lo he decidido todavía, pero es una opción que siempre he considerado, y si consideramos algunos sucesos acaecidos a lo largo de dos años de intentos con cierta universidad de cierta entidad federativa en México, la opción de quedarme por acá es cada vez más fuerte.
Entonces, ¿para qué pediste la residencia permanente?
Además de evitarme la molestia de estar yendo con tanta frecuencia a la oficina de migración, en el caso de que me quede en este país me da la oportunidad de comenzar a planear mucho desde el momento en el que lo decida, sin tener que esperar para hacer el trámite ni depender del resultado, porque el proceso de evaluación para ver si te otorgan la residencia permanente es de 6 meses a un año.
Sé que muchos otros mexicanos han obtenido su residencia permanente con solamente haber estado 4 años en Japón, pero en su caso es porque llegaron aquí casados con nacionales japoneses, y ésa es la forma más rápida de obtenerla. Si, en cambio, vienen solos y comienzan a estudiar o trabajar aquí (como su servidor), el camino es largo, porque uno de los requisitos es haber vivido en Japón por al menos 10 años, y tener al menos 5 años consecutivos con un estatus que permita trabajar. Aquí dejo una liga con la lista de requisitos completa, directamente del ministerio de justicia de Japón.
Así que, desde ya, soy un (otro) mexicano en Japón con residencia permanente.
Noten que esto NO ES una guía de visas japonesas, ni de cómo obtenerla, ni tampoco soy autoridad para ayudar a alguien a obtener una. Si están interesados en los tipos de visa, trámites, consejos y demás, hay muchas páginas en internet con apoyo jurídico, incluso en español, en donde pueden encontrar guías al respecto. Google es su amigo.