Y me mudé

Ya es marzo. El paso del tiempo es curioso: a veces lo siento muy rápido, otras demasiado lento. Sin embargo, no se detiene, y con él, los planes se llevan a cabo.

El pasado domingo me mudé. Sigo viviendo en Tokio, pero ahora ya no en la zona central (cerca de Ueno), sino al noroeste, casi en la división entre la capital y la prefectura de Saitama. Y con la mudanza ya ustedes saben todo lo que viene: trámites, empacar, desempacar. Y por más que intenté hacer los primeros 2 con tiempo, a fin de cuentas me pasé el fin de semana pasado sin dormir absolutamente nada, todo por terminar de hacer las maletas, o siendo más precisos, llenar las cajas de cartón.

La nueva casa está en una zona que se asemeja mucho a Kitakyushu, en Fukuoka: muy tranquila, muchas casas, pocos comercios, y sin carro todo es más difícil. De haber sabido que estaría en un lugar como éste me habría traido el carro desde Iizuka, pero hace 6 meses jamás pensé que me mudaría de donde estaba antes, y menos tan pronto.

Tomar la decisión de salirme de la ahora casa anterior no fue fácil: hubo que tomar en cuenta muchos factores; pero el que más peso tuvo fue el de depender del trabajo actual para poder vivir ahí. Con la situación como está y los planes que se aproximan, creo que la mejor opción fue decirle adiós a esa morada. Hay recuerdos en ella, sí, pero aunque quisiera que todos fueran buenos, no lo son. Muchos podrían pensar que es normal que no todo sea color de rosa (y tienen razón), pero personalmente esa casa, y para el caso, este trabajo, representan una etapa de mi vida, tanto personal, profesional y en mi estancia en Japón, muy difícil y, sobre todo, frustrante. Para salir de eso, necesitaba nuevos aires.

Como comenté antes, ahora el centro de ocio (cuando haya tiempo) será Ikebukuro, especialmente la Sunshine 60 Street:

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=YAUbZjC77yM#![/youtube]

Esto no quiere decir que viva cerca de ese lugar, sino que ése es el lugar donde hago conexión con la ruta que me lleva a mi nuevo refugio.

Sin embargo, lo más importante para mí, y que es mucho más grande que vivir cerca de Akihabara, o para el caso del área central de la capital de este país, es lo que viene. Estoy en un momento en donde tengo que tener mucha paciencia. He perfeccionado el arte del tatemae hasta límites que no creía posibles en mí, pero todo sea por llevar la fiesta en paz. En cuando haya oportunidad, daré el brinco (léase: adiós trabajo).

Eso sí: debo darme tiempo para desempacar, porque en serio que apenas puedo pasar al entrar a la casa. Duermo rodeado de varias decenas de cajas de cartón :S

La azarosa tarea de encontrar casa

 Por razones que ya detallaré aquí en su momento, me mudaré de casa en un mes. Sí, es adiós a Akihabara cerca, adiós a los pandas de Ueno, y en sí, adiós a la zona principal de Tokio. Y como siempre, la tarea de encontrar casa nueva es complicada y estresante.

Ya anteriormente había escrito sobre mudanzas en Japón, pero ahora ahondaré un poco más en los detalles de cambiarse de casa en la capital del país.

Muchos podrían pensar que por estar ahora en la gran ciudad de Tokio el rechazo a los extranjeros es menor, pero lamentablemente no es así. El problema puede ser desde la agencia inmobiliaria hasta el dueño de la vivienda que uno piensa rentar, y las razones del rechazo generalmente están entre una de las siguientes:

  1. Problemas con extranjeros en el pasado. Sin importar la nacionalidad, si una agencia o un dueño tuvo un altercado con algún inquilino no japonés, prefieren evitarse conflictos y optan por negar la morada a extranjeros. Los problemas pueden ser desde quejas de vecinos porque se hace mucho ruido, porque no se tira la basura cuando y como se debe, hasta sucesos en los que la ley tiene que ver,
  2. Barrera del idioma. Fácil: si no te puedes comunicar con él/ella, mejor no le rentes.
  3. Falta de aval. Una de las razones por las que muchos extranjeros se rascan la cabeza. Ya comentaddo al respecto acá. Afortunadamente hay empresas que se dedican a ser avales de gente que no los tiene, aunque obviamente hay que pagarles por sus servicios.
  4. Prejuicios del dueño. La mayoría de los propietarios es gente de más de 70 años, la cual conserva la forma de pensar del Japón justo después de la segunda guerra mundial: no quieren saber nada de extranjeros, o sencillamente les tienen miedo. Cuando la inmobiliaria les pregunta si permitirían que un extranjero vivía en su propiedad, su respuesta es negativa, o bien llena de dudas.

Cualquiera que sea la razón, uno la tiene difícil al momento de mudarse: buscar casa, verla por dentro, estudiar sí el vecindario es conveniente o no, ver qué tan lejos queda de la estación de tren más cercana; y después de todo eso, ver si el dueño da permiso para que uno viva ahí. Y obviamente ni hay que olvidar el sablazo del pago inicial…

 

Este cambio de aires es necesario para prepararme para lo que viene. La casa actual cerca de Ueno no está nada mal, y de hecho su ubicación es muy buena, pero algo me tiene amarrado a ella y eso es algo que desde hace mucho tiempo no me gusta: estar atado a algo por la fuerza. Para comenzar, tenía que cambiar eso y me aventé el volado. 

 

A partir de marzo, ir a Akihabara me tomará aproximadamente 1 hora en tren, por lo que quizá cambie el centro de recreo a Ikebukuro o Shinjuku ya que me quedarán más cerca. Por lo pronto, tengo sólo unas pocas semanas para preparar la mudanza, así que febrero será un mes de locos, pero se pasará muy rápido.

Saber a lo que vienes

En los últimos meses me he topado con varios casos en los que viene gente de México, de paseo o becados, y terminan yéndose con un mal sabor de boca o simplemente desistiendo porque el país no les gustó. Y sea uno u otro caso, creo que hay que saber con lo que te vas a topar en este país antes siquiera de pensar venir para acá.

Cada quien está en su derecho de hacer lo que mejor le convenga, eso es cierto. Pero si tu decisión afecta a otros directa o indirectamente, creo que es ahí donde hay que pensarle un poco. Explico:

  • Si vienes de paseo por acá, asegúrate de saber 1) qué puedes ver y hacer en Japón, y 2) el clima que te vas a encontrar en la época en la que viajes. Si no te gusta la cultura japonesa, su gastronomía, su historia, sus templos, ni siquiera su animación o sus cómics, no te quejes si vienes y no encuentras algo que sea de tu agrado. Se supone que vienes de paseo, y claro, es derecho de cada quien hacer lo que mejor crea conveniente con sus recursos económicos, pero al menos ven a Japón con la disposición de encontrarte algo nuevo.
  • Hablando de clima: si no te gusta el frío, lo mejor es que te abstengas de venir en invierno. Cierto es que Japón tiene un serio problema de falta de calefacción central (excepto en Hokkaido), pero fuera de los hoteles y centros comerciales es casi un hecho que vas a tener que caminar en medio del frío. Lo mismo aplica si no te gusta el calor y vienes en verano… El chiste es saber a lo que vas a venir. No te quejes si visitas Japón y no encuentras un clima que sea de tu agrado.
  • Si vienes becado, piensa en 2 cosas: lo que te costó ganar la beca y la gente que se quedó en el camino buscando una oportunidad, especialmente en el caso de Monbukagakusho. Si te ganaste la beca, de menos ven a Japón y úsala hasta el final. Desistir, sobre todo en el primer año, quizá no te afecte a ti, pero sí al número de becas que Japón otorgará a México en los siguientes años. Sea cual sea la razón (porque puede haber algunas perfectamente válidas), ten en cuenta que hay gente que muere por la oportunidad que tienes y que arriesgó y dejó todo por obtenerla pero no lo logró.
  • Si vienes a trabajar, sobre todo en una empresa japonesa, es mejor que sepas de antemano que las condiciones de trabajo son muy diferentes a las de México (y a las de muchas otras partes del mundo, para el caso). Hay quienes dicen que en México también se trabaja un montón, pero el ambiente y las condiciones son diferentes. Vas a percibir un buen sueldo, relativamente hablando, y vas a tener estabilidad económica, pero al mismo tiempo vas a tener que pagar un precio por eso. Si para ti no vale la pena perder tu libertad de desarrollo personal, entonces mi recomendación es que quites a Japón de tu lista y enfoques tus fuerzas hacia otra dirección.

Es cierto que una persona puede cambiar al mundo, o al menos yo sí lo creo. Sin embargo, cambiar al mundo no necesariamente significa cambiar una sociedad, y la japonesa, aunque lo intenta, dista mucho de adaptarse a las costumbres que en muchos otros lados son comunes. Saber a lo que vienes ayuda mucho a que tu experiencia por este lado del mundo sea mucho más placentera y llevadera. Tómate tu tiempo para estudiar un poco sobre este país y ve si te conviene o si es mejor pensar en otros lugares.

Escrito no dirigido a alguna persona en particular. Basado en experiencias propias e indirectas durante los últimos meses.

De “hackeos” y otras cosas

Muchos de ustedes se dieron cuenta que a principios de esta semana el blog fue bloqueado por Google debido a que se detectó malware en él. Aunque no fue la primera vez que me ponen anuncios o redirecciones a sitios que venden viagra o pornografía, sí fue la primera vez que sufrí el bloqueo de la gran G.

La situación parece haber vuelto a la normalidad, pero me lo tomo con pincitas, porque ya antes habíamos (incluyo al panda, quien me ha hecho grandes favores en este blog y hosting en general) hecho limpieza y en teoría todo estaba bien, y zas… nos cayó por donde menos esperábamos.

Razones puede haber muchas, pero las principales parece que ya han sido solucionadas: borrar los lugares que no uso o no actualizo tan seguido, así como sus bases de datos. En concreto:

  • Desaparece el blog de tecnología. No porque quiera, sino porque no tengo tiempo de estarle dando mantenimiento. Todos los posts de allá ya habían sido migrados aquí desde hace varios meses.
  • Desaparece el sitio de las fotos. Quizá muchos no lo conocieron porque nunca hubo una liga directa en el blog. Era Gallery 3, pero la última vez que le di mantenimiento fue en la versión 3.02 RC. También se va por falta de tiempo.
  • Borré varios sitios y bases de datos que alguna vez ofrecí a gente o instituciones que lo necesitaban pero que a fin de cuentas nunca usaron. Ni modo, uno les da la oportunidad, pero a final de cuentas depende de ellos .

Sinceramente, para mí no hay nada mejor que tener el control total de lo que uno usa. Por eso la instalación de WordPress de este blog se hizo desde ceros y la mantengo a mano en vez de usar la versión que se ofrece en el hosting. Sin embargo, la falta de tiempo es una situación que me afecta mucho en estos momentos, por lo que, para mi desgracia, no puedo mantener tantos sitios al mismo tiempo. Las fotos es lo que quizá más me duele, pero no hay de otra por el momento. Las subiré ya sea a Picassa o a Flickr (aunque me inclino más por el primero) en una oportunidad que tenga.

Por lo demás, parece que todo está en orden. Quisiera darle una manota de gato al blog (me prometieron un skin personalizado para el blog hace como 2 años), pero sinceramente con todo lo que traigo entre manos (una gran parte es el esclavajo) todo tendrá que esperar.

Ahí les encargo si ven algo raro en el blog, o si les vuelven a salir mensajes o anuncios de productos milagrosos o redirecciones a sitios extraños.

¿De verdad los kanji son tan difíciles?

Respuesta corta: no.

Respuesta larga:

No, siempre y cuando sepas cómo estudiarlos. Y es ahí donde hay que hacer un cambio en la forma en la que percibimos aprender un idioma como el japonés. Explico:

Cuando estudiamos otro idioma similar al nuestro, obviamente lo primero que hacemos al encontrar estructuras o palabras nuevas es tratar de relacionarlas con las que conocemos en español.  Esto no es del todo incorrecto, y en muchos de los casos funciona. Sin embargo, en el caso de los kanji intentar estudiarlos de esa manera solamente puede ser útil para quienes les sea fácil aprenderse una listota de texto y no se les olvide nada de lo que está en ella. ¿Por qué? Porque vemos un kanji, y lo primero que queremos entender es cómo leerlo, cómo pronunciarlo. Ésa es una de las razones por las que muchos desisten de estudiar japonés.

Como extranjeros, nos enseñan que un kanji tiene 2 lecturas principales, y al principio estamos haciendo planas y planas (yo también lo hice) para aprenderlas. Funciona, sí, pero cuando vemos una palabra nueva e intentamos leer los kanji usando lo que sabemos, resulta que ahí no se lee de esa manera. Frustración. Ése es el punto que se tiene que cambiar: la estrategia no es intentar leer todo lo que se nos pone enfrente, sino entender el concepto que está transmitiendo. Si se entiende el concepto, la lectura de los kanji pasa a segundo plano, y se vuelve mucho más fácil de aprender.

Cada kanji tiene conceptos; algunos nada más uno, otros tienen varios. Entender los conceptos que representa un kanji es, desde mi punto de vista, la clave para que dejen de ser un dolor de cabeza, porque de no hacerlo, nos vamos con la finta de que el kanji se lee de tal forma y significa X cosa, y cuando nos topamos con una excepción (de las muchas que hay), nos damos de golpes en la cabeza o simplemente mandamos el cuaderno o el libro a volar.

Pongamos un concepto como ejemplo:

人 (hito). El kanji de “persona”. Tan simple y tan bonito. Lo encontramos en palabras como “人間” (ser humano), “人類” (raza), etc. Pero no es el único kanji que encierra el concepto de “persona”. También existen:

  • 家. Literalmente “casa”. También encierra el concepto de “persona”. ¿Dónde? Vean palabras como 漫画家(mangaka) o 空手家(karateka), que creo que no necesito traducir, o también 作家 (sakka, “autor”). En mangaka y karateka, es claro que la idea es “persona que hace X” o “persona que practica X”. En “sakka”, la idea es “persona que crea” o “persona que hace”: primer kanji 作, de 作る (tsukuru, hacer).
  • 員. Literamente “persona” también. ¿Dónde se usa? 店員(Ten-in, persona que trabaja en una tienda), 会社員(Kaishain, persona que labora en una empresa), 銀行員 ( ginkoin, persona que trabaja en un banco), etc. ¿Notan la forma de usarse y la pequeña diferencia que hay?
  • 手. Literalmente “mano”. Ejemplos: 選手 (Senshu, atleta), 歌手 (kashu, cantante).

Ahora, tomemos el kanji de casa, 家. Ya sabemos que puede referirse a casa o persona. Otro concepto que encierra también es el familia (家族). Entendido eso, es mucho más fácil aprenderse el significado de palabras en donde se usa, aunque no sepamos cómo leerlas:

  • 家計. Casa y cuentas. Economía del hogar.
  • 家事. Casa y cosas. Quehaceres, labores domésticas.
  • 家内. Casa y dentro. Sexista si quieren, pero significa “mi esposa”.
  • Y si aquí pongo 脚本家, y les digo que los 2 primeros kanji significan “guión”, ¿cómo traducimos esta palabra en español?

Sin entrar en muchos detalles, arriba mencioné a 手 como otro kanji que se refiere a persona; en realidad, 手 tiene otras acepciones que hay que saber distinguir, como:

  • Método. その手もあった! (¡también existe esa forma de hacerlo!)
  • Fuerza de trabajo. 手が足りない (no hay suficientes fuerza de trabajo. Literalmente “las manos no son suficientes”).
  • Habilidad. Ésta es fácil de distinguir: 上手 y 下手.

Entonces, ¿cómo distinguir cuándo un kanji se usa de una u otra manera? De la misma manera en la que nosotros sabemos la diferencia del significado de “pasar” en las frases: “pásame la sal, por favor” y “¡pásele, pásele!”: el contexto. Si entendemos bajo qué contexto una frase está siendo dicha es mucho más fácil comprender la idea que quiere transmitir.

Y vean que casi no se han mencionado lecturas. Ésas se aprender, o mejor aún, se infieren, con la práctica. De tanto que escuchamos palabras como “jouzu” para decir que alguien es bueno en algo, o “heta” para cuando es malo, es fácil usarlas al hablar. Cuando se comienzan a entender los conceptos de los kanji, involutariamente comenzamos a buscar en nuestro repertorio qué kanji podrían formar la palabra X que tanto usamos al momento de conversar, pero que si la vemos escrita ni de chiste la entendemos. Justamente “jouzu” y “heta” son un buen ejemplo. Se escriben tal y como lo hice cuando mencioné que 手 también significa “habilidad”: 上手 y 下手 respectivamente.

Por supuesto que aun con esta forma de pensar salen algunas excepciones, pero el número es menor al que obtenemos si tratamos de memorizar todas y cada una de las lecturas posibles de un kanji. Al final sí tenemos que saberlas todas (o las más comunes), pero el proceso para aprenderlas debe ser graduado, no de jalón, si no, nos frustramos. Ejemplo:

  • Cuando aprendemos el kanji 米, nos enseñan que: 1) significa “arroz”, y 2) que se lee “kome”.
  • Alguien un poco más letrado en japonés sabrá su otra lectura es “mai”.
  • ¿Qué pasa cuando vemos palabras como 久留米, 米良 o 米倉? Suponiendo que sabemos cómo se leen los otros kanji (qué también entra en el problema mencionado), la primera “ku” + “ru” + ¿”kome” o “mai”?. La segunda: ¿”kome” o “mai”? + ¿”yo” o “i” o “ryo”? . La tercera ¿”kome” o “mai”? + “kura”?
    Si pensaron de la forma anterior, lamento desilusionarlos: 久留米 se lee “kurume”. 米良 se lee “mera” y 米倉 se lee ” yonekura”.

Cierto es que en el ejemplo anterior usé nombres de lugares y de personas, donde los kanji se leen de forma diferente (y a veces ni los japoneses pueden leerlos), pero se da el caso también en otros más comunes, como el de 人:

  • 人間: Ningen
  • 人類: jinrui
  • 人手:hitode
  • 大人: Otona
  • 一人: Hitori
  • 二人: Futari
  • 狩人: Karyuudo
  • 仲人: Nakoudo
  • 素人: Shirouto
  • 玄人: Kurouto

Y ninguna de las palabras anteriores es nombre de lugar o de persona. Son sustantivos comunes.

Muchos pueden alegar que aprender kanji es una pérdida de tiempo (en serio, me he encontrado gente que ha estado en Japón por más de 10 años y apenas medio saben leer hiragana y katakana). Yo soy de la idea de que aprenderse las lecturas de “machetazo” es la peor manera de entenderlos. Insisto: sí hay que aprenderse las lecturas, pero eso pasa a segundo plano. Entendiendo el concepto y practicando japonés lo más que se pueda son la puerta a entender mejor los kanji y a aprender más fácilmente sus lecturas. Por lo menos el método a mí me funcionó, y cada que veo una palabra nueva, la desglozo en los kanji que contiene para tratar de entender el significado. Una vez que lo entiendo, la lectura sale solita, aunque, como referí anteriormente, existen excepciones y veces me topo con alguna.

Ojalá que lo anterior les sirva como referencia en su aventura de estudiar el idioma japonés.

Propósitos de año nuevo (今年の抱負)

Ha comenzado un nuevo año. Soy de la idea de que no se necesita una fecha específica para cambiar o hacer algo especial, pero esta vez decidí aprovechar la ocasión, más que nada porque la fecha concordó con varios acontecimientos por acá que prefiero relatar detalladamente en otro post un poco más adelante.

Existen muchas metas que cumplir, pero solamente hay un par a la que le voy a echar todos los kilos. El año pasado aprendí, de la manera más dolorosa, que tengo que ponerle prioridades a lo que quiero hacer; y todo se debe al tiempo que tengo para mí. Voy a tener que dejar, temporalmente, algunos proyectos (que obviamente no pienso abandonar, sino retomarlos más adelante).

Hace ya casi 9 años que vine a este país, y vine con un sueño, que después se derivó en varios. Algunos se cumplieron, otros están en proceso, otros cambiaron, otros se perdieron. Y de la forma en la que estoy pasando los días en Tokio en este momento, algunos de los restantes corren el riesgo de perderse, por lo que es necesario tomar medidas extremas con tal de seguir adelante.

También quiero dedicarle al blog un tiempo específico cada semana. Lo ideal es publicar algo nuevo una vez cada 7 días, pero seguramente habrá ocasiones es que será una vez cada 2 semanas. Posts con contenido técnico serán más frecuentes puesto que esos no los edito y los publico tal cual como los haya escrito la primera vez.

En cuanto a mis pasatiempos, todo seguirá igual: rara vez prendo el PS3 o el Wii; al único juego que le seguiré dedicando tiempo cada que se pueda es a Tekken. Y de una buena vez planeo subir mi nivel de forma constante.

Por desgracia, no podré salir ir de vacaciones a ningún lado fuera de Japón este año. La única oportunidad sería que me invitaran a alguna conferencia o a dar algún taller en específico. De otra forma será imposible. Me seguiré quedando con las ganas de ir a Corea…

Habrá muchos sacrificios, pero no hay vuelta de hoja: me tengo que arriesgar a lo grande si es que quiero salir de donde estoy ahora. Lo que sí es un hecho es que comprobaré lo que me cantaron hace unos días: no te morirás porque te hospitalicen una o dos veces por cansancio extremo. Dicen que hierba mala nunca muere… A ver si es cierto, jeje.

¡Feliz 2012! Año del dragón

 

明けましておめでとうございます!今年も宜しくお願い致します。

Y ha comenzado el 2012. Dice Liliana, otra mexicana en Japón, que “por fin se acaba el año del conejo marica y comienza el del dragón” 😀 Pero independientemente de los gustos muy personales del conejo, la verdad yo necesito un reset, y espero que el principio de año me lo pueda proporcionar.

Este año que comienza es, como ya he mencionado, el del dragón: 辰 (tatsu). Para quienes son 年男(toshi otoko) o 年女(toshi onna), es decir, quienes cumplen un número de años que sea múltiplo de 12, se supone que tendrán un buen año. Pero el deseo es para todos en general: tengan un muy buen año, el mejor de sus vidas. Pásenla muy bien y que todos sus proyectos se cristalicen.

¿Yo? Este año traerá muchos cambios en mi vida en muchos aspectos. El primero de ellos, y quizá uno de los más difíciles, será, si todo sale como lo planeo, a mediados de febrero. Ya veremos qué tal salen las cosas.

Un abrazo desde Japón 🙂

El 2011 en un kanji

Fiel a la tradición de expresar en un kanji los acontecimientos del año que termina.

Esta vez hubo varios candidatos, pero creo que el que decidí muestra más fielmente lo que el año 2011 significó para mí.

El kanji del año en Japón fue (kizuna, “unión”, “liga”). Fue elegido por representar la unión y la solidaridad que los japoneses tuvieron después del terremoto-tsunami del 11 de marzo.

Sin más preámbulos, el kanji que escogí para este año es:

Se lee “soko”. Aunque tiene varias acepciones, el significado principal es “fondo”.

Este año hubo muchos cambios en mi vida. Me animé a enfrentar nuevos retos, pero lamentablemente no salieron como yo quería, y los últimos meses han sido extremadamente pesados, estilo salary man, aunque peleo por que no se conviertan totalmente en eso, aunque ello implique que solamente puedo dormir 4-5 horas diarias en promedio.

Escogí el kanji de “fondo” porque estoy quizá en ese punto ahora mismo, lo cual no es 100% malo. Cierto es que he perdido algunas cosas, he retrasado proyectos, le ha bajado el ritmo a lo que quiero estudiar… pero viendo el lado positivo, no me queda otro camino más que mirar para arriba. Subir es mi única opción ahora.

Quisiera ser más optimista en este momento, pero prefiero ver las cosas con realismo. La situación no va a mejorar nada en los 2 primeros meses del año, y auguro que la primera mitad del 2012 va a ser muy difícil, con muchas pruebas por superar. Sin embargo, si ahora no actúo y no veo hacia arriba, corro el riesgo de quedarme atrapado.

Estoy completamente convencido de que en el próximo año y medio (2012 y la mitad del  2013) se va a definir el rumbo que tomaré en la vida, al menos por un lapso de tiempo considerablemente grande (5-10 años aproximadamente). Así que no queda más que seguir con mi pensamiento inicial: 初志貫徹.

Lo dije antes y lo sigo diciendo: el chiste es no rendirse.

Aprovecho la ocasión para agradecerle a toda la gente que me ha apoyado o me ha brindado palabras de apoyo por aquí, por Twitter, por Facebook (al que casi nunca entro), por MSN Messenger, por teléfono y en persona. Ustedes saben quiénes son. ¡Muchas gracias! 🙂

Reciban todos ustedes, quienes me hacen el favor de leerme, un fuerte abrazo de mi parte, ahora desde Tokio. Espero que el 2012 sea el mejor año que hayan tenido hasta el momento.

Por aquí andamos.

 

¡Feliz navidad 2011!

Entre la gente que me hace el favor de leerme a lo mejor hay algunos para quienes la navidad no signifique gran cosa, ya sea por diferentes creencias religiosas o porque sencillamente es un día más. Sin embargo, es una fecha pretexto para ponernos a reflexionar sobre nosotros mismos, sobre nuestras acciones y sobre lo bueno y lo malo que ha pasado en este año (aunque esto último es en vísperas del año nuevo).

Cristiano o no, el ambiente navideño que se vive y respira en México y latinoamérica definitivamente tiene sabor: desde el tradicional ponche, los tamales y las posadas, hasta las mariposas que sientes porque esperas con ansia a ver si “el niño Dios” se apiadó de ti y te trajo lo que le pediste.

No obstante, yo soy de la idea en que siempre deberíamos pensar más en nuestras acciones y en cómo pueden afectar, de buena o mala forma, al ambiente en el que nos desarrollamos y a la sociedad en la que vivimos. No hacen falta fechas especiales, o mejor dicho, no debería hacer falta. Pero como la realidad es otra, al menos el hecho de saber que no hemos perdido la capacidad de reflexión, aunque sea por un día o una época en el año, es prueba de que somos humanos y que todavía (y espero que nunca suceda) no estamos robotizados.

Al ser Japón un país en donde la religión prácticamente no existe, o mejor dicho, no se toma tan en serio como en paíeses como el nuestro, la navidad es un festival más que hay que celebrar: pollo del KFC y un pastel. Y claro, no hay que olvidar que acá la navidad, o siendo exactos, la noche buena, es una fecha para los novios. Una japonesa me lo dijo mejor que nadie:

Originalmente, la noche buena es una noche “santa”, por eso debería ser en japonés 聖なる夜 (sei naru yoru).

Pero como es para los novios, la noche santa se convierte en noche “de sexo”: 性なる夜 (sei naru yoru).

¿Entienden el chiste? (ambas frases se leen igual. Solamente un kanji es diferente).

En esta época es cuando se extraña no estar en los terruños de uno: las posadas, las piñatas, la cena, la convivencia. Ni modo. Todavía no me toca. Pero para todos ustedes que están del otro lado del charco, les deseo que se la pasen lo mejor que puedan, independientemente de si profesan la religión católica, cristiana, etc. Aprovechen la fecha como un pretexto para convivir, para divertirse, y para echarse unos tamales de carne a mi salud.

¡Feliz navidad! Y que el niño Dios, Santa Claus, Papá Noel o quien quiera que sea el que los visite en noche buena les traiga o les cumpla lo que hayan pedido. Eso sí, para los que esperan a los reyes magos, no se achicopalen: en un par de semanas les toca a ustedes.

メリー・クリスマス!

Les dejo la foto de mi mini-arbol de navidad 😀

Errores

Como ya se habrán dado cuenta, he andado muy desconectado del blog, y para el caso también de internet. Han sido semanas pesadas en el trabajo, pero la anterior se caracterizó por una carga de trabajo moderada con una de presión bastante más grande.

Para no hacer el cuento largo, me pidieron hacer una prueba de estrés en un servidor. Pensé que la prueba en sí sería fácil (con algo como ab), pero leyendo y siguiendo el consejo del buen panda, opté por usar siege, herramienta que también es mencionada en el libro de Tomcat de O’Reilly. Leí, según yo me preparé bien, revisé varias veces las condiciones de la prueba, y en el día y la hora indicada la realicé (en realidad fueron varias).

Pensé que todo había salido bien, así que procedí a hacer el respectivo reporte… y fue donde realmente comenzó todo. Dejemos al lado que el formato del reporte no fue el que esperaban: los resultados no cuadraban. Y entre que yo soy un noob para esto de las pruebas y entre que no confiaban en que hubiera realizado la prueba correctamente, fueron 3 días para olvidar, pues terminé saliendo en promedio después de las 12 de la noche.

Entrando en detalles más técnicos, siege pide un archivo con una lista de URL a probar. El problema, y mi error, fue haber puesto URL de más, por haber entendido que se probarían N tipos de páginas y no N páginas exactamente. Pero por lo demás, las características de la prueba no estaban mal, y la forma de ejecutar la prueba tampoco. ¿Entonces?

Lo que me alegaban era que en la prueba se emulaban N número de usuarios que accederían al servidor al mismo tiempo, pero los resultados reportaban que no era así, y el número de veces que se visitaban los URL era realmente muy poco para el tiempo que duró la prueba. El panda me auxilió muchísimo con la interpretación de los resultados, y efectivamente, salió a relucir que una de las razones era por haber puesto URL de más. Error 100% mío, y en una situación laboral como la que estoy viviendo ahora, era de esperarse que me fueran a reclamar, con justa razón. Sin embargo, aun con reconocer mi error, los resultados marcaban claramente que el servidor no aguantaba mucho, pero me seguían insistiendo que la forma de hacer la prueba había estado mal, independientemente del número de páginas que había seleccionado para probar.

Después de la tormenta, se corrió una prueba emergente para comprobar que realmente había hecho la prueba original correctamente. Los resultados no mentían: se probaron menos páginas (un número cercano a las que originalmente se tenía planeado), pero se mostraba también la tendencia del servidor a no aguantar al número de usuarios indicados al mismo tiempo.

¿Qué aprendí de todo esto?

  1. Que el mundo del benchmark es mucho, pero mucho más complicado de lo que yo creía.
  2. Que aunque sé que soy humano y que obviamente me puedo equivocar, un error bajo esta situación puede costarme muy caro.
  3. Que estoy bajo mucha más presión que la que originalmente  pensaba.
  4. Que no quiero estar por siempre en una situación laboral como la actual.

Ahondando un poco en el punto 4, no tiene mucho que ver lo pesado del trabajo, o ni siquiera que no paguen las horas extra; tiene mucho más peso para mí el tiempo que le puedo dedicar a los demás, y por supuesto, a mí mismo.

Añoraba el fin de semana. Lástima que ya terminó. Tengo en puerta decisiones muy grandes, y relativamente poco tiempo para hacerlas. Como hace algunos años, necesito que los días tengan al menos 48 horas para poder hacer todo lo que debo. Mientras tanto, aquí andamos, tratando de no sucumbir ante la situación.

Agradezco muchísimo al panda por su invaluable ayuda y su tiempo en estos días, así como las palabras de aliento de varios de los mexicanos en Japón (ellos saben quienes son).