En los últimos meses he estado poniendo especial cuidado en darme tiempo para mí mismo. Escapar de las obligaciones de jefe de familia no es opción, pero sí lo es poder ponerles pausa aunque sea por un breve momento al día.
Creo que ya había comentado que he ido recuperando el gusto por los videojuegos. Creo firmemente que ésa ha sido una de las principales válvulas de escape que me ha ayudado a mejorar. No obstante, no debo negar que todavía hay días difíciles, en donde no todo sale como yo habría querido, pero es en especial en esas ocasiones en las que me pongo en el estado de “un día a la vez”, y vaya que sirve. La meditación también ha ayudado mucho, pero he de ser sincero en este punto y decir que tengo ya más de un mes de no practicarla.
Después de que el evento se canceló, y luego nada más se hizo de forma virtual, regresamos este año al no tan majestuoso Tokyo Game Show. El calificativo no pretende ser despectivo, sino más bien descriptivo, pues es el primer intento de volver a tener público después de 2 años, aunque es cierto que todavía estamos en pandemia.
Visible ausencia de grandes expositores hizo que, en general, pudiéramos recorrer prácticamente todo el evento en un solo día, cosa que nunca nos había pasado. Y uso la conjugación de la primera persona del plural porque asistí al evento con el nada más y nada menos famoso Gifurama. El caso es que el evento sí estuvo bien, no había tanta gente y lo pude disfrutar como tenía mucho tiempo de no disfrutar algo así. Y por lo mismo de la falta de expositores no se tuvo la misma cantidad de edecanes… digo, hicieron falta juegos… sí, eso.
Tuve la oportunidad de jugar Street Fighter 6, aunque fue muy poco (15 minutos), pero fueron suficientes para darme cuenta de que el juego pinta mucho mejor de como lo hizo el 5 cuando recién iba a salir. Ya se hizo una prueba beta cerradad y hay infinidad de videos y contenido al respecto en igual número de lugares en la red, por lo que creo que no hay necesidad de ahondar en este tema.
También pude probar el Playstation VR2 y Resident Evil VIII, título que por cierto todavía no juego. El poco tiempo que tuve fue suficiente para convencerme de que quiero comprar el dispositivo cuando esté disponible, pero quizá mi punto de vista esté sesgado porque realmente casi no he probado otros dispositivos de VR (Index, Quest, Pico).
Ustedes no están para saberlo ni yo para contarlo, pero durante el tiempo en el que estuve intentando hacerme de un PS5 comencé a aprender un poco acerca de los juegos en computadora. Siempre había sido un “consolero” al 100%, y todavía tengo títulos pendientes en el PS4, pero la falta de motivación para prender una consola causada por el incontable número de intentos fallidos por ganarme el derecho a comprar un PS5 me orilló a ponerle atención a mi cuenta de Steam, que estaba con telarañas por falta de uso, y a darme cuenta de lo que me estaba perdiendo y de por qué los “PC Master Racers” ven con cierto desdén a las consolas. Pero permítanme explicarles algo con un poco más de detalle:
- En Japón es todavía fecha en la que no puedes llegar a una tienda a comprar un PS5
- La forma más común de adquirirlo es entrando a “loterías” que cada establecimiento organiza, en las cuales los agraciados ganan el derecho de compra de un PS5
- Las condiciones para poder entrar en las loterías las pone cada establecimiento. Así, mientras hay algunos que dejan que cualquier persona entre, otros piden que tengas la tarjeta de crédito de su tienda, otros que hayas realizado compras con ellos por al menos cierta cantidad de yenes durante el último año, etc., etc.
- No todas las tiendas dicen cuántas consolas van a tener disponibles
- Ninguna tienda revela la forma en la que los premiados son escogidos
Todo lo anterior ha causado cierto rencor entre los japoneses porque dicen que Sony ha puesto a Japón en segundo plano con respecto a la consola comparado con otros países (principalmente Estados Unidos). Y de hecho, ese sentimiento ha sido uno de los principales motores que han hecho que el PC Gaming haya crecido de manera sorprendente en Japón durante el último año (https://exputer.com/news/industry/japan-valve-steam-deck). Entonces, como podrán darse cuenta, poder comprar un PS5 en Japón es más cuestión de suerte que otra cosa. Incluso gente reconocida y destacada del medio de los videojuegos en Japón se ha expresado al respecto.
Lo anterior, aunado a mi mala suerte, me llevó a incrementar el número de juegos en mi cuenta de Steam, a entender más sobre el refresh rate de los monitores; a aprender sobre los teclados mecánicos y los diferentes tipos de switch que existen; a conocer el potencial de mi triste GTX-1080 que compré hace más de un lustro; a entender el gusto/disgusto por los monitores ultrawide; y en general, a adentrarme al mundo de los juegos en PC.
Que por fin haya salido premiado en una de esas rifas fue nada más cuestión de suerte, y para ser sincero, el derecho de compra del PS5 me llegó en un momento no necesariamente adecuado, pero viendo todo el tiempo y esfuerzo invertidos en la búsqueda de la consola me obligó a dar el famosísimo tarjetazo… Sí, es un lujo, pero uno que siento que tenía que darme después de todo lo que he pasado, y lo que falta.
Y toooooodo lo anterior fue nada más para ponerlos en contexto de lo mucho que me sorprendió ver al Steam Deck en vivo y a todo color. Es definitivamente una consola que estoy considerando adquirir el año que entra… aunque de consolas portátiles también tengo mucho que contarles, pero eso será en otro escrito.
En resumen, me divertí muchísimo. Vi a varios excelentes amigos a los que ya tenía mucho de no hacerlo. La sección de juegos indies fue sin duda lo mejor del evento, que aunque con carencias, abstinencias y ausencias, se extrañaba, sobre todo porque para mí es casi casi ley asistir a él desde que vivo en Japón. Sí, es cierto: cuando vivía en Fukuoka nada más asistí un par de veces, pero desde que vivo en Tokio, cada año he estado ahí, y la idea es continuar con esa tradición tanto como me sea posible.
Chun Li da fe de la legalidad de mi pérdida de peso. El bungee se acerca cada día más 🙂
Para concluir, aquí les dejo una serie de fotos tomadas en el evento. Poco a poco, pero ahí la llevo para convertirme en una mejor versión de mí mismo, después de sufrir tanto por la mugre depresión.