Para quienes no sepan qué es un tatami, aquí una imagen:
Las habitaciones en Japón se miden en tatami, usando la palabra “jou”. Mi casa tiene 3 habitaciones: 2 de 4.5 jou y una de 3. Ésta última es a la que me refiero con “tatami nuevo”: Resulta que, debido a la humedad que hay por aquí, creció moho en los 3 tatami. Si bien el moho es un problema muy común de este lado del mundo, realmente no me esperaba que creciera, menos en un tatami (son muy gruesos) y mucho menos en tan poco tiempo.
Total que reporté el incidente al ayuntamiento y alegaban que era mi responsabilidad (hay que abrir las ventanas, dejar que entre la luz del sol a los cuartos, etc.), y que por tanto yo debía pagar la reparación, o en su caso, la compra de tatami nuevo (que cada uno ronda los 1,200 pesos); sin embargo, yo alegué que si fuera mi culpa, los demás cuartos tendrían que tener moho también, y sin embargo están perfectos. Después de un buen de correos, dimes y diretes, se decidió que un experto vendría a ver el caso y decidir de quién era la responsabilidad, o en pocas palabras, quién soltaría el dinero.
Vinieron, revisaron y resulta que, según el señor, había 50% de responsabilidad de ambas partes: Mía, por poner el escritorio y el librero muy cerca de la pared, y del ayuntamiento, porque debajo de la casa se concentra mucha humedad. El ayuntamiento decidió sufragar los gastos, y justo cuando se estaban llevando mis tatami, otro estudiante extranjero que vive cerca reportó exactamente el mismo problema en exactamente la habitación que está en la misma posición que la mía. En corto: Definitivamente no fue mi culpa.
Estoy sin tatami en ese cuarto de momento. Quedaron de venir a las a traerlos y ponerlos. Una vez que lleguen, me lanzo a la universidad a estudiar un poco. He andado medio ocupado, pero poco a poco voy avanzando, aunque este tipo de situaciones extraescolares quitan más tiempo de lo que uno cree.