Cuando se habla de Japón en el sentido tecnológico, lo primero que imaginamos es un mundo futurista; desde máquinas vendedoras que recomiendan bebidas dependiendo de la persona que esté enfrente hasta trenes sin chofer, el país del sol naciente nos ofrece una visión real de lo que la tecnología puede ofrecernos. Todo es bello,
Sin embargo, por tecnológicamente muy avanzado que Japón pueda ser, resulta realmente increíble el retraso que muchos lugares presentan en el mismo rubro:
- Aún en esta época donde la conexión ubicua es prácticamente el pan de cada día por acá, el fax es una herramienta ampliamente utilizada por pequeñas y grandes empresas. Incluso en las tiendas de autoservicio se puede enviar fax, por lo que no es necesario tener uno en casa (aunque se siguen vendiendo en las tiendas de electrónicos).
- Resulta penoso darse cuenta que todavía son muchas empresas, negocios, universidades y dependencias gubernamentales que o todavía no tienen presencia en internet o que la tienen desde hace muchos años y su página se quedó del estilo de geocities, y además con un contenido muy pobre. Basta ver páginas de ayuntamientos, o bien de tratar de encontrar un restaurante y solamente encontrar referencias de él en páginas de recomendaciones, de ésas que los usuarios comentan sobre un lugar y le asignan una puntuación determinada al ambiente, al servicio y a la comida.
- Mariana, otra mexicana en Japón, labora en una empresa donde la información se guarda en discos de 3 1/2 (y que me late que algunos lectores nunca han usado). Los famosos “diskettes”… ¡Discos de 3 1/2! Poderosísimos 1.44 MB de almacenamiento en la palma de tu mano, y de una caja de 10 era casi un axioma que entre 2 y 4 salieran defectuosos.
- Me he encontrado negocios (tintorerías, tiendas donde te hacen tu sello, tiendas de recuerdos, entre otras) que para dar notas todavía usan una 486 conectada a un monitor de esos negros con letras verdes, y la impresora es de matriz de puntos.
- Hasta hace algunos años, el uso de la tarjeta de crédito por acá era limitado. En establecimientos donde en otros países podrías pagar con tarjeta, en Japón no se podía. Esto me consta que ha ido cambiando con el tiempo, pues nunca sufrí tanto para pagar con tarjeta de crédito como me pasó en una tienda de electrónicos de Den Den Town, en Osaka, cuando compré mi primera cámara digital en 2002. Ahora el uso de tarjeta de crédito es más común, y cada vez más establecimientos las aceptan.
- Los noticieros y programas de variedades en televisión es el colmo de todo esto. Aun teniendo a la mano lo último en tecnología visual, prefieren hacer páneles que los presentadores toman con las manos y que tienen cubierta información con una especie de “post-it”; los presentadores van destapando poco a poco esas parte conforme la noticia se va dando, algo así al más puro estilo de “¿a que no sabían que esto estaba aquí”, desperdiciando con ello un montón de papel.
En serio: existiendo algo tan mísero como Power Point desde hace una eternidad, no me cabe en la cabeza por qué este tipo de paneles se siguen usando. El de arriba es un ejemplo pequeño. Hay paneles de unos 1.5 metros de alto por como 3 de largo. Siempre que los veo pienso en la cantidad de papel que se desperdicia.
Con lo anterior no quiero decir que esté mal usar cosas antiguas que aún sirvan (como las impresoras de matriz de puntos y las 486), pero en el caso de los discos existen infinidad de alternativas más confiables y de mayor capacidad, y en cuanto a los páneles mencionados arriba sinceramente no sé qué pensar. Y de la información en internet y las páginas web de dependencias mencionadas anteriormente de verdad que están para llorar.
Japón podrá ser la meca de la tecnología y para muchos puede parecer un país totalmente futurista. No obstante, existen este tipo de detalles que hacen pensar que una parte de Japón se quedó atrapada en el pasado tecnológico, lo que crea un constraste raro para le gente que ha sido partícipe de la revolución tecnológica de los últimos años.