Hoy me tocó ir por primera vez a dar clases de inglés a una escuela secundaria, y fue a una particular: Nisshinkan.
Había escuchado este nombre antes, pero no podía recordar en donde, hasta que E me lo recordo: Esta escuela cerrará tan pronto como los que están en 1er. año se gradúen. Salió en las noticias hace algunos meses. Y créanme cuando digo que es una verdadera lástima, porque la escuela es grande, muy bonita, y los alumnos son ejemplares (generalmente así son los de las escuelas privadas aquí en Japón, con sus excepciones, claro está). Le pregunté a uno de los estudiantes la razón por la que la escuela había decidido cerrar y me respondió que porque el número de estudiantes es muy bajo y no hay dinero para mantenerla, y considerando lo caras que son las escuelas en Japón, especialmente las particulares, creo comprender.
Tuve clases con TODA la secundaria: Los 2 grupos de 1ero., los 2 grupos de 2do. y los 2 grupos de 3ero., y aunque ya me había formado una idea general de los estudiantes de secundaria en Japón, los chicos de ahora me la cambiaron por completo: Activos, risueños, con ganas de participar, de hablar, de conocer. Fueron 6 clases, de 9 am a 3:15 pm, pero todas con excelente nivel. Fue realmente fácil manejarlas (claro, hice previos preparativos).
Lo que más me sorprendió fue encontrarme con un chico de 3er, año, de nombre Kento Okamoto, que tiene un inglés perfecto, y esto es debido a que su mamá, que es profesora de inglés, desde pequeño lo obligó a usar solo inglés dentro de su casa. Según me contó, fue muy difícil en el principio porque su mamá lo ignoraba si le pedía algo en japonés, argumentando que fuera de su casa lo utilizaba suficiente, por lo que si no era en inglés, no le daba nada ni le hacía caso. Pero el efecto es increíble: Es un chico japonés de 14 años, hijos de padres japoneses ambos, que habla un inglés perfecto, y por ello ha podido ir a lugares como Seattle, Inglaterra y Escocia. Con esa edad y 2 idiomas, está planeando estudiar un tercero, el cual parecer ser que sera francés. Su sueño es trabajar en la ONU (esperemos que sea una verdadera ONU para ese entonces… digo, con todos los problemas que se han suscitado últimamente), y no tengo la menor duda de que lo logrará.
Estoy en el laboratorio, y sí, me siento cansado, pero satisfecho de saber que puedo manejar clases de secundaria tambien, de que muchas de mis técnicas para enseñar sí dan resultado, y de que los chicos adoran poderse comunicar conmigo en japonés despues de clases y contarme lo que les sucede.
Algo mas para anotar en el currículum.