Cuando llevas manejando en Japón 5 años y no tienes ninguna multa o no causaste ningún accidente, tu licencia de conducir cambiar a color dorado, distinguiéndote como “conductor excelente”.
Además del título bonito, gracias a esa licencia la cuota del seguro del carro baja considerablemente, lo que significa que se puede ahorrar más dinero.
Hoy precisamente me tuve que levantar temprano (6:30 am en domingo) para poder hacer la renovación de mi licencia puesto que se vencía el próximo 3 de diciembre. Recibí la licencia dorada (gold menkyo, como se le llama aquí) y regresé a casa a descansar. Estaba jugando en el PS3 cuando de repente llaman a la puerta. ¿Domingo, a las 3:45 pm? No podría ser algo bueno…
Resulta que uno de mis vecinos de arriba le dio un llegue a mi carro (me chocó, en español estándar). Al parecer el sujeto andaba a las carreras, se echó en reversa y no midió la distancia. Él era quien llamaba a mi puerta para avisarme que me había chocado y que se haría responsable de todo (obviamente). Le di mis datos, pero como en Japón es de ley que tienes que llamar a la policía y llenar un informe, así pasó. Los policías muy atentos tanto conmigo como con el vecino; terminaron el informye y nos dijeron que para la reparación nosotros nos teníamos que arreglar. El vecino me dijo que no había problema y que su seguro se encargaría de todo.
Al carro no le pasó gran cosa, se sumió la luz del lado derecho y la marca del choque en la defensa. Es cosa de un día en el taller (creo yo, por la revisión que seguramente le harán). No obstante, aunque no fue mi culpa y no pasará nada realmente grave, sí creo que fue mala suerte tener mi primer accidente en Japón (y espero que sea el último) el mismo día que recibo la tan preciada licencia dorada.
Me voy a dormir, que ando cansadísimo por la levantada, la ida hasta las oficinas de Fukuoka para hacer el cambio de la licencia y el choquecito que le dieron al carro.
Mañana será otro día.