Sabemos que los estereotipos son malos. Comparar nunca es bueno cuando se trata de personas… o de países.
Corren muchas versiones, dentro y fuera de la red, sobre cómo es la vida de un extranjero en Japón. Y como es de todos sabido, cada quien habla de la feria dependiendo de cómo le fue en ella, por lo que sobra decir que es muy difícil encontrar una “reseña” que satisfaga a todos por igual (después de todo, cada uno tiene una visión diferente del mundo).
Hay quienes creen que por ser extranjeros no tenemos derecho a quejarnos si sentimos que algo está mal, y salen con la típica respuesta de “si no te gusta esto de Japón, pues regrésate a tu país”. Esdras se preguntaba si es bueno o malo quejarse siendo extranjero en Japón . Por otro lado, hay quienes sienten que son discriminados en cada esquina y ven a cualquier japonés como enemigo, califican a la sociedad japonesa como “payasa” y terminan queriendo imponer sus propias reglas. En resumen: hay para quienes Japón es lo máximo, y otros para los que es la peor experiencia de su vida. Sin embargo, existen ocasiones en las que estos pensamientos son forjados por la misma presión social que el ambiente ejerce sobre los extranjeros.
Ya he comentado antes que aún hay japoneses para los que el extranjero es un “invasor”, le hacen feo y piensan que todos deberían regresar a sus países. Si te toca lidiar o convivir con uno de ellos, la estancia en el país del sol naciente se convierte poco a poco en una pesadilla. Ahora, ¿qué pasa cuando no es nada más uno, sino varios, digamos, unas decenas, o quizás unos cientos, de personas?
Venir a Japón como extranjero es todo un reto, aún para el más preparado. Por ello, el lugar a donde uno va a parar en este país por meses (o años) debe ser elegido con cautela, que de ninguna forma se convierte en una garantía de que todo saldrá bien.
Tomemos como ejemplo lo que comenta Daniel Garfias, un amigo peruano que estuvo en Iizuka por un tiempo, y ahora radica en Beppu, Oita, cursando una maestría en Asia Pacific University. La vez pasada que platicamos, me platicó su situación, y la de los extranjeros, en la ciudad antes mencionada: los extranjeros son discriminados con ganas, y la universidad no hace nada por ellos.
Daniel menciona que en los restaurantes hay zonas “exclusivas” para los extranjeros, que generalmente están apartadas de las demás mesas, o hasta detrás de paredes; los meseros te hacen feo desde que entras al restaurante, olvidan tu orden, te hacen esperar muchísimo… en fin. Y todo por ser extranjero. Me comentaba también cómo un compatriota mexicano tuvo un accidente en una motocicleta y nadie le ayudó, mientras que a un japonés que chocó en el mismo lugar le llamaron ambulancia y la gente estaba dispuestísima a ayudarle… entre otras cosas.
Al principio, yo me preguntaba por qué Daniel regresaba tanto a Iizuka estando en un lugar tan bonito como Beppu, y hace un par de semanas obtuve la respuesta: viene a cargar pilas, porque la situación en Beppu es horrible, al grado que muchos extranjeros mejor deciden renunciar a su beca y regresar a sus respectivos países. Para mí fue realmente sorprendente darme cuenta la forma en la que los extranjeros pasan sus días en Beppu, sin que puedan hacer mucho. Parece ser que se han quejado formalmente ante la universidad, pero los casos terminan perdidos o abandonados en un archivero.
Arudou Debito también comparte en su blog el escrito de una europea en su vida como becario de Monbukagakusho. En él, la chica describe en 10 puntos lo que bien puede ser lo que muchos están viviendo en estos momentos por acá (una pesadilla), y al mismo tiempo, lo que muchos de los que se mueren por venir a Japón no saben acerca de este país. Vale la pena darle una leída (está en inglés).
¿Cuál es el problema entonces?
Generalizar tampoco es bueno, pero por la experiencia que tengo por acá, los casos que he visto de cerca y los que he leído o de los que me he enterado por otras personas, existen varios patrones que difícilmente se pueden negar:
- La educación universitaria en Japón no es como la pintan. Ya lo decía yo antes: un mexicano en 4to. semestre de universidad sabe más que un japonés recién egresado (claro, hay excepciones). Los postgrados son punto y aparte, dependiendo en su totalidad del profesor que te toque (ya ven cómo me fue).
- Si eres extranjero y no tienes rasgos asiáticos, se sobreentiende que hablas inglés, que no sabes hablar japonés y que lo poco que digas en ese idioma es para ser considerado como sugoi! El japonés es un idioma complicado, pero no por ello imposible. Lo malo es que muchos japoneses creen que su idioma no es apto para quienes no son asiáticos.
- Hay ciudades en Japón en donde los extranjeros son tratados como reyes. Ejemplo: Iizuka (donde vivo). El gobierno dispuesto a ayudarte siempre (hasta casas donaron para los estudiantes extranjeros), la gente de la universidad al menos se mantiene al pendiente de tu situación; hay voluntarios que se dedican a auxiliarte desde las más simples tareas hasta seguir por completo el embarazo de tu esposa y el nacimiento de tu hijo. Lo viví con mi amigo de Bangladesh, quien no hablaba casi nada de japonés cuando tuvo a su bebé.
- Asimismo, hay japoneses a los que les encanta convivir con extranjeros, y hacen lo imposible por hacerte sentir bien en tu estancia en Japón. No todos nos ven como “invasores”.
- El sistema japonés es conservador y tradicionalista. No importa cuánto sepas de tu área o tu experiencia de trabajo previa a Japón: si sales de una universidad japonesa eres “como todos los demás”. A ganar como recién egresado (mi caso también, jeje).
- Para poder salir adelante, hay que aprender cómo es la “forma japonesa de hacer las cosas”. Justo platicaba de esto ayer con una amiga de Estados Unidos, quien tiene 9 años ya de este lado del mundo. La barrera a romper es muy gruesa, y toma tiempo, pero todo mejora una vez que comienzas a ver el otro lado.
El choque cultural es muy, muy fuerte; muchos no lo resisten y optan por tirar la toalla. Yo no estoy en la posición de decir si eso es bueno o malo, pero lo que sí puedo recomendar es prepararse lo más que se pueda antes de venir a este país. Si lo hacen como estudiantes, chequen 4 veces cómo es la universidad en donde estudiarán, y sobre todo, cómo es la ciudad en donde estarán y cómo tratan a los extranjeros ahí. Si es posible, traten de hacer contacto con extranjeros que vivan en esa área.
Ser extranjero en Japón no necesariamente significa que no puedes sobresalir, pero sí hay que sortear muchos obstáculos antes de comenzar a ver claro el panorama. No hay que rendirse tan rápido, pero tampoco hay que estarse aguantando todo lo que le hagan a uno.
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Sé que con esto no respondo directamente a muchas de las preguntas que me han hecho por correo sobre la situación de los extranjeros en este país, pero espero que al menos sirva de guía para pensar y buscar más opiniones.
A dormir.