Nieve, mucha nieve

Aunque siempre me quejo del frío que hace por acá en invierno, la verdad es que hacía ya varios años que no se sentía tanto como éste.

El último invierno que recuerdo así de frío es el de 2003, el año en que llegué por acá. Era todavía mitad de noviembre y yo me estaba congelando. Fue ahí donde conocí lo que son los kotatsu, los calentadores de queroseno y, ya después, las alfombras y cobijas eléctricas. De hecho, ahora que lo pienso, el kotatsu que en aquel entonces me regalaron es justamente el mismo que uso ahora… es decir que mi kotatsu tiene 7 años conmigo + los que tuvo con el antiguo dueño, ¡y sigue funcionando!

Sé que para muchos el frío no es cosa del otro mundo, pero para mí, que en Guadalajara raras veces bajaba tanto la temperatura, el primer invierno por acá fue muy difícil. Después uno se acostumbra, es cierto, pero eso no hace que me guste. Mi estación favorita del año es verano: me gusta el calor.

El frío es una cosa; la nieve es otra muy diferente. Si va a hacer frío de todas formas, preferiría que nevara más seguido, sin llegar a los extremos como Niigata o Fukui. Pero la nieve se niega a aparecer seguido por esta parte de Japón. Sí, cada invierno nieva, pero en los últimos años eran 1 o 2 al año, y la nieve no se acumulaba (léase: “no se pueden hacer monos de nieve”). No obstante, este año se ha caracterizado por la nieve; ahora sí no ha faltado.

¿Qué puede ser malo en todo esto?

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NGP (PSP 2)

NGP (Next Generation Portable) es el nombre clave del producto (todavía no es el nombre oficial), pero es real, muy real. Sony lo anunció hoy por la tarde (27 de enero en Japón), y vaya que es mucho más de lo que se esperaba:

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=sXoVDJWP12I#[/youtube]
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=lQCphctS25c[/youtube]
Lo nuevo:

La flor del vecino es roja

Desde que comencé a interesarme por la cultura japonesa, me he encontrado con muchas clases de personas a las que les gusta Japón. Sus razones son válidas, por pequeñas que a otros les puedan parecer. Y entre esas personas, también hay quienes idolatran a Japón, y lo ven como el paraíso terrenal.

Esta vez me voy a centrar en la opinión mexicana.

Japón, como otros países, tiene su lado bueno y su lado malo. El punto es que muchas personas visualizan la vida en Japón manteniendo la forma de pensar mexicana. Quienes tienen la oportunidad de venir como turistas experimentan uno de los viajes más placenteros e increíbles que se pueden realizar (hay mucho destinos turísticos de ensueño, es cierto, pero Japón tiene un toque mágico para asombrar a los extranjeros). Lo bueno, y malo al mismo tiempo, es que en tan poco tiempo no les es posible conocer Japón lo suficiente como para ver su lado negativo. La idea que queda en la mente es casi unísona: “Japón es mejor que México”.

Es fácil pensar que Japón supera a México en todos los aspectos si se ve desde el punto de vista de “primer mundo” vs. “país tercermundista”. Siendo realistas, sí: Japón sobresale en muchos aspectos en comparación con nuestro país (y con muchas partes del mundo), pero eso no lo convierte inmediatamente en la tierra prometida. La diferencia de culturas es enorme, ya la he comentado, pero sabemos que detrás del orden y el avance que Japón muestra, existe un precio que se paga, y no precisamente con dinero.

Siempre ha sido mi postura hablar de Japón de forma neutral, resaltando los puntos buenos y señalando los que, por pertenecer a una cultura diferente, me parecen malos.

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Nintendo 3DS

Con la salida de la nueva consola portátil de Nintendo a la vuelta de la esquina (25 de febrero), comienzan a abundar los videos y la información sobre ella… y también las preguntas sobre si la pienso comprar o no.

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=g3nyf-y3Igo[/youtube]

He de confesar que me llama la atención el hecho de que puede tomar fotografías en 3D, pero fuera de eso, jugar en 3D no es realmente mi meta en la vida. Claro: hay que verlo y tenerlo en las manos para poder opinar mejor, pero lo que he visto hasta ahora no me ha convencido. Lo que sí lo ha hecho es la potencia de la consola.

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XMonad

Cuando recién comencé a usar Linux, no tenía ninguna preferencia por algún administrador de ventanas. Por supuesto, en ese entonces solamente conocía lo que venía por default (Gnome o KDE), pero las distribuciones que usaba por lo general dejaban a Gnome por default. Luego conocí XFCE, fluxbox y algunas otras, ampliando así la selección.

Por influencia de un amigo, comencé a usar administradores de ventanas por mosaico. Estos se basan en dividir la pantalla en partes que son ocupadas por los programas; las partes no se enciman, sino que la pantalla se va “partiendo” cada que un programa se inicia en modo gráfico. Administradores como Gnome, KDE, XFCE, el mismo Windows de Microsoft y OSX de Apple usan la pantalla como una pila de coordenadas, en donde se van poniendo las ventanas que se requieran. Creo que sobra decir que, a diferencia de Windows y OSX, el entorno gráfico de Linux (X) es simplemente otro programa (no un sistema operativo), por lo que no hay un administrador de ventanas “preferido” para X, y en una misma computadora se pueden tener tantos como se quiera. Por ejemplo, mi computadora de escritorio tiene Gnome y dwm; mi laptop “inmortal” (que ya no está conmigo) tenía XMonad y XFCE; en el trabajo uso XMonad y Gnome.

Primero comencé con Ion2. Sinceramente no entendía todavía los beneficios de un administrador de ventanas por mosaico, y ciertamente la transición de Gnome o similares a uno de ellos no es instantánea y toma un poco de tiempo acostumbrarse. Terminé por casi no usarlo, pero despertó mi curiosidad.

Luego seguí con dwm, y a éste fue el primero que le saqué provecho. Quizá sea gracias al lado geek, pero me atrapó el hecho de que, para personalizarlo, tienes que meterte a editar directamente el código fuente del archivo de configuración (el cual está en C), y puedes redirigir la salida de otros programas para mostrar diferentes estatus de la computadora (como fecha y hora, memoria usada, título de la “ventana” actual, etc.). Duré un tiempo con dwm, pero poco a poco fue cayendo de mi gracia debido a que la documentación era muy poca, y la comunidad era muy elitista, por lo que no respondían a cualquier pregunta, y sin documentación, muchas veces había que adivinar qué hacía cada función. Al final, lo dejé porque no pude echar a andarlo con soporte para UTF-8, y como el idioma japonés es el que tengo por default en todas las computadoras que uso, sí era algo que me importaba. Dicho sea de paso, desde que llegué a Japón no me hago la idea de tener Linux sin soporte para japonés desde que lo instalo.

La idea de dwm era buena, pero la falta de ayuda y documentación, aunado con lo del UTF-8, hicieron que buscara más alternativas. Fue entonces cuando el mismo amigo que me presentó Ion2 me dijo sobre XMonad.

XMonad es otro administrador de ventanas por mosaico. Originalmente es un clon de dwm, pero está escrito en Haskell, un lenguaje de programación funcional; además, es más amigable y más “extensible” que el original.

El concepto es el mismo: la pantalla va siendo dividida en mosaicos como vaya siendo necesario. La forma en que se divide se decide dependiendo del layout que haya sido escogido. Se pueden tener además escritorios virtuales, y cada uno puede tener un layout diferente. Cada layout define además un área maestra en la pantalla donde se pone cada nueva ventana que aparece; el área maestra es normalmente más grande ya que se basa en la idea de que en esta ventana en donde se trabaja o se realiza la actividad más importante. Lógicamente se puede cambiar libremente la ventana que ocupa esa área.

Como ejemplos de layout, aquí 2 imágenes.

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¿Sabías que…? – Parte 8

Continuando con los pequeños detalles de la vida en el país nipón. Estoy seguro que muchos se saben éste:

¿Sabías que en Japón el payaso mascota de McDonald’s se llama Donald McDonald (sí, “Donald”, con “D” al inicio)?

  • Cambiar el nombre de “Ronald” por “Donald” fue idea de McDonald’s Japón al “darse cuenta” que el nombre original era difícil de pronunciar para los japoneses.
  • Aunque, según Wikipedia, se ha explicado públicamente que el nombre del payaso es realmente “Ronald”, en Japón prácticamente nadie lo llama así; incluso hay gente que no lo sabe. También el mismo artículo explica que McDonald’s Japón considera correctos ambos nombres.

Al menos no le fue tan mal como al pobre Rudolph, hay que darles crédito por eso. No obstante, eso de que es difícil de pronunciar para los japoneses se me hace exagerado. Cierto: McDonald’s entró en Japón en 1971, pero la pronunciación del japonés no ha cambiado desde entonces; las nuevas generaciones pronuncian con “R” el nombre de Ronaldo y Ronaldinho (aunque en realidad la “R” en portugués se pronuncia diferente que en español, algo parecido a nuestra “j”).

Lo que le pasó a Ronald me sucede a mí frecuentemente: mi nombre en katakana es マヌエル, pero muchos japoneses dicen que es difícil de pronunciar. Cuando les pregunto el porqué, la respuesta que recibo es casi siempre “porque en japonés no hay palabras que combinen las sílabas Ma-nu”, o a veces me dicen lo mismo de la combinación nu-e, por lo que les digo: “¿Y que hay entonces de 免れる (manugareru)?”. El caso de nu-e es menos común, porque aunque existe una palabra que se pronuncia así, es raro escucharla, y posiblemente muchos japoneses no sepan su significado: 鵺 (nue) “quimera”, aunque podría también responder que la forma imperativa del verbo 縫う (nuu, “coser”) es 縫え (nue), pero sería meterme en una discusión gramatical que sé que no terminaría pronto. ¿Qué hago para evitar problemas? Les pido que me llamen “Manu”, y todos contentos 😀

Como extra, les dejo el video de una versión de Ronald McDonald que no me cae NADA mal. El video es de McDonald’s Japan, y como podrán notar, ya es viejo.

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=_UKLncvGxQ8[/youtube]

¡Feliz 2011!

usaginenga

Ha comenzado un nuevo año. Muchos pendientes, muchos proyectos, y sobre todo, muchas ganas para que todo salga bien.

Este año, según el calendario chino, es el del conejo, y en kanji se escribe

No olvidemos lo malo que haya pasado el año anterior: aprendamos de nuestros errores  y hagamos de este 2011 uno inolvidable.

Por supuesto, aquí estaremos dando lata.

Un abrazo a todos desde el frío Japón.

El 2010 en un kanji

Continúa la tradición de describir lo que me pasó en el año en un kanji.

El kanji del año en Japón fue (sho), que significa “calor”.

En las versiones pasadas, los kanji no han sido muy emotivos. Ojalá que esta fuera la excepción, pero después de meditarlo mucho, creo que el que escogí denota perfectamente lo que he pasado en este 2010.

Y el kanji de este año es:

muzukashii-kanji


Lecturas: “nan”, “kata”, “gata”, “muzuka-shii”.

Significado: Difícil.

Estos 365 días han sido, en general, pesados. Cierto es que tuve buenas experiencias, como el viaje a México en abril en donde me dieron la oportunidad de dar un par de charlas en 2 universidades, pero he tenido que tomar decisiones muy difíciles, y todavía hay algunas que tengo que considerar. Dicen que eso es parte de crecer y madurar, pero en verdad que me han pegado duro y tupido. Con todo, sé que todo va a mejorar y estoy luchando por ello. Quizá lo que más me dolió es saber que tomará más tiempo del que originalmente tenía planeado.

Sinceramente espero que el próximo año ya pueda poner un kanji más bonito, más alegre, o al menos más lleno de esperanza 爆笑 Le echaré ganas para que así sea.

Reciban un muy fuerte abrazo de mi parte. A todos ustedes que me hacen el favor de leerme, les deseo que el 2011 sea muchísimo mejor que todos los años anteriores. No diré “que sus deseos se hagan realidad” sino: que luchen para que sus deseos se hagan realidad. Si uno no pone de su parte, las cosas no van a caer del cielo. Ténganlo siempre presente. Todo esfuerzo rinde frutos, a veces muy rápido, a veces muy tardado. El chiste es no rendirse.

Nos leemos por aquí el año que entra スマイル

Modernización telefónica

En julio de 2008 escribí sobre el iPhone en Japón. ¡Vaya que han cambiado las cosas en 2 años!

iphone4-white

El éxito del iPhone en el resto del mundo tardó en surtir efecto en Japón, y aunque ese éxito todavía no es “total”, ahora sí podemos decir que las tendencias han ido cambiando y que ahora el mercado de los smartphone en el imperio del sol naciente ha aumentado considerablemente.

No es un secreto que Japón es un país cerrado en lo que a telefonía se refiere. Los teléfonos que aquí se venden tienen muchas funciones sorprendentes, pero que solamente se pueden usar en Japón. Normalmente esto no importaría, ya que los japoneses no tienen necesidad de salir al extranjero para obtener algo, y las funciones de los teléfonos facilitan en gran medida la vida diaria de los nipones; pero aun con todo eso, el hecho de que solamente se puedan usar en su totalidad dentro de Japón hace que se consideren retrasados en comparación con otros países. A este síndrome le pusieron el nombre de Galápagos, queriendo dar a enteder que, por sí mismos, los teléfonos son extramadamente avanzados, pero al mismo tiempo están totalmente aislados del resto del mundo.

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Préambulo de navidad

Con muchas ganas de escribir, pero de repente me salió una oportunidad para meter papeles en un instituto de investigación famoso en Japón, y anduve prácticamente desconectado del mundo por varios días, incluso de Twitter. A ver cómo me va.

Aunque uno no quiera, se va acostumbrando al estilo de la navidad japonesa: es una noche romántica, para pasarla con la pareja, pero no tiene nada de especial en el sentido del espíritu navideño que nos enseñan (o a veces nos fuerzan) a tener en México. Ya lo he comentado en años anteriores: la navidad en Japón es más consumismo que nada. Sí, la “tradición” de los regalos se da en muchos otros países, pero Japón, un país netamente no cristiano, se lleva, a mi gusto, las palmas por sus costumbres navideñas, las cuales se resumen en:

  • Estar con la pareja. Es quizá la noche donde es más difícil encontrar cuarto en los Love Hotel. 

  • ¡Comer pollo frito! Los de KFC hacen su agosto vendiendo cubetotas de pollo, y hay que hacer la reservación a tiempo (de preferencia con un mes de anticipación) porque el mero día (léase 24 de diciembre) se dedican solamente a entregar los pedidos (obviamente uno tiene que ir a recogerlos). ¿Y para los que alcanzaron su pollo KFC? ¡No hay problema! Las convenience store tienen su versión de pollo frito. No importa que no sea KFC ni que sea más caro, el chiste es comer lo que “se debe comer” en navidad. Todos felices.
    Según una de mis alumnas de mi clase de español, los japoneses comen pollo en vez de pavo, porque es difícil encontrar este último por este lado del mundo. Y que yo recuerde, nunca comí pavo en las navidades que pasé en México; creo que el pozole de mi abuela (en paz descanse) era el platillo fuerte ese día.

  • Pastel. ¡Pero claro! navidad =  pastel. Al igual que el pollo, hay que hacer la reservación con tiempo si se quiere comer el 24, pero hay gente más lista que espera a que sea 25 para comprarlos… ¿por qué? Porque bajan increíblemente de precio.

Si Japón no se caracteriza por ser cristiano (o similares), entonces ¿por qué celebrar la navidad? Le hice la pregunta a varios japoneses, y ninguno me pudo dar una respuesta en concreto. Fue de nuevo mi alumna de español la que dijo algo que me pareció coherente: “A los japoneses nos gustan los festivales. Por eso, como en otros lados celebran la navidad, nosotros también de alguna forma queremos celebrarla”. Perfecto, ya tienen un punto.

Triste historia

Alguna vez en nuestra vida hemos cantado (o nos han forzado a cantar) un villancico. Uno de ellos es el que relata la historia de Rudolph (Rodolfo), el famoso reno de la nariz roja, y que recuerdo perfectamente porque le cambiamos la letra (Era Rodolfo el reno… era el reno más puñal ♪… No me juzguen era pequeño y muy travieso… mejor no les digo lo que sigue). En Japón, los villancicos “tradicionales” como ése, noche de paz, Jingle Bells, etc. son conocidos, en su mayoría por gente mayor; los jóvenes también los conocen, pero a ellos les vienen a la mente canciones más recientes y de cantantes más famosos, como “All I want for Christmas is you” de Mariah Carey (1994, si mal no recuerdo). No obstante, el de Rudolph, titulado 赤鼻のトナカイ (Akabana no tonakai, el reno de la nariz roja) , nunca menciona su nombre; todos conocen al reno de la nariz roja, y cómo fue que se convirtió en el guía del trineo del buen Santa, pero prácticamente nadie sabe su nombre porque nunca lo dicen en la canción. Cuando les pregunté a varios por el nombre, nadie me supo decir (al menos por acá en el rancho). La respuesta más común fue “¿eh? ¿Tiene nombre?”.

Pobre Rudolph, tan famoso y tan desconocido al mismo tiempo.

Santa, el niño Dios o similares no va a pasar por la casa este año, en víspera de algo mejor para el que sigue. Y no es que sea un grinch, pero siempre he dicho que me gustaría que el espíritu navideño estuviera presente siempre, en todo momento, y no nada más en una fecha determinada. Después de ver y leer tantas cosas sobre México este año, uno no puede desear más que paz y tranquilidad para la gente que, sin deberla ni temerla, está en medio de una guerra (si tiene sentido o no ya no es tema de este blog). Por lo que, aunque sea en esta época del año, espero de todo corazón que así sea.

Feliz navidad a todos. Echen relajo, diviértanse, pórtense mal si quieren (no se quejen si no hay regalos :P) pero cuídense bien y sean precavidos. Reciban un gran abrazo desde Japón.

Por cierto, éste no es el último post del año 🙂