La buena noticia es que ya decidí el lugar donde voy a vivir a partir del 1 de abril. La mala es que los preparativos de la mudanza siguen 🙁
Es difícil decidir qué es lo que uno no se puede llevar a su nuevo hogar. Me pasé 2 días enteros separando todo lo que estaba en el cuarto más pequeño de donde vivo ahora. Saqué 3 cajas de cartón tamaño grande con cosas que me tengo que llevar, principalmente libros, software y juegos. Asimismo, se juntaron 4 bolsas de basura grandes de todo lo que tengo que tirar: documentos que ya no me sirven, folletos que tenían años dentro del escritorio, antiguos exámenes, libros con explicación de lo que es la universidad (que recibí cuando recién llegué) y un largo etc. Los mangas también salieron a la luz ya que vacié el librero, y aunque quisiera llevarme todos (y eso que no tengo muchos), mientras no tenga un librero más grande creo que me tengo que deshacer de algunos.
La colección completa de Ichigo 100%. Empecé a leer la historia solo por ocio y cuando me di cuenta, ya tenía 15 volúmenes en mi haber. No es lo mejor que haya leído, pero está entrentenida. Si no encuentran dueño pronto, tendrán que partir a la tienda de libros usados, en donde, cuando mucho, me darán 10 yenes por cada tomo.
No son todas las que tengo, pero imagínense que la parte del librero donde las tenía está completamente doblada por el peso. Éstas de plano no creo que nadie las compre. Están completitas, con todo y los regalos que suelen traer de vez en cuando (pósters, DVD, etc.). He visto algunos pósters que me gustan y posiblemente me los quede, así como libros de personajes de alguna serie, pero por lo demás, con todo el dolor de mi corazón, se tendrán que ir a reciclaje.
Aunque todavía no termino de ver lo que se va conmigo a la nueva casa, el simple hecho de ver que me tengo que deshacer de muchas cosas es melancólico y cansado a la vez. La colección de Ichigo 100% es posible que pueda “sobrevivir”, pero las revistas sí tienen que irse, y no porque no las quiera, sino porque tengo que pensar en el espacio que tengo y cómo voy a aprovecharlo, y aunque me guste mucho la animación japonesa y los mangas, lo cierto es que la prioridad la tienen el montón de libros, artículos técnicos e impresiones sobre mi especialidad.
Quizá cuando tenga mi propia casa no suceda todo esto… mientras tanto, hay que afrontar la realidad.