31 no es nada

El tiempo se pasa volando. Apenas el año pasado estaba en México, después de 2 años y medio, faltándome un paper para poder graduarme y visitando a la familia y los amigos. Me la pasé muy bien. En ese entonces, comentaba lo que significaba para mí cumplir 30 años.

Como todos ustedes, mi vida ha tenido altas y bajas. Solía ser de los que celebraban los cumpleaños diciendo “un año menos de vida… ¡qué emoción!”; bien dicen que los años no pasan en vano, y ahora veo la estupidez que contenían palabras que yo mismo emití en mis años de universidad. Me daba miedo crecer, convertirme en adulto, porque pensaba que sería aburrido, y después me di cuenta de que uno se vuelve aburrido solamente si así lo desea. Nunca me he dejado guiar por estereotipos, por lo que me paso por el arco del triunfo cuando alguien me llega a decir que debería comportarme como alguien de mi edad y no como un chico universitario.

Si cumplir 30 años implicaba “que las cosas ya no funcionaran como antes”, “que todo cambiara”, “que me dejaran de tratar como joven”, hoy que cumplo 31 veo todavía con más razón que todos esos son mitos, que cada quien se forja la vida que desea, y que, después de todo, hacerse viejo no es tan malo como lo cuentan. Quizá sí me llegó la típica nostalgia de “si pudiera volver a tener 18”, pero mientras no me ponga a inventar la máquina del tiempo, hay que seguir viendo al frente y no llorar por el pasado, sino aprender de él.

Al momento de escribir esta entrada es todavía 2 de noviembre (seguro cuando la publique será 3), pero hoy tuve una de las mejores cenas de mi vida. Todo preparado especialmente para mí, y recibí 2 regalos que no se compran con dinero, sino de los que salen del corazón y se hacen con esfuerzo. No lloré, pero no porque no me sintiera feliz, sino porque simplemente no tenía palabras ni expresiones para externar lo que pasaba por mi mente en ese momento.

Hace un año no pensé que pudiera graduarme a tiempo, y si me lo preguntan, haría mi doctorado de nuevo si tuviera la oportunidad, pero ahora sí con un sensei que me supiera guiar. Hace un año no me imaginaba dónde estaría a ciencia cierta, y si bien ahora tengo trabajo de cierta manera estable, no me siento todavía con ganas de echar raíces, o mejor dicho, no sé en dónde me gustaría establecerme. Lejos de ser presuntuoso, me parece que el mundo entero es una oportunidad, y siento que todavía no he hecho lo suficiente para poder decir “aquí me quedo”. ¿Incertidumbre? Quizá, pero al mismo tiempo eso trae misterio, aventura y todo eso que, en lo personal, me hace sentir vivo.

31 años no es nada. Ignoro que me depara el futuro, pero me gusta entrarle al ruedo.

Viaje de negocios

Del martes al viernes de la semana pasada estuve en Tokio, en el marco de la exposición titulada “IT PRO EXPO 2009”. La empresa donde trabajo comenzó a poner stand desde el año pasado, y ahora me tocó la friega a mí también.

En general, el evento es bueno y de alta calidad. Las compañías presentan lo último en tecnología, e intentan conseguir clientes para potenciales negocios en el futuro. Y aunque no tuve realmente mucho tiempo de ver todo lo había debido a que tenía que estar atendiendo a la gente en nuestro stand, proyectos como el de Augmented Reality de KDDI, la nueva laptop de Acer a la que le dura 8 horas la batería, los servidores más nuevos de Sun y hasta el stand de Touch and Try Windows 7 de Microsoft llamaron mucho mi atención.

Debido a que tengo juramento firmado con sangre contrato de que no puedo hablar mucho sobre lo que hago en la empresa (y realmente no hay nada definido de qué es “hasta dónde puedo hablar”) no puedo mencionar más que estoy trabajando en un área de procesamiento de lenguaje natural (en japonés) muy conocida, aunque relativamente nueva (tiene sus años, pero en comparación con otras áreas, es todavía “joven”). No obstante, lo que sí puedo decir es que la compañía puede perder la credibilidad que ha ganado a lo largo de los años por culpa de malas decisiones. Explico:

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Ya funcionan las encuestas…

Y el dichoso plugin de las encuestas dejó de funcionar de la noche a la mañana (bueno, en una actualización de WordPress). No había tenido tiempo de sentarme a ver el problema con calma.

La solución fue simple: agregar <?php wp_footer(); ?> al final del index.php y del footer.php del tema utilizado.

Parece que no soy el único que ha tenido este problema. Lo malo es que, aunque la solución es simple, muchos prefieren usar otras opciones porque no pueden resolver el problema de no poder ni votar ni ver resultados.

2 encuestas que puse se quedaron sin votos: la del té verde y la de Mr. James. Ni modo. La del té luego la vuelvo a poner. La de Mr. James nah, ni al caso seguirle con el tema.

Se les extiende la más cordial invitación a participar en la encuesta actual y en todas las que le sigan 😀

Twitter en el celular (¡por fin!)

Ya ha pasado un año desde la última vez que fui a México. Me dio mucho gusto ver a mis amigos y a mi familia. De hecho, pasé mi cumpleaños por allá. ¡Cómo pasa el tiempo!

Fue en ese viaje donde un amigo, Ulises, me recomendó usar mi cuenta de Twitter. Sí, tenía cuenta desde hace mucho, pero rara vez la usaba, justo como sucede con mi cuenta de Last.fm. Sinceramente no me había puesto a analizar lo que Twitter era ni lo que podía hacer. Hoy es quizá el medio que más utilizo para comunicarme y mantenerme al pendiente de los temas de actualidad, pero ese cambio no habría sido posible de no ser mi por mi trabajo.

Cuando estaba en el laboratorio, no había problema en tener el MSN abierto todo el día. No me distraía para nada, y podía tomarme descansos o hablar de asuntos importantes con conocidos de muchas partes del mundo. Sin embargo, en el ambiente laboral por acá se ponen medio estrictos, puesto que tienen la idea de que uno va a perder el tiempo en las redes sociales… y con justa razón, pues mucha gente de hecho sí lo hace. Estando acostumbrado a trabajar a mi ritmo y sabiendo lo mucho que me puedo ensimismar en mi trabajo, al menos a mí no me pasa, pero claro que eso no es suficiente para convencer a los jefes. ¿Solución? Twitter. Con el ahora llamado “Echofon” de Firefox puedo seguir viendo los timelines de las personas que sigo, me siguen llegando mensajes y me entero de cómo está la situación en mi país (el tag de “#InternetNecesario” se hizo trending topic, por ejemplo). Como ésta no es una entrada de temas técnicos, no voy a entrar en detalles de cómo uso XMonad con Ubuntu para que no haya problemas con mis jefes.

Twitter es ya tan famoso que se puede acceder desde el Xbox 360, aplicaciones de escritorio para los sistemas operativos más utilizados, iPhones y Smartphones y, en general en cualquier celular… a menos que estén en Japón. Sí: aunque usted no lo crea, hasta hace un par de días no había forma de usar Twitter desde los celulares japoneses (los normalitos. El iPhone no cuenta). ¿Y eso?

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Respondiendo a los lectores

Muchas gracias a todos los que se toman un poco de tiempo para comentar en este blog 😀 Lamento no poder responder directamente todos los comentarios, pero tengan por seguro que leo todos los que me llegan.

Comencemos:

me gustaria conocer chicas japonesas

R: Entonces estás en el lugar equivocado. Dudo mucho que entre los lectores haya chicas japonesas, pues necesitarían entender muy bien español para poder comprender lo que aquí se escribe. ¿Por qué no tratas un lugar como Japan Guide?
En serio: este blog no es para conocer japoneses. El comentario anterior no lo aprobé simplemente porque no aporta nada. Hay muchos lugares en donde se pueden encontrar a japoneses ansiosos de tener penpals. Es nada más cuestión de buscarle tantito.

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Lo que tenía que pasar, pasó

過労 (karoo) es una palabra japonesa que significa “exceso de trabajo”. Es, por desgracia, algo muy común en este país. Si a esa palabra le agregamos 死  (shi) “muerte”, obtenemos 過労死 (karooshi). No hace falta explicar más el significado.

Afortunadamente no sucedió lo último, pero sí lo del exceso de trabajo con mi jefe. Se lo tuvieron que diagnosticar en un hospital para que al fin entendiera que no es un robot y que también necesita descansar. Lo bueno es que no pasó a mayores y que solo se trata, esta vez, de descansar, por fácil y burdo que suene.

Lo bueno para mí es que ahora soy el titular del proyecto que vamos comenzando, lo que me da la oportunidad de hacer algunos ajustes y de demostrar lo que puedo hacer. Me voy a divertir el resto del mes, y todo parece indicar que también todo octubre. Al menos eso creo.

Regresando al tema, la muerte por exceso de trabajo no es del todo rara en Japón. Sabemos las jornadas de trabajo inhumanas que se avientan (12 horas diarias, sin días de descanso en un mes, o quizá más), pero me parece hasta absurdo (desde el punto de vista de un extranjero) que sacrifiquen su vida por el trabajo. Digo, hay veces en que sí hay que pegarle al trabajo para sacar los pendientes; hay veces en que tienes que quedarte hasta tarde o hasta ir en días de descanso. Se comprende. Sin embargo, hacer de eso un estilo de vida está totalmente equivocado desde el punto de vista de la salud, por donde quiera que le vean. Sin embargo, para los japoneses eso es casi casi tradición, y según me contaron 2 amigos japoneses, desde los tiempos de los samurai se tiene la idea de que es “loable” y “muy respetado” sacrificar todo por el jefe (y por consecuencia, por el trabajo).

Yo paso, en serio. Pero al menos me da gusto que el jefe se la vaya a llevar tranquila aunque sea por unas semanas.

México: querido, pero ¿lindo?

Hace rato que traía esto en la mente, y de hecho pienso formalizarlo más para otro blog en el cual no he escrito desde hace mucho tiempo.

Hoy salió a la plática muy brevemente el tema del avión de Aeroméxico secuestrado (y mágicamente recuperado) entre Esdras y yo. Entre que si es cortina de humo por los nuevos impuestos que piensan gravar en México, la información medio confusa (y contradictoria) y los comentarios sarcásticos en los diferentes blogs y foros que leo,  lo cierto es que para uno que está fuera del país la situación se ve totalmente desastroza.

Uno quiere a México, por las razones que gusten. Pero de verdad que, de un tiempo para acá, los medios de comunicación en general, los blogs, los usuarios conectados desde allá, pintan al país de forma muy fea, y uno termina por imaginarse a México como zona de guerra estilo Irak. No bromeo: se leen noticias de robos, crímenes, impunidad; se leen comentarios de usuarios hartos de la situación, de gente que quiere, o necesita, un cambio, de hambre de justicia y equidad; críticas interminables al gobierno, a la mala administración de los recursos. En fin: caos.

La pregunta que sale primero a relucir en mi mente es: ¿será que México siempre (desde que me acuerdo) ha estado así y apenas ahora que estoy fuera de él me comienzo a dar cuenta? Y no es para menos: fue hasta que salí del país, y lo digo con vergüenza, que comencé a valorar la cultura de México y lo que tenía a mi alrededor; cuando comprendí la importancia de mantener tradiciones que uno ve como “simples jaladas” o “algo que ya no está de moda”. Si no me daba cuenta de lo básico, lo que me rodeaba, mucho menos lo haría de la situación del país. Por tanto: si el país ya estaba dado al traste desde que vivía allá, entonces no ha cambiado mucho, pero si el cambio (para mal) es de unos años para acá, entonces la situación es realmente grave.

Uno de residente en otro país se enfrenta de vez en cuando a comentarios como “¿y por qué no regresas a México?”, “¡A ver! ¡Regrésate a ver si es cierto que muy muy!” y un largo etc. Y a pesar que cada uno de los mexicanos que viven en el extranjero tiene sus razones, muy válidas todas, para no regresar, todos, absolutamente todos llevamos al país en el corazón, y nos alegra poder compartir un poco de la riqueza de nuestra cultura con gente que ni siquiera sabe dónde está México en el mapa. Pero siendo realistas: lo que dicen del país desde hace ya varios años realmente no alienta mucho a regresar. Es triste, pero cierto.

Nosotros mismos como mexicanos a veces decimos que somos muy huevones, y que no queremos trabajar, pero la realidad es que le entramos al ruedo; hay mucho talento en México al nivel de los mejores países del mundo; sabemos salir adelante con lo que tenemos; por lo general, nos tienen como “gente muy alegre y muy trabajadora”. Entonces , ¿por qué el país está, o lo pintan, por los suelos?

Cierto es que no hay que creer todo lo que los medios dicen, pero leyendo tantas opiniones similares, escuchando lo que la familia y los amigos dicen cuando hablas con ellos, debe haber algo de razón, algo de verdad ahí. Uno no está allá, muchos desde hace mucho tiempo, por lo que no se puede percibir todo lo que sucede, y se tiene que recurrir a lo que haya para poder saber cómo están las cosas en el rancho.

En medio de tanta política, impuestos totalmente equivocados, problemas de inseguridad, narcotráfico y un largo etc., yo me pregunto ¿dónde quedaron las noticias chidas, las que da gusto leer? ¿Dónde estan plasmados los buenos momentos que acontecen hoy en México? ¿Estoy buscando en el lugar equivocado o de plano no hay nada bueno que decir?

Desde fuera, uno no puede más que leer y opinar.

Un respiro entre tanto estrés

Dando señales de vida.

Las últimas semanas han estado bastante ajetreadas. He tenido una carga de estrés enorme, y aunque no había encontrado la razón específica, creo que ya sé de dónde proviene.

Generalmente no me gusta hablar mal de mi trabajo a menos de que los jefes se manchen, y como casi todos se han manchado, pues es mi deber desahogarme.

Si bien no tengo por qué quejarme del contenido del trabajo que estoy haciendo ahora, ni de la forma en la que me tratan, sí me tengo que quejar de la forma en la que el dueño de la empresa trata a mi jefe. Imagínense: si yo no tengo vela en el entierro y aún así me siento estresado, cómo estará el pobre jefe que es el directamente afectado.

La forma de enseñar en Japón siempre ha sido estricta (excepto en la universidad, donde a los maestros les vale si los alumnos se duermen o no): todo es a base de disciplina, regaños, gritos, golpes a las cosas. Algunas veces justificado el regaño, algunas veces no, el caso es que a mí me toca aventarme todo el show como espectador, y la verdad me desespera mucho saber que puedo decir mucho al respecto y me quedo callado porque no debo meterme.

Han sido días en los que llego del trabajo y me siento tan cansado, que lo último que quiero hacer es prender la computadora, lo que me ha llevado a retrasarme en mis proyectos, a no estar al día en ciertos temas que debería de estarlo y a hacer más distantes las entradas del blog. Desayuno bien, pero a las 2 horas de estar en el trabajo ya me estoy muriendo de hambre; comienzo a bostezar sin cesar alrededor de las 9 pm y termino sin querer hacer nada más que vegetar. Hasta ver una película me da flojera.

Como el estado descrito arriba no es para nada bueno, decidí aguantarme el cansancio e ir a nadar (la hernia lo pedía), y aunque termino el doble de cansado, al menos estar en el agua me ayudó a aclarar la mente. Salí de la alberca mucho más animado, aún bostezando, pero ya con las ganas necesarias para prender la computadora y escribir aquí.

Afortunadamente no he caído en el estado japonés de “mi vida es el trabajo” (ni pienso caer), pero el estrés sí me mantuvo atrapado algunas semanas y eso no es buena señal. Se vienen varios días de descanso dentro de 2 semanas, y espero sinceramente que no vaya a haber trabajo que me los quite. Los fines de semana me caen como anillo al dedo, pero las idas al otorrinolaringólogo me hacen perder medio día cada vez.

El trabajo dista mucho de ser lo difícil que es la investigación, pero los factores externos influyen a que se sienta el ambiente más pesado. Digamos que lo bueno es que sí me dejan escuchar música mientras trabajo, lo cual es una bendición, aunque solo cuando estoy en la computadora.

Yo soy estricto a la hora de enseñar (nada más pregúntenles a mis estudiantes de español), y hay veces en que, cuando uno es líder, hay que hacer reaccionar a los miembros del equipo que están fallando; sin embargo, creo que nunca lo he hecho a la vista de los demás, exponiéndolos a las habladurías y criticas de parte de los demás. Creo que ese tipo de situaciones deben ser más privadas, no solo por sanidad del implicado, sino también de los que están alrededor.

Denme chance de reponerme para programar la parte 2 de la charla de la beca, responder los correos que me han enviado y poner más al corriente este blog.

¡Felicidades al nuevo papá!

Este mensaje es una felicitación para uno de mis mejores amigos, porque el pasado 27 de agosto, a las 11:30 am, se convirtió en papá, iniciando con ello una nueva etapa en su vida.

¡Felicidades Omar!

Pesando 3.7 kilos, Getza (la esposa de Omar) dio a luz al heredero legítimo de la familia (de Omar :P).

La verdad es que todo está pintando muy bien para ellos, y no hay duda de que les irá muy bien de ahora en adelante.

¿Cómo se llamará? La respuesta de Omar fue:

“Omar X, donde ‘X’ lo decidiré mañana”

Un abrazo desde Japón a los 3. Avísanos cuando hayas sustituido la X 😀

Lo pongo aquí porque si de por sí Omar escribe cada 3 meses en su blog, ahora que está más ocupado menos tiempo tendrá de dar la noticia.

¡Enhorabuena!

Los lectores opinan – ¿Por qué te llama la atención Japón?

Interesantes los resultados de la encuesta pasada. Me da gusto ver que hay razones varias para voltear a ver a Japón, no solamente la de la animación y los cómics.

Me sorprendió ver que en primer lugar está la diferencia de costumbres. Ciertamente es una parte interesante y enigmática al mismo tiempo, sobre todo para quienes nunca han estado por acá. No obstante, hay que tener en cuenta lo que he mencionado anteriormente (y que supongo que muchos de ustedes saben): esas costumbres son todas bonitas viéndolas por fuera, pero una vez que se vive en el país, las cosas cambian y llega el choque cultural.

El nivel educativo de Japón es alto, pero hay que salirse del sistema si realmente se le quiere sacar provecho. No es un secreto que, por lo general, los universitarios japoneses no saben realmente mucho de su área de especialización, y las empresas así los quieren para poder entrenarlos a su conveniencia. Como extranjeros, sí le podemos sacar mucho jugo gracias a que nuestra visión es más amplia y tenemos como opción el mundo, no nada más Japón.

Ni hablar del anime y los videojuegos. Son  fuerzas muy grandes que forman parte de la vida de muchos (incluyéndome), y al mismo tiempo mueven grandes cantidades de dinero. Los japoneses criticarán a los otakus (a los de verdad), pero nadie niega que la cantidad de dinero que entra por ese mercado es realmente considerable. Es algo así como “no e agradas, pero sígueme comprando material”.

De la tecnología creo que no hace falta mencionar nada más. Es simplemente increíble. En lo personal, me gusta mucho la separación que lo japoneses hacen entre su cultura y tradiciones y la tecnología, y más interesante aún es cómo logran combinar ambas.

El lenguaje japonés es ciertamente enigmático, y es todo un reto aprenderlo. Ya saben: imposible no es, pero sí hay que tener mucha disciplina para poder superar las barreras que se presentan.

Sobre la Geishas podría comentar un montón, pero creo que Wikipedia y la red en general tienen mejor información. No se vayan con la finta de que son simples “prostitutas”.

Los ninjas y samurais se conjuntan con la historia japonesa. No soy un erudito en la materia, pero la época donde se desarrolla la historia de Rurouni Kenshin es por demás interesante. A los que les gusten los detalles, ya tienen en qué entretenerse.

¡Muchas gracias por su participación! 😀