Karma

Quienes me conocen personalmente o me han seguido aquí o en alguna red social saben que no soy fan del doblaje o traducción de las obras. Llámenme purista, pero si puedo ver o leer las cosas en su idioma original, mejor. Obviamente no hablo todos los lenguajes existentes, pero cuando tengo la oportunidad de disfrutar una obra en su idioma original, lo hago. La razón es simple: por mucho que se intente, siempre se va a perder parte del sentido original. Cierto: a veces es minúsculo y no afecta en gran (o ninguna) medida a la historia original, mas hay ocasiones en las que los detalles que se pierden aportan un “sabor” extra. Y no crean que aun así es posible entender todas las referencias, pero cualquier agregado a una experiencia de por sí buena siempre es bien recibido.

No vayan a pensar que “se me acabaron los frijoles” o “se me cayó el nopal de la frente”. Crecí viendo las caricaturas que pasaban en canal 5, y recuerdo los doblajes de Don Gato y su pandilla, Los Picapiedra, Los Supersónicos, El Pájaro Loco, Dragon Ball, Los Súpercampeones, Gamba, la princesa de los mil años, e incluso el icónico “hogar del pony” de Candy Candy. Entendía y me divertía (o lloraba si es que veía Remi), y en su momento no pensaba en esos detalles perdidos.

Hay adaptaciones que se llevan las palmas de lo cercanas que son al original, incluyendo actores de voz. No malinterpreten: siempre he dicho que el trabajo de los traductores y actores de voz es increíble y loable; es solamente la idea de a fuerzas tener que doblar algo lo que no me cuadra. De ahí que, por ejemplo, sea fan de ver películas de Disney o Pixar directamente en inglés, o monas chinas en japonés, desde hace mucho, incluso desde mucho antes de venir a Japón. Aquí no me preocupo tanto por eso porque la oferta de versiones en inglés de cintas como Avengers es grande y es relativamente fácil encontrar cines que la exhiban. De hecho, ni siquiera en Iizuka sufría tanto gracias a que tenía carro y podía ir al complejo de cines que estaba cruzando las montaña. La única sala de cine que había en la ciudad mostraba por lo general las versiones dobladas al japonés, pero recuerdo que ahí vi Matrix Revolutions en inglés en premier a la media noche. En contraste, recuerdo que la primera película que vi llegando a Iizuka fue en la tele: Star Wars, episodio I, EN JAPONÉS. El ignorante de yo no sabía que cuando transmiten películas acá lo hacen con audio dual… es decir, le podía haber cambiado la voz a ingleś… pero era joven e ingenuo, y tenía poco de haber llegado a Japón, aunado al hecho de que la primera tele que compré había salido defectuosa y había sido una gran prueba para mi japonés llamar para que la fueran a revisar y me la cambiaran por una que sí sirviera.

Lo mismo pasa con los pocos discos (DVD, BluRay) que compro: busco las versiones en inglés para las obras originalmente en ese idioma y en japonés para lo que se refiere a caricaturas japonesas. ¿Cómics? Sin cambios: prefiero leer algo como Civil War en inglés, Dragon Ball en japonés y Condorito en español (era mi cuento favorito cuando era niño). No soy de ver mucho películas en casa, pero cuando lo hago me gusta disfrutarlas tal como me gusta.

Centrémonos precisamente en obras visuales: cine y televisión.

Pensar en ver una película o serie con doblaje en español siempre ha sido un “no” en el momento en el que sé que puedo entender el idioma de la obra original. Lo mismo sucede con doblajes en inglés de títulos japoneses, aunque durante un tiempo hubo una excepción a la regla: Ranma 1/2 en inglés. Cuando ignoraba mucho del japonés y apenas tenía nociones básicas del mismo vi mucho de Ranma, y consideraba buenas el trabajo en inglés y me quedé con esa idea durante muchos años… hasta que después de mucho tiempo tuve la oportunidad de ver capítulos en japonés ya sabiendo el idioma. Me di cuenta de esos detalles que menciono más arriba. Insisto: no es que no aprecie las “localizaciones” de las obras, sino simplemente un gusto muy personal.

Todo seguía igual hasta que me convertí en padre en Japón.

Mi hijo es mexicano, por lo que tiene que hablar español de una forma u otra. Al principio no pensé mucho en la creación de un ambiente totalmente en español en casa y pensaba que con algunas películas seria suficiente, pero no. Obviamente mi hijo tiene mucha mayor exposición al japonés, y me he visto haciendo de todo para poder hacerlo ver series o películas en español, Los BluRay de Pixar que compré hace muchos años para mí afortunadamente tienen doblaje al español y por primera vez he visto películas como Toy Story, Cars, Coco, Encontrando a Dory y demás, en español. Conseguir películas de Disney con doblaje en español latino no es tan complicado cuando Amazon existe y las obras lo contienen, pero como mencioné antes, puras películas no son suficientes porque si no estoy yo con él, se enfada a los 10 o 15 minutos.

Configuré Netflix en español y al menos algunas de las series que ve sí tienen ese idioma, pero no todas. Incluso tengo una VPN para ver Netflix de otros países, pero como todos saben lo delicado que es el servicio respecto a acceso a contenido de otros países el acceso no es fácil ya que aunque pueda entrar un día con un servidor, al siguiente ya lo bloquearon y tengo que cambiar la configuración en el router hasta que encuentre uno que funciona.

En Youtube se la pasa viendo videos en japonés y de vez en cuando en español. No le molesta ver cosas en español, pero prefiere lo que está en japonés, y no he encontrado videos en español que se asemejen a lo que le gusta ver en japonés.

A lo mejor fui demasiado ingenuo en años anteriores, pero sinceramente nunca me imaginé que andaría buscando (y a veces rogando) que una obra tenga doblaje en español y que sea español latino. Nunca minimicé el trabajo de los traductores y actores de voz, pero he comenzado a creer que todo esto es parte del karma que se me está regresando por no ver cosas en español aunque sea después de haber visto las cosas en inglés o japonés. Pero no crean que ni así dejo de criticar: el otro día encontramos capítulos de Crayon Shin chan con el doblaje que se usó en México y me quedé cuadrado cuando escuché las voces y los cambios de nombre. Mi hijo me pregunta por qué Tooru Kazama se llama “Cosmo Kazama” en español, aunque le da risa el nombre; lo mismo con Misae (Mitsi), Musae (Mitsu) y Himawari (Daisy). No obstante, agradezco muchísimo que haya trabajos de estos incluso con todas las criticas que alguien como yo pueda emitir.