En las últimas semanas lo único de televisión que vi cada noche fue un capítulo de South Park antes de dormirme. Gracias a ello, por fin llevo la serie al día: Temporada 11, capítulo 7. Y como no hay más que ver por el momento, decidí comenzar a ver la temporada 18 de los Simpson, serie que también llevaba al día hasta la temporada 17.
Crecí con los Simpson. Comencé a verlos cuando estaba en la preparatoria, cuando eran los martes a las 8:30 pm en el entonces Imevisión. Su humor era sarcástico, las situaciones eran interesantes. En fin: El programa atraía a la gente. Sin embargo, parece que poco a poco ha perdido su esencia… ¿O será que vi demasiado South Park de forma continua?
Como ejemplo:

Temporada 18, capítulo 9. Intentan darle un espacio a un personaje que siempre sale de forma esporádica: Gil, aquel hombre cuarentón que habla demasiado y que por lo general tiene mala suerte. Gracias a él, Marge se da cuenta de que no puede decirle “no” a nadie, y el capítulo se va en eso. Lo malo es que los chistes o las situaciones chuscas que solían ser la sal del programa ahora hacen que quede algo insípido, y creo que se debe a que están un poco forzadas. En la imagen, Homero pelea contra alguien que se supone es un humano disfrazado de “El Grinch” en un espectáculo sobre hielo, pero su sangre sale color verde; durante todo el capítulo se la pasa queriendo ajustar cuentas con Homero y al final resulta que hasta su familia Grinch lleva a casa de los Simpson para celebrar navidad.

Aunque los personajes están por demás estereotipizados, a South Park lo siento todavía fresco. Cada vez sacan más ideas locas que son realmente divertidas. Por ejemplo, la parodia de “El código Da Vinci”, donde se revela que San Pedro era en realidad un conejo y de ahí se desata la tradición de los huevos de pascua (que ignoro si se sigue en otro lugar aparte de Estados Unidos).
En la imagen, tomada del capítulo 7 de la temporada 11, titulado “Night of the homeless”, se ve el problema de los homeless desde un punto de vista chusco, y su crecimiento hace que los personajes cometan cualquier estupidez con tal de no ser alcanzados por ellos ni por convertirse en uno, como le pasa a Gerald Broflovski, el padre el Kyle, quien al darle todo su cambio a uno de ellos se queda sin dinero para el camión y se ve obligado a pedir cambio. Se creía que la causa del problema era que Kyle le había dado 20 dólares a uno, pero la realidad es que el problema viene desde Evergreen, un pueblo que alguna vez fue bonito, pero que fue destrozado por los homeless. Evergreem decidió hacer folletos mostrando lo lindo que es South Park, obligando a todos los homeless a irse para allá. Los chicos deciden hacer lo mismo y los envían a California…
Quizá haya gente a quien ninguno de los 2 programas les gusta. En mi caso, los 2 son de mis favoritos, solo que, con esta falta de “punch” que noto en los Simpson, la película, a estrenarse en julio, debe ser suficientemente buena para representar los más de 18 años que la serie tiene al aire. South Park ya no tiene que preocuparse tanto por ello debido a que tuvo su película hace tiempo, y sí fue interesante (la primera vez que vemos a Kenny sin la capucha cubriéndole la cara).
En fin. Y a ustedes ¿cuál les gusta más?