Hago una pausa en los temas que quiero publicar para darle paso a la voz de ustedes, quienes hacen el favor de leerme. ¡Muchas gracias!
(Entrada larga, para disfrutarse con palomitas y refresco).
Continue reading “Los lectores opinan – enero 2010”
Hago una pausa en los temas que quiero publicar para darle paso a la voz de ustedes, quienes hacen el favor de leerme. ¡Muchas gracias!
(Entrada larga, para disfrutarse con palomitas y refresco).
Continue reading “Los lectores opinan – enero 2010”
El pasado lunes fue día festivo en el país del sol naciente. Se llevó a cabo la ceremonia donde se reconoce a los nuevos adultos (a todos los que cumplieron 20 años y legalmente ya pueden fumar y beber). Aproveché para descansar después del ajetreo del regreso al trabajo, los saludos de año nuevo, etc., y también para decidir si me compraba un monitor con Full HD o mejor me esperaba. Algunos mexicanos que vinieron a Fukuoka para la boda de Carlos me dieron ánimos para comprarlo, pero no estaba seguro, por lo que me dirigí a la tienda de electrónicos con los mejores precios de la ciudad.
![]()
(Ahí disculparán lo feo de la imagen, pero no encontré otra en ningún lado) Los monitores de 26″ estaban en oferta solo ese día, y solo habría 3 disponibles, de los cuales quedaban solo 2. Estuve mucho rato indeciso, y decidí no comprarlo. Sin embargo, me fui a la sección de monitores (los que no estaban en oferta) y vi uno de 27″ a un precio casi igual que el de 26″ que ofertaban (variaba solo unos 3,000 yenes). Por unos cuantos yenes tendría una pulgada más (inserte aquí cualquier comentario contra los geeks 😛 )… pero todavía estaba indeciso. Regresé a casa, platiqué con Emi, y me dijo que debería comprarlo, puesto que ya traía ganas de uno así desde hace más de medio año. Acto seguido, de regreso a PC DEPOT.
Sorpresa tan grande me llevé cuando vi que le habían cambiado el precio al monitor de 27″ (le habían subido 4,000 yenes más) , y de los que ofertaban solo quedaba 1. Hacía solo un par de horas que el de 27″ estaba barato 🙁 Total que como iba con la idea de comprar el de 27″, me desilusioné mucho, y le dije a Emi que mejor nos regresáramos a la casa, pero ella me dijo que hablando podría llegar a un acuerdo con la tienda… y ciertamente con nada que perder hice el intento: hablé con uno de los empleados y le expliqué la situación. El empleado siempre fue muy atento, y al principio me dijo que el precio marcado era el que tenía que pagar, pero ante mi insistencia sobre el cambio de precio a tan solo unas horas, me dijo que preguntaría a ver que se podía hacer.
Después de unos 5 minutos, regresó a decirme que lamentablemente no podía hacer nada puesto que el precio que yo vi era de la semana pasada, y a alguien simplemente se le había olvidado quitarlo y poner el nuevo. Insistí, alegando que iba con toda la intención de comprar ese monitor por el precio que había visto y que ahora que había cambiado saldría con las manos vacías. De nuevo me pidió tiempo y fue a hablar con el supervisor… y a los 3 minutos regresó diciendo que como había sido un error de su parte, solo por esta vez harían una excepción y me respetarían el precio que yo alegaba. ¿Resultado?

¿Solamente en Japón? Sinceramente, no lo creo, pero lo que sí pongo en duda es si en otro país admitirían su error de forma tan cortés y darían el mismo trato al cliente. Recuerdo muchos casos en tiendas departamentales en México en donde las señoras prácticamente se peleaban con las cajeras, supervisores o gerentes, porque por error estaba marcado otro precio o tenía escrito un descuento mayor al real. Como sea, yo me estoy quedando ciego con el monitorcito nuevo :D. Lo único malo fue que me tardé 2 días en mover lo necesario en el cuarto para poder ponerlo, así como para tener el PlayStation 3 cerca.
No cabe duda de que la necesidad hace que uno haga hasta lo imposible…
Comenté en la entrada anterior sobre nuestra visita a Teotihuacán ahora que estuvimos en México. Ahí, los vendedores hacen su mejor esfuerzo con tal de poder ganar algo de dinero: se acercan a ti, caminan contigo, te dicen que te dan buen precio si les compras algo, y hasta te hablan en diferentes idiomas. Esto último no me habría sorprendido tanto de no ser porque uno de ellos se nos acercó, y al ver la negativa de Emi nos dijo, literalmente:
「安いよ!殆どただ!100円ぐらい。」
Escribiéndolo en nuestras letras, lo anterior se lee: “Yasui yo! Hotondo tada! Hyaku en gurai.”, que se traduce como “¡Barato! ¡Casi regalado! Aproximadamente 100 yenes”… Sí, en efecto, el vendedor le hizo la lucha en japonés, y debo decir que, aunque eran pocas palabras, era fluido. Cierto es que bien se pudo aprender lo anterior de memoria, pero de cualquier forma escuchar a un vendedor de artesanías en Teotihuacán hablar en japonés nos sorprendió bastante y nos sacó una buena carcajada.
Pensándolo después con calma, no me extrañaría que, con lo dura que está la situación, también le hagan la lucha en francés, alemán, ruso y hasta chino. Digo, una simple palabra en el idioma natal de un turista puede ser la diferencia entre una compra o un cliente perdido.
¿Solamente en México? 😀
(Todas las fotos ya están en la galería)
Fue muy grato volver a México en las fiestas decembrinas.
Primero, llegamos al DF. Ulises nos hizo el gran favor de prestarnos su casa para quedarnos, mientras que el panda nos recibió y la verdad él y guolqen nos ayudaron muchísimo en los 2 días que estuvimos por allá. Visitamos Teotihuacán y el Zócalo. La idea era quedarnos hasta el 25, pero debido a todo lo que teníamos que hacer en Guadalajara, optamos por salir del DF el 24 en la noche. Efectivamente, recibimos la navidad arriba de un camión de ETN 😀
La llegada a Guadalajara ocurrió más rápido de lo que pensábamos. Tanto así que nos quedamos completamente dormidos y despertamos justo cuando el camión arribaba a la central camionera. El camión hizo menos de 7 horas, por lo que llegamos 40 minutos antes de lo previsto. Tuvimos que esperar hasta que llegaron mis papás a recogernos. La aventura que había comenzado 2 días antes en el DF continuaba ahora en mi tierra natal.
Continue reading “México después de 6 años 9 meses”
Dicen que año nuevo, vida nueva. Y aunque siempre he estado en contra de los estereotipos, esta vez, y por pura coincidencia, creo que sí caigo en ése.
Habiendo regresado a Japón después de 2 semanas mágicas en México, mi país me hizo recordar algunas cosas que estaban guardadas en un lugar recóndito de mi mente. Japón me estaba mecanizando sin que yo pudiera percatarme de ello. Es precisamente lo mismo que me pasaba cuando vivía en México: nunca te das cuenta de los problemas serios (o no te importan) mientras estás dentro de él. Japón me estaba acostumbrando a su ritmo de vida, pero afortunada e inconscientemente, mi mente se estaba defendiendo.
Estar en México para pasar navidad y año nuevo después de 6 años de no hacerlo tuvo un efecto interesante en mí: volví a ver la alegría de vivir. Recargué baterías y regresé a Japón con muchas más ganas de hacer las cosas, con muchas incógnitas que debo resolver y con un panorama mucho más claro de lo que sigue en mi vida. El país del sol naciente, como cualquier otro lugar, tiene sus puntos buenos y sus puntos malos, y creo que estaba pasando por alto los malos y me inclinaba más a ver los buenos, que no lo son necesariamente para un extranjero.
Me gusta vivir aquí; me he acostumbrado a la forma en la que la sociedad se maneja; tengo buenos amigos, gente que me ve muy bien y en general no tengo problemas (salvo el de mi vecino de arriba, je). Sin embargo, y como lo he mencionado en varias entradas anteriores, no estoy dispuesto a pagar el precio que Japón exige por esta vida: sacrificar la individualidad. México, mi familia y mis amigos de allá hicieron que se reacomodaran las ideas en mi cabeza, y ahora, aunque difícil, se ve un poco mejor el panorama.
Esto no quiere decir que he decidido irme de Japón. Simplemente me sacudió la cabeza y me hizo acordarme de lo que realmente quiero en la vida, y eso no es precisamente un trabajo donde no me puedo realizar profesionalmente hablando. Cuento los días para regresar esas palabras que me recitaron: “Antes de ser doctor, eres un empleado de esta empresa”. Le quitan a uno las ganas de dar lo mejor de sí, la verdad.
En fin, ha comenzado el año del tigre, el futuro inmediato pinta difícil, pero es necesario para ir al siguiente nivel. Por lo pronto, mañana regreso al trabajo, con todo el dolor de mi corazón.

明けましてお目出度う御座います!今年も宜しくお願いします。
Y comenzó el 2010. Propósitos, metas, sueños. Todo se renueva, aunque siempre pienso que el espíritu que se vive en estas fechas debería prevalecer durante todos los días, no nada más por períodos.
¿Mis propósitos? Son muchos, pero al menos un par está cerca de cristalizarse. Prefiero poco a poco irlos escribiendo conforme vaya pasando el tiempo en vez de ponerlos todos aquí 😀 Lo que sí les puedo adelantar es que todo parece indicar que el 2010 traerá cambios muy importantes en vida, en todos los sentidos.
A todos los lectores de este blog, a los que me encontraron por casualidad, a los que sueñan con venir a Japón, a los que no les gusta lo que escribo o cómo lo escribo, a los que me halagan, a los que me critican, a los que no pueden verme ni en pintura, en fin, a todos, a todos, espero que pasen un muy feliz año, deseando que el 2010 sea un año mucho mejor que todos los anteriores.
Un muy fuerte abrazo compartido, desde aquí de México, y desde Japón, ya que regrese.
Como es tradición, la gente expresa en un kanji lo que el año le significó. Para Japón como país, el kanji fue 「新」(“Shin”, nuevo), debido al cambio de gobierno que sufrió.
Para mí, el 2009 trajo muchos significados: primero, obtuve el doctorado después de un viacrucis que parecía interminable; alcancé a entregar mi última publicación, toda a la carrera, no tan buena como quisiera, pero al final, contó. De la misma manera, comencé a laborar en la empresa a la que pertenezco actualmente, y aunque pude mantenerme en Japón (la visa), me di cuenta poco a poco del tiempo que permaneceré en ella y de lo que sigue una vez que termine mi ciclo ahí. Obtuve mi licencia dorada después de 5 años de no chocar ni ser infraccionado. Y para cerrar con broche de oro, pude venir a México para pasar la navidad y el año nuevo.
Pensé mucho en qué kanji podría representar mi 2009 de la mejor forma, y después de debatirlo mucho, me quedo con éste:

Es el kanji de “taeru” (aguantar, resistir, soportar). Cuando está solo se lee “tai”. Escogí este kanji porque tuve que soportar mucho en el año que se va (o se fue, ya Japón está en 2010 al momento de escribir esto), y la prueba está en muchas de las entradas que escribí durante el 2009 en este blog. Fue un año pesado, con algunas satisfacciones, sí, pero en general difícil. Espero que todo lo que aguanté en él sea retribuido en el 2010.
Deseo que reciban el 2010 en compañía de sus seres queridos, y si no es posible, al menos siéntanse bien de que comienza un nuevo año, y con él, un millón de nuevas oportunidades. Todo es posible, solo hay que aprender a vencer las barreras que uno mismo se pone.