¡Felicidades al nuevo papá!

Este mensaje es una felicitación para uno de mis mejores amigos, porque el pasado 27 de agosto, a las 11:30 am, se convirtió en papá, iniciando con ello una nueva etapa en su vida.

¡Felicidades Omar!

Pesando 3.7 kilos, Getza (la esposa de Omar) dio a luz al heredero legítimo de la familia (de Omar :P).

La verdad es que todo está pintando muy bien para ellos, y no hay duda de que les irá muy bien de ahora en adelante.

¿Cómo se llamará? La respuesta de Omar fue:

“Omar X, donde ‘X’ lo decidiré mañana”

Un abrazo desde Japón a los 3. Avísanos cuando hayas sustituido la X 😀

Lo pongo aquí porque si de por sí Omar escribe cada 3 meses en su blog, ahora que está más ocupado menos tiempo tendrá de dar la noticia.

¡Enhorabuena!

Los lectores opinan – ¿Por qué te llama la atención Japón?

Interesantes los resultados de la encuesta pasada. Me da gusto ver que hay razones varias para voltear a ver a Japón, no solamente la de la animación y los cómics.

Me sorprendió ver que en primer lugar está la diferencia de costumbres. Ciertamente es una parte interesante y enigmática al mismo tiempo, sobre todo para quienes nunca han estado por acá. No obstante, hay que tener en cuenta lo que he mencionado anteriormente (y que supongo que muchos de ustedes saben): esas costumbres son todas bonitas viéndolas por fuera, pero una vez que se vive en el país, las cosas cambian y llega el choque cultural.

El nivel educativo de Japón es alto, pero hay que salirse del sistema si realmente se le quiere sacar provecho. No es un secreto que, por lo general, los universitarios japoneses no saben realmente mucho de su área de especialización, y las empresas así los quieren para poder entrenarlos a su conveniencia. Como extranjeros, sí le podemos sacar mucho jugo gracias a que nuestra visión es más amplia y tenemos como opción el mundo, no nada más Japón.

Ni hablar del anime y los videojuegos. Son  fuerzas muy grandes que forman parte de la vida de muchos (incluyéndome), y al mismo tiempo mueven grandes cantidades de dinero. Los japoneses criticarán a los otakus (a los de verdad), pero nadie niega que la cantidad de dinero que entra por ese mercado es realmente considerable. Es algo así como “no e agradas, pero sígueme comprando material”.

De la tecnología creo que no hace falta mencionar nada más. Es simplemente increíble. En lo personal, me gusta mucho la separación que lo japoneses hacen entre su cultura y tradiciones y la tecnología, y más interesante aún es cómo logran combinar ambas.

El lenguaje japonés es ciertamente enigmático, y es todo un reto aprenderlo. Ya saben: imposible no es, pero sí hay que tener mucha disciplina para poder superar las barreras que se presentan.

Sobre la Geishas podría comentar un montón, pero creo que Wikipedia y la red en general tienen mejor información. No se vayan con la finta de que son simples “prostitutas”.

Los ninjas y samurais se conjuntan con la historia japonesa. No soy un erudito en la materia, pero la época donde se desarrolla la historia de Rurouni Kenshin es por demás interesante. A los que les gusten los detalles, ya tienen en qué entretenerse.

¡Muchas gracias por su participación! 😀

Los años maravillosos – Parte 2

La segunda parte del relato sobre mi vida en la universidad. Es también una lectura larga, por lo que serán necesarios palomitas, refresco y buen sillón si deciden leerla toda.

Muchas gracias por todos sus comentarios 😀

El ingreso a la universidad

Había llegado el momento de presentar nuevamente el examen de admisión para entrar a la universidad. Ya no iba confiado, pero sí estaba seguro que podía aprobar (el conocimiento lo tenía). Hice el examen sin mayores problemas, y después supe el resultado: había sido admitido a la carrera de ingeniería en computación, y mi promedio había sido alto. La fórmula de “relájate y no estudies más” había surtido efecto.

A otros amigos de la prepa no les fue tan bien, e incluso hubo uno que decidió cambiar de carrera así de buenas a primeras (de diseño gráfico a licenciado en informática). Pero el chiste es que ya la mayoría de los que nos juntábamos a jugar rol ya éramos todos unos universitarios.

El primer semestre mi actitud fue más o menos la misma que había llevado hasta la preparatoria: engreído, altanero, el mundo me debía la vida. Recuerdo que entre clase y clase me ponía en el pizarrón a escribir frases en japonés, y también, no sé por qué, la fórmula para resolver ecuaciones cuadráticas. También buscaba la manera de conseguir cuenta para poder entrar a internet y así seguir en el BBS y en el MUD.

La primera vergüenza que pasé fue con el maestro de física: mientras él estaba hablando, había varios alumnos que también lo hacían. El profe se enojó y preguntó que si alguien le estaba poniendo atención. El salón quedó callado, y a mí se me ocurrió levantar la mano. Acto seguido, me dice: “Muy bien compañero, ¿qué estaba diciendo yo?”. Juro que realmente le estaba poniendo, pero de plano ahí se me borró el cassette, y me quedé callado mientras todo el salón me veía.

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