Seguir soñando

A lo largo de los ya 9 años que tiene el blog (y que no he escrito nada en especial al respecto), no sólo ustedes, quienes me hacen el favor de leerme, han visto una serie de cambios en mi vida. También yo he recordado cómo pasé de ser un olvidado estudiante de maestría y luego de doctorado en un laboratorio de una universidad en un pequeña ciudad en la prefectura de Fukuoka, a alguien que persigue muchos objetivos pero sigue teniendo dudas.

Los años pasan, y al tiempo no hay forma de ganarle (todavía). Crecer en México y desarrollarme en Japón me ha dado una visión única y especial de la vida en ambos países. He tenido la fortuna de conocer a grandes personas tanto aquí como en mi país, de reconocer debilidades que hasta hace años habían pasado desapercibidas, y al mismo tiempo, de debatir lo que quiero para el futuro.

Hace ya más de medio año, un mexicano radicado en Kanagawa me invitó a comer a su casa. Al evento asistieron otras personas, entre ellas una chica oriental (no japonesa), quién se encontraba ante la difícil decisión de qué es lo que quería hacer con su vida, y con base en ello decidir qué es lo que debía de estudiar y en dónde debería estar. Ella me preguntó: “¿cómo fue que tomaste la decisión de saber qué es lo que querías hacer el resto de tu vida?”, a lo que respondí: “Simplemente haz lo que te gusta. Si no sabes qué hacer, al menos creo que tienes una idea más o menos clara de lo que NO quieres hacer. Eso es un buen comienzo.”. Pero mientras respondia, me percataba de que yo también estaba ante una situación similar.

Hasta aproximadamente julio de este año tuve días, semanas y meses muy pesados. Me eché demasiada carga emocional al respecto. Sentía que se me cerraba el mundo, que tenía que apresurar cualquier decisión que tomara, y creía que la situación en la que vivo actualmente era la responsable de que me sintiera así. Platiqué con varias personas, escuché opiniones y consejos, y lo primero que decidí fue tomar las cosas un poco más a la ligera. Necesitaba darme cuenta de que, aunque es cierto que hay decisiones que se tienen que hacer en determinado momento, había otras (especialmente las que invariablemente trazarán una buena parte del camino que hay que seguir por una cantidad de tiempo considerable) en las que era necesario respirar profundo y no sentirse atado a ningún tipo de reloj. Decidí bajarle el ritmo a muchos objetivos, sobre todo porque mi salud se estaba viendo afectada (dormir no está tan sobrevalorado como muchos dicen).

Algunos meses han pasado desde entonces. He comprendido que lo primero que tengo que hacer es evitar perder es la capacidad de seguir soñando. No hay presiones externas (algunas se podrían tomar como tal, pero mientras uno no las considere, no cuentan), pero la premura con la que quería alcanzar ciertas metas opacaba esa parte de mí que me trajo a Japón hace 10 años y medio. Y sin ella, definitivamente no hay rumbo qué seguir; solamente me encontraría navegando sin rumbo durante quién sabe cuánto tiempo.

Además, recuperé el gusto por varias actividades que consideraba casi perdido. Nadie lo sabe, pero en esto tienen mucho que ver personas que están en México y que ni siquiera conozco en persona. Es más: ni siquiera ellos están enterados de cómo ciertas actividades que realizan me han ayudado a reenforcarme, y gracias a eso pude disfrutar como nunca un par de eventos por esta parte del mundo.

No obstante, pienso que lo más importante de este tiempo ha sido dejar de ser duro conmigo mismo y culparme por algo en lo que no tenía control. Y eso no es nada críptico, ni tampoco un secreto: mi doctorado. Cumplí ese sueño, pero no de la manera que habría querido, y lo que pasó después de obtenerlo no significa que no le haya echado las ganas necesarias. Le hice caso a muchas personas que se cansaron de sugerirme que mirara hacia atrás y viera el camino que he seguido. Gracias a eso, entendí de dónde viene mi disgusto y que no era nada más una excusa que había inventado.

Todavía tengo mucho, pero mucho que aprender.

Más de alguno de los que me leen seguramente está pensando: “¿Y ahora qué fumó Manuel?”, y la respuesta es: “serenidad”, aunque no toda la que necesito. La vida continúa y hay que enfrentarse todos los días a diferentes retos. Pero sobre todo eso, quiero seguir siendo alguien que cree que puede comerse el mundo; que, de alguna forma, puede cambiarlo; quiero volver a soñar que puedo ser astronauta, bombero, futbolista, y quiero decirme a mí mismo que sí puedo, y que es sólo cuestión de que ponga el objetivo en la mira para poder alcanzarlo.

Sigo creyendo que siempre tengo la edad perfecta para realizar algo. Estuve cerca de perder esa idea. Pero nel, no me dejo. Hoy a los 35 años, y siendo el décimo aniversario que celebro en Japón (porque uno me tocó estar en México) estoy fresco (ignoren por favor el estado físico – piernas sobre todo. Recuerdo del monte Fuji), y creo que sí, me puedo comer el mundo. Lo que sigue es ver los cubiertos que usaré.

26 Replies to “Seguir soñando”

  1. Genial!!! Muy inspirador todo lo que comentas, de verdad que espero algún día poder estrechar tu mano, gracias a que tu blog me ha contagiado con las ganas de ser mejor cada día y visitar Japón, estaré por allá 3 meses a partir de Navidad, espero poder tener la oportunidad de conocerte y a muchos de los mexicanos que viven allá. Saludos y abrazos 🙂

  2. Hola 🙂 tal vez no lo digo muy seguido, pero me da mucho gusto ver que sigues en Japón y que a la medida de tus posibilidades tienes una buena vida! Recuerda que al final del viaje, lo mas importante será cómo fue que llegaste ahí. Mi papá tiene 55 años y estudia la prepa y un curso de inglés porque “quiere morir ignorando lo menos posible”. Me parece muy admirable su ánimo y me recuerda que siempre hay tiempo para hacer lo que soñemos. Cuidate!

    1. No. De hecho nunca lo mencionas 😛

      Muy loable lo que hace tu papá. Debemos aprender todos de él. Ésas son ganas de estudiar 🙂

      ¡Saludos!

  3. Lo importante es no sentirse viejo y dormir bien, porque dejar de dormir provoca más problemas con el paso del tiempo.

  4. Hola Manuel.
    Yo sigo tu blog desde hace varios años, y aún recuerdo las entradas desde que vivías en Iizuka. Como asiduo lector tuyo, de alguna manera también he crecido con el blog, porque ya son varios años de leerlo.
    Desde mi perspectiva, si es que tiene algún valor dentro de tanta subjetividad, creo que has pasado a ser un hombre más sabio que antes. Me da la impresión que no solo el desarrollo académico te ha beneficiado, sino que también el solo hecho de vivir te ha dado el conocimiento de causa que algunos llaman “experiencia”.
    Personalmente, has sido inspiración y un modelo a seguir. Y no es idolatría barata, ni palabras vacías. Gracias a ti, entre otras personas, he descubierto cosas que me gustaría hacer, como por ejemplo, estudiar una maestría o un doctorado. Me da gusto que hayas encontrado la serenidad que buscabas.
    Recibe un saludo desde México, de un lector habitual de tu blog.

    Alan.

  5. Hola Manuel, lo que comentas en esta entrada es realmente reconfortante para mi, por que personalmente siento que he perdido el rumbo, me siento un fracaso y no se que hacer para mejorarlo, todo el “plan” que tenia para este punto no lo pude realizar ni siquiera la primera parte, que es graduarme de la universidad, la verdad no se si tiene sentido seguir intentando, perdí mis sueños y mis ganas de comerme al mundo. Pero después de leerte creo que estoy siendo demasiado fatalista. El camino no se acaba cuando te caes, solo espera a que te levantes para que lo sigas recorriendo.

    Hace años que leo tu blog, pues llegue de casualidad buscando información sobre japón un país al que aspiro algún día visitar, se que puede sonar a cliché pero realmente me a servido de mucha inspiración, no me queda mas que agradecerte.

    1. Tlaca:

      No tienes idea de hasta qué punto entiendo tus palabras. Seguir luchando cuesta mucho, sobre todo después de una derrota (o una serie de derrotas). Dejas de ser “especial” para el mundo, se te cierran puertas y por lo general pierdes todas las ganas de avanzar. Es mucho más fácil quedarte en la sombra, pero al mismo tiempo es mucho más doloroso porque siempre te quedarás con el estigma de “qué habría pasado”, sobre todo si la decisión de permanecer en la sombra fue forzada.

      En efecto, toda lucha tiene sentido mientras tú lo creas. El chiste no es darle gusto a nadie, ni vivir para los demás. Tienes que seguir tu propio camino, sea que el que sea, y demostrarte a ti mismo que puedes, de una forma u otra, mientras tengas las ganas. Levántate por ti y para ti, no para nadie más. Eso es lo más difícil: pelear contra ti mismo. Y déjame decirte que no es nada más una batalla la que librarás: tienes que luchar contigo mismo cada vez que encuentres una dificultad. ¿No salió? No importa. Aprendiste algo. Aumentaste tu experiencia y ésa te servirá para tu siguiente intento.

      Saludos, y espero que todo salga de la mejor manera.

  6. Muchas Gracias a Tlaca y a ti Manuel, eso que escriben de verdad me llego hondo, estoy en una situacion parecida a la de Tlaca (23 años y a punto de egresar) y me siento sin futuro y sin eso “especial” que creia tener, no veo como la vida que tengo puede cambiar para mejor, por una ves quisiera levantarme y no pensar que todo es aburrido, detestable y falso.

    Me llevo todo lo que has escrito, tratare no solo de recordarlo si no de hacerlo parte de mi vida, Yo tambien tengo la meta de radicar en Japon, pero ahora eso pasa a segundo plano, creo que primero debo encontrarme a mi y despues encotrar donde quiero hacer mi vida.

    “Toda lucha tiene sentido mientras tu lo creas, pelear contra ti mismo es lo mas dificil,Demuestrate a ti mismo que puedes”. De verdad te agradeso esas palabras, que aunque no son dirijidas a mi, me han hecho pensar en muchas cosas que puedo cambiar.

  7. Gran post manuel, te leo desde hace poco, eres una fuente de inspiración para mí, me haz alegrado el día, ojala algún día pueda llegar a cumplir mis sueños como tu. Creo que necesitas una novia, para que se vaya el estres ;).

    Saludos desde Monterrey, Nuevo León.

  8. Hola Manuel es la segunda vez que escribo en tu blog, lo hice hace una semana. Quiero decirte que me encanta tu blog, quizás el mejor de un Mexicano en Japón.
    A veces me encantaría tener tu mentalidad respecto a esa “serenidad”, en mi caso quiero también ir a Japón. A mi edad (26) me tardé en despertar y cambiar varios aspectos de mi vida. Pude hacer el camino más fácil sin embargo no lo hice. Ahora no hay que arrepentirse y esforzarse… anhelo estar allá.

    Un consejo de mi parte: Haz ejercicio, eso de “ignoren mi estado físico” es un excusa, si quieres conservarte con buena salud es necesario. 5 min de spinning diarios o algo así.

    Saludos y suerte!!!!

  9. ¡Animo! Eres un ejemplo a seguir para mi, gracias por compartir parte de tu vida con nosotros, nos inspira a seguir nuestros sueños. Espero que estés bien y saludos desde México. 🙂

  10. Felicidades por esa gran experiencia!!!!!! Yo creo que con todo eso no hay mas que pedir, sin embargo como bien dices no hay razon para detenerse o darse por vencido! Saludos desde Iztapalapa D.F.
    Atte: Un aficionado lector de este tu blog.

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