Saludar

Desde pequeños nos enseñan a saludar, y se nos recuerda que es una acción casi casi obligatoria cuando llegas a algún lugar, cuando te encuentras con alguien, conocido, etc. Es cortesía simple, pero muy efectiva; por tanto, estamos tan acostumbrados a saludar y ser saludados, que cuando alguien no lo hace inmediatamente resalta de los demás, y puede cambiar el trato que se recibe de otros.

Saludar no cuesta nada. Son a lo mucho 3 palabras: desde un simple “¡hola!” hasta algo como “¡muy buenos días!”. No es que se nos vaya a ir el aliento si lo hacemos.

En Japón, esa cortesía (y hasta podría decir “educación”) también existe. Desde pequeños se les enseña a los niños a decir “hola” y “adiós”, y poco a poco se van introduciendo otros saludos y expresiones similares (como “itadakimasu” y “gochisou sama deshita” al comenzar y terminar de comer respectivamente), y también se reprende a los niños que omiten el saludo por alguna razón. En resumen, no cambia mucho con lo que nos enseñan en México (y casi seguro puedo decir que en muchos otros países es similar).

Como mencioné arriba, saludar es tan  que suena raro cuando alguien no lo hace. Pero en Japón, hay gente que omite el saludo de manera normal, y en algunas ocasiones hasta es aceptado (aunque sea de dientes para afuera).

¿Quieren que algo me ponga de malas? Que alguien omita un saludo en donde a ojos vistas es necesario y esperado es una de las razones que pueden llegar a hacerlo. Pero no crean que me refiero a que a alguien se le olvide saludar porque está ocupado, distraído, o alguna otra razón que demuestre que no es deliberada la omisión (porque a mí me pasa seguido que ando “en la lela” y de repente no saludo o no me doy cuenta), sino a las veces en las que alguien, por voluntad propia, simplemente no saluda.

He tenido algunas experiencias amargas al respecto, específicamente en algunos de los lugares en los que he trabajado de este lado del mundo.

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¿Sabías que…? – Parte 6

Continuando con esta serie de entradas respecto a detalles curiosos sobre la cultura japonesa.

¿Sabías que los niños japoneses de primaria y secundaria NUNCA reprueban, no importa que no sepan nada?

  • La educación básica y media básica (primaria y secundaria) es obligatoria en Japón (al igual que en México).
  • Con el fin de mantener la homegeneidad, el grado que debe cursar un niño se define por su edad. De esta manera, todos entran a los 6 años a la primaria y a los 12 a la secundaria, y terminan ésta a los 15 años, tengan o no el nivel académico requerido.
  • La insuficiencia del sistema educativo japonés se hace más evidente cuando los niños tienen que asistir a escuelas vespertinas o nocturnas para poder aspirar a entrar a mejores escuelas, situación que será definitiva cuando tengan que buscan universidad.
  • Actualmente, el sistema educativo en Japón se califica como ゆったり, que quiere decir “tranquilo”, “sin prisas”, “cómodo”, y esto se debe a que hace algunos años el ministerio de educación nipón decretó que los sábados también se descansaba (antes los niños iban a la escuela de lunes a sábado) y bajó la carga académica impartida en la educación obligatoria. El problema es que la bajó de más, y se ha hecho evidente en las generaciones recientes, ya que cuando entran a trabajar, las empresas deben destinar recursos para entrenarlos y meterlos a cursos de 6 meses o 1 año para enseñarles lo que deberían haber aprendido durante su  estancia en la universidad.