Todo lo que es la última semana de marzo en Japón significa época de despedidas: graduaciones, gente que se va a vivir a otros lugares, gente que regresa a sus países. El invierno termina y la gente se prepara para el inicio del nuevo año fiscal (a partir del 1 de abril).
Hoy se regresó a su país mi amigo Arif. Originario de Bangladesh, pasó 5 años por acá para poder obtener su doctorado. Le sufrió en serio. Estuvo becado por Monbukagakusho durante 3 años (tiempo que normalmente dura el doctorado por acá), pero por diversas razones (nacimiento de su hijo, su familia de visita por 6 meses y la falta de apoyo del asesor), no pudo hacer nada durante ese tiempo. A partir del 4to. año la beca se le terminó y tuvo que trabajar para poder mantenerse él, mantener a su familia y pagar la escuela. Su familia (esposa e hijo) se regresaron a Bangladesh y él quedó solo de nuevo por acá, y sin nada todavía comenzó su 5to. año.
Quién sabe cómo le hizo, pero en un año sacó lo que le faltaba para graduarse (artículos técnicos, journals, conferencias, presentaciones). Trabajando y estudiando, enviándole dinero a su familia cada semana y absteniéndose de muchas cosas, por fin vio frutos de su trabajo.
Cuando nos despedimos, él no pudo evitar llorar; me dio las gracias por todo y me extendió la invitación para ir a Bangladesh, en donde me dijo que no tenía que preocuparme por casa ni comida. Se fue contento, y espera poder seguir en contacto conmigo, ya que se convertirá en profesor de universidad en su país, y me ha pedido que dé algunas videoconferencias a sus próximos estudiantes.
El mundo es un lugar tan grande y al mismo tiempo tan pequeño. Ayer dormiste en un país y hoy duermes en otro. Será que ya me acostumbré mucho a los cambios, pero sigue siendo curioso recordar todo lo que viviste en un lugar, y que de la noche a la mañana estés en otro totalmente diferente (sea tu país o no). No hay duda de que Arif se lleva a Japón, y concretamente a Kyushu, en su corazón. Es un hecho que no nos veremos en un buen rato, pero estoy completamente seguro de que volveremos a reunirnos. ¿Dónde y cuándo? No lo sé.
Ahora, ¿por qué mencionar a Arif? Porque me enseñó mucho de su mundo: el Islam, Bangladesh, la situación política y económica de su país, sus sueños. Platicar con él era como ver a un niño diciéndote que de grande quiere ser astronauta y hasta hace los efectos de sonido imitando a un cohete despegando. Mi mamá lo conoció en persona, y aunque la primera impresión no fue muy buena, se le quitaron los prejuicios gracias a la sencillez de él, su esposa y su hijo.
Así como él, el chino toselón se regresa a China el 31 de marzo. Es muy poco probable que lo vuelva a ver, pero sinceramente no voy a extrañar nada de él. Que le vaya bien con su tos. No es mala persona, es de esos que ves que siempre están ahí, pero que no mueven ni un dedo a menos que sea sumamente necesario. De la misma manera, Omar regresa a Mëxico el 30 de este mes, con su esposa esperando su primer hijo. Se terminan ciclos en la vida de cada uno, pero comienzan nuevos retos.
Felicidades a todos los graduados, y buen viaje de regreso a su tierra.