Asistiendo a un funeral

Con ya cerca de 15 años por este lado del mundo muchos pueden pensar que he visto y vivido de todo, y en cierta medida no están equivocados. Sin embargo, afortunadamente hasta la fecha no me había tocado que alguien relativamente cercano a mí falleciera y me enterara a tiempo (porque un compañero de un trabajo anterior falleció y no me enteré hasta casi un año después), y eso significa que no había tenido la oportunidad de asistir a un evento de esta índole.

Por desgracia, el pasado mes de noviembre una de las jefas y miembro del comité directivo de la empresa donde laboro actualmente murió de repente. Desde que vi el título del correo sabía que eran malas noticias: 「訃報」(fuhou, literalmente “aviso de defunción”), y cuando vi quién era me quedé helado por un momento: hacía relativamente poco la había visto en la oficina y había conversado con ella un rato. No era mi jefa directa, y nunca trabajé bajo su supervisión, pero sí era alguien notable y alguna vez estuve ayudándole a su equipo en asuntos que salieron de emergencia.

Lo primero que pensé fue: “¿Tengo que asistir al velorio?”. Y no, no es que sea un insensible, sino que ese tipo de eventos se manejan de una forma especial en Japón, y en algunos casos no es bueno asistir a a ellos a menos que hayas tenido una relación más “de peso” con la persona fallecida o con sus familiares, y más cuando se trata de alguien del trabajo, porque no tienes idea ni de qué murió la persona ni cómo la familia lo tomó. Basta recordar los incontables casos de 「過労死」(“karoushi” muerte por exceso de trabajo), en donde muchas veces la familia no quiere ver ni en pintura a los jefes o encargados de la compañía. Aprovecho para mencionar que algo similiar me pasó con el caso del ex-compañero de trabajo arriba mencionado: por respeto pensaba ir a su casa y hacer reverencia al altar budista que generalmente los hogares tienen, pero mi esposa me advirtió que era posible que, sin conocer las circunstancias de su defunción, la familia no quisiera tener nada que ver con la empresa donde él laboró, y me pidió que primero preguntara por otro lado para cerciorarme de la situación; dicho y hecho, me dijeron de forma muy indirecta que “el funeral había sido algo muy personal donde solamente la familia había estado presente”. Entendí lo que me quisieron decir y ya ni le moví.

Regresando al caso en cuestión: sí, tenía que asistir, no era opción. No es que sea forzosamente obligatorio, pero en general te ganas alguna etiqueta rara entre los compañeros de trabajo si no vas y no tienes una excelente excusa para justificar tu falta. Problema: hay que prepararse, y si no tienes nada de lo necesario, comprarlo todo de jalón es un gasto fuerte. Hasta aquí muchos pueden pensar que es “normal”, pero cuando entra en cuestión la cultura japonesa, los detalles extra salen a la luz y de nueva cuenta te hacen ver lo minuciosa que puede ser. No que eso sea malo, pero sí es diferente a lo que estoy acostumbrado.

Antes de entrar en detalles, déjenme dejar algo bien en claro para evitar malinterpretaciones: la muerte de cualquier persona no es un suceso bonito ni feliz; en todo momento hay que guardar respeto por la persona fallecida. No porque haga comentarios “chuscos” sobre lo que conlleva asistir a un funeral en Japón (en el sentido de lo que me parece raro o es primera vez que lo veo/hago) quiere decir que le haya faltado el respeto a la difunta o a su familia, y tampoco el hecho de que sea primera vez que me topo con esta situación y tenga que aprender lo que se tiene que hacer por medio de ver a los demás e imitar lo que hacen no quiere decir que esté cometiendo una grosería y esté jugando con el dolor ajeno para incrementar mi cultura y poder demostrarla en otra ocasión. Entiendo que la percepción de este tipo de eventos es diferente para quienes no viven en Japón o no conocen las costumbres a fondo, pero cuando la misma gente japonesa te dice “tú imita a los demás”, “estando el lugar aprendes más rápido que leyendo” y sabiendo que aquí cuidan hasta los más pequeños detalles, obviamente es lo que vas a hacer.

También quiero aclarar que esto no es una guía oficial de “qué hacer en un funeral en Japón”. Hay otros sitios que explican, con lujo de detalle, todo lo que hay que hacer y cuidar. Lo aquí escrito es mi experiencia y, como siempre lo recalco, eso no significa que sea la verdad universal.

Dicho lo anterior:

Primero que nada, cuando alguien muere en Japón generalmente hay 2 eventos importantes: 通夜 (“tsuya”) y 告別式 (“kokubetsushiki”). En México, los equivalentes son “velorio” y (en el mundo católico por lo menos) “misa de despedida”, aunque lo último no es una misa, sino más bien una ceremonia en donde se le dará el último adiós al fallecido. Aunque sé que es un poco difícil de seguir, aquí los voy a nombrar tal cual “tsuya” y “kokubetsushiki” para no generar confusiones.

La idea es que hay que asistir por lo menos a uno de los dos. No es necesario asistir a ambos, aunque no está prohibido. Con que asistas a uno, el que sea, has cumplido. “tsuya” dura más o menos una hora oficialmente, quizá un poco más en el caso de alguien famoso, pero la realidad es que se extiende dependiendo de la gente que asista. “kokubetsushiki” dura oficialmente un poco más porque es un programa fijo.

Lo primero en tener en cuenta es: la ropa. No puede ser cualquier prenda y no cualquier traje. Existe un traje específico para estas ocasiones llamado 喪服 (mofuku), y en muchos casos actualmente ya es lo mismo que 礼服 (“reifuku”). Originalmente, “reifuku” es para eventos formales en general, mientras que “mofuku” es solamente para funerales, pero hoy en día muchos consideran que es lo mismo. De hecho, cuando fui a preguntar a un lugar sobre la posible renta de uno, me dijeron que “eran lo mismo”, por lo que a partir de aquí simplemente mencionaré “reifuku”.

Un traje de esos, por más barato que lo encuentren, sobrepasa los 35,000 yenes. En línea puedes encontrar hasta en 28,000, pero obviamente tienes que saber todas tus medidas, y tardan días en tenerlo listo. Rentarlo andaba por los 15,000 yenes, pero aunque era relativamente más barato, pensé que sería mejor inversión comprar uno desde ahora y ya tenerlo listo para cuando se presentara otro lamentable suceso. Aquí fue donde comenzaron a brotar los detalles que mencioné más arriba.

Se supone que “reifuku” tiene que ser negra, pero no tiene que ser tela de la que “brilla”, y tampoco puede ser un traje negro de los típicos de los “salary man”, porque eso es una falta de respeto. Tampoco se puede llevar cualquier cosa de color llamativo: anillos, cadenas, corbatas, suéteres, etc. De hecho, con una corbata negra no hay pierde. Si se lleva abrigo, hay que quitárselo antes de llegar al lugar del evento.

Recordé que tenía un traje negro que nunca había estrenado y que creía que cumplía los requisitos de la ropa a usar. La respuesta es: nadie sabía. Mi esposa decía que creía que sí; en el trabajo, las personas a las que les pregunté no sabían a ciencia cierta ni siquiera cuáles eran las características detalladas de “reifuku” y solamente me decían cosas generales. Alguien más me dijo que me convenía más asistir a “tsuya” porque, como era más “espontánea” y se pensaba para que la gente fuera después de salir del trabajo, por lo que menos gente se fijaría en los detalles de la ropa (siempre y cuando no fuera muy llamativa). Total que nadie me sabía decir si sí o no y terminé decidiendo yo que sí. Al fin y al cabo, si me equivocaba, podía usar la tarjeta de “extranjero que no sabe nada”. Un gasto menos (y el más fuerte).

Luego, como en casi cualquier evento japonés, había que preparar dinero en efectivo para darle a la familia de la difunta. En este caso, se trata de una ofrenda llamada 香典 (kouden), y cuya cantidad depende de la relación que se haya tenido con la persona fallecida: de 5,000 a 30,000 yenes. Los sobres especiales son los que se muestran en la imagen de arriba. Aquí también hay detalles que se tienen que tener en cuenta para evitar una falta de respeto:

  • El nombre de la persona, familia o grupo que hace la ofrenda tiene que escribirse con tinta negra muy suave, casi en tono grisáceo, para “simular” lágrimas de tristeza que se hayan derramado al escribirlo. Hay plumas (bolígrafos) especiales para este fin.
  • Los billetes que se ponen dentro del sobre no tienen que ser nuevos ni tampoco muy usados. Usar billetes nuevos (los cuales se pueden cosneguir fácilmente en cualquier banco) se interpreta como que se estaba esperando la muerte de la persona. Lo que varias personas me recomendaron era obtener billetes nuevos y doblarlos un par de veces para “simular” que habían sido usados previamente.

Por la relación de trabajo que tenía yo con la difunta (no muy cercana), la cantidad apropiada en mi caso eran 5,000 yenes.

No tenía zapatos ni camisa blanca para el traje (tenía una color azul claro nada más), así que eso sí lo compré, puesto que no solamente es para esa ocasión.

Enseguida, el 数珠 (“juzu”), que aunque lo puedo traducir como “cuentas para rezar”, su lejano equivalente en el mundo católico sería un rosario. Éste es un utensilio budista, y aunque algunas personas me dijeron que no era 100% necesario, mi esposa insistió que sí, así que también tuve que adquirirlo. Los precios varían dependiendo del material usado, pero yo me fui por el más barato: 1,700 yenes.

Tengan en cuenta que todo lo anterior tuve que hacerlo en una mañana porque no había tiempo para ver más opciones: “tsuya” era por la tarde, así que me tenía que apurar.

Lo que siguió fue estudiar lo que tenía que hacer en el evento, desde el momento de llegar hasta el de salir del lugar. Yo esperaba también muchos detalles, y lo que encontré no me decepcionó:

  • Ya lo he mencionado arriba, pero va de nuevo: abrigos o chamarras tienen que quitarse antes de llegar al lugar. Nada de llegar y ya dentro quitárselo.
  • Hay que registrar nombre y dirección.
  • Al llegar a la recepción, hay diferentes “saludos” para la ocasión: 「この度はご愁傷様です」(kono tabi wa goshuushousama desu), 「心よりお悔やみを申し上げます」(kokoro yori okuyami wo moushiagemasu), por solo mencionar un par. Pero se tiene que tener cuidado al decirlos: hay que usar una voz suave, y se recomienda no terminar el saludo a propósito, y que no se entienda la parte final. Esto con el fin de demostrar dolor y respeto. Entonces, usando la primera frase de las dos mencionadas, se escucharía algo como “kono tabi wa goshus…..su”.
  • Hay una forma específica de entregar el sobre con la ofrenda monetaria.
  • Al ser un lugar donde la gente se reúne para despedir a un difunto, no hay que hablar en voz alta, ni saludar efusivamente a alguien que teníamos mucho sin ver. Se permite conversar normalmente, pero hay que evitar carcajadas. En resumen: comportarse como es debido.
  • La actividad principal que se realiza en “tsuya” es llamada 焼香 (shoukou). La palabra significa literalmente “incienso quemado”, y se trata precisamente de tomar un poco de incienso quemado que se pone en un altar frente a una foto de la persona difunta, y dependiedo de la corriente budista de cada persona es el número de veces que se toma incienso en polvo, se levanta hasta la frente y después se pone en la parte donde se está quemando. Hay que hacer una serie de reverencias a la familia del difunto y al difunto, y tienen un orden específico.
  • Hay que tratar de ser puntuales (estar 10 minutos antes). No obstante, el horario de llegada en “tsuya” es más laxo por lo anteriormente mencionado de “llegar después del trabajo”. Para “kokubetsushiki” no hay excusa.

Ahí me tienen todo carrereado leyendo, bañándome, cambiándome, sacando cuentas de a qué horas tenía que salir de casa, qué trenes debía tomar y en dónde tenía que cambiar de línea. Me preocupaba “regarla” en algo, porque entre tanto detalle seguramente algo se me iba a olvidar, pero de entre todos los consejos que recibí y que no se ponían de acuerdo si algo era permitido o no porque ni los mismos japoneses estaban 100% seguros, el que fue común de todas las personas a las que les pregunté fue: “haz lo que los demás hagan”, “tú copia lo que el de adelante haga”. Mi esposa rezaba porque la ofrenda del incienso quemado fuera de pie, porque hay una versión en tatami que es más complicada y que implica hacer 正座 (“seiza”), y ella sabía que todo sería más difícil para mí (aguanto en “seiza” como 5 minutos cuando mucho).

El personal del lugar anuncia cuando el evento va a comenzar. Los que caben en el salón principal se sientan, y después entra un monje, el cual comienza a recitar un sutra. Los demás hacen fila para esperar su turno para el “shoukou”. En mi caso se hicieron 4 filas, lo que significaba que 4 personas harían “shoukou” al mismo tiempo. “¡Bien!”, pensé. No tenía que preocuparme por el número de veces que hay que levantar el incienso, ni tampoco de a quién hacer reverencia, ni cuánto tiempo. Lo que había estudiado más lo que viera seguramente sería suficiente. Y sí: lo fue.

  • Una vez terminado todo, lo que sigue es el famoso 「お返し」(“okaeshi”), del cual ya hablé con detalle. Que una persona haya fallecido no es obstáculo para que se dé algo en agradecimiento por la ofrenda monetaria. Generalmente son dulces tradicionales japoneses o rebanadas pequeñas de pastel (embolsadas). En mi caso fue lo último.
  • Para terminar, la familia (o el staff del lugar) invita a pasar a degustar algo de comer o beber un poco de sake. La idea es que el sake es para “purificarse”, y es falta de respeto ponerse ebrio; de comer hay desde bocadillos pequeños hasta sushi o sashimi. Esta convivencia se conoce como 通夜振る舞い (“tsuya burumai”), pero no en todos los “tsuya” se realiza, ya es opcional. Participar también es opcional. Yo decidí no hacerlo porque realmente no tenía razón de estar más tiempo ahí, y de quedarme, seguramente la plática sería de trabajo.

Lo que aprendí de esta experiencia:

  • Aunque es cierto que las costumbres y modales están bien delimitados, muchos japoneses no los conocen por completo. Recibí comentarios diferentes respecto a la ropa y accesorios que llevar, y en todos los casos los japoneses a los que consulté tuvieron que buscar por internet la respuesta. Incluso la señora que me atendió al comprar el “juzu” no sabía a ciencia cierta si había algún problema con el color y sacó su smartphone para consultar un sitio web X.
  • Me preocupé de más. Es cierto que es mejor conocer las reglas básicas y aplicarlas, pero cuando te encuentras con un mar de detalles en cada cosa (ropa, accesorios, forma de entregar sobres, etc.) y siendo que no es tu cultura, te entra el pánico por no querer faltar al respeto. Lo que vi en el evento fue a los japoneses haciendo diferentes cosas, algunas que están catalogadas como falta de respeto, pero obviamente sin esa intención.
  • Es mucho mejor planear los gastos y tener listos la ropa y los accesorios para esta ocasión. Nadie sabe cuándo alguien va a fallecer, y un gasto repentino de alrededor de 50,000 yenes definitivamente duele. A mí me salvó que el traje negro que tenía no era de tela brillosa ni tampoco era de los de los “salary man”, lo que me evitó el gasto más fuerte.
  • Sigo sin comprender la costumbre de dar dinero en este tipo de eventos (bodas, funerales). Sí, definitivamente ayuda y es necesario, pero viniendo de México me sigue pareciendo extraño. Por cierto, si a mí me invitan a una boda, primero tengo que confirmar mi asistencia. Si voy a ir, tengo que preparar 30,000 yenes; si no voy, tengo que enviar un regalo a la pareja disculpándome por declinar la invitación. El regalo suele ser algo para la casa (electrodoméstico, edredones, etc.), y normalmente debe rondar los 10,000 yenes.
  • De la misma manera, siento que el verdadero sentimiento que deberían provocar estos eventos queda opacado por el mar de detalles que hay que cuidar. En una boda, se supone que todos deberían sentir felicidad por la nueva pareja y ésta debería disfrutar el momento, pero nos encontramos con la preocupación de ver en dónde van a sentar a X o Y personas (los asientos son designados por la pareja), y la gente que asiste ya sabe qué le espera. Hablamos de bodas tradicionales, porque obviamente hay sus excepciones. En un funeral, “kouden”, tinta negra, evitar accesorios llamativos, “shoukou” correctamente, “tsuyaburumai”. No dudo que cada uno de los asistentes realmente sienta dolor por la pérdida, pero asistir al evento implica más bien seguir el protocolo y ya. Vi como varias personas llegaron, dieron su sobre con “kouden”, se formaron para el “shoukou”, recibieron su “okaeshi” y se fueron, sin realmente hablar con alguien. Como que importa más el acto de presencia.

Obviamente, por ser extranjero mi percepción de estos acontecimientos es diferente a la de alguien que creció dentro de esta cultura. Es interesante conocer todos los aspectos de la misma, y aun después de tanto tiempo, siempre tengo algo nuevo que conocer de Japón.

19 Replies to “Asistiendo a un funeral”

  1. WoW me sorprende las costumbres del Japón con sus costumbres,muy diferentes de nuestro México, como al japonés promedio le pueden parecer nuestras costumbres,bendita las diferencias,feliz Navidad Manuel y continua con tu blog tan informativo,saludos desde Zacatecas

    1. Muchas gracias por tu comentario.

      Sí. Ésa es la clave, saber reconocer y respetar las diferencias. Hay extranjeros que se sienten ofendidos por algunas de las acciones tomadas en los funerales, pero no queda más que conocer y respetar, que no necesariamente es lo mismo que “estar de acuerdo”.

      Saludos hasta Zacatecas 🙂

  2. Que sarta de ridiculeces para un entierro,aca en Mexico en algunas zonas del pais los siguen enterrando en petates o estilos narcoejecucion.Por cierto podrias recomendarme algun libro para iniciarme en el mundo de la programacion.La verdad es que ya estoy ruco,tengo 27 años y por falta de recursos cuando era chamaco no pude ir mas que a la secundaria.Ahora que estoy grande al fin tengo dinero,tiempo e internet jijiji,para viciarme en la net.

    Bueno sin mas que decir me da mucho gusto que un mexicano como tu,haya llegado tan lejos y se doctorara en japon.Saludos Doctor Manuel Medina desde Oaxaca tierra de los chapulines.

    1. Muchas gracias por tu comentario.

      Más que ridiculeces, es parte de conocer y aceptar las diferencias que hay entre culturas. No creas que mí no se me hacen exageradas algunas cosas, pero no las puedo considerar del todo “malas” solamente porque son diferentes. Simplemente no estamos acostumbrados.

      Te pongo un ejemplo más claro: el keigo (lenguaje formal). Cuando comencé a hablar fluídamente en japonés, el keigo se me hacía extremadamente excesivo, empalagoso y hasta innecesario en muchas situaciones, pero con el paso del tiempo se me fue haciendo más “normal”, al grado que comencé a usarlo de forma natural en las mismas situaciones que me parecían excesivas. ¿Qué cambió? Ciertamente no el keigo, sino mi forma de percibirlo. Me acostumbré a él. Seguro lo mismo pasará con otras costumbres.

      Sobre lo de programación: primero que nada, no estás ruco (no manches, yo tengo 39), y nunca es tarde para aprender. En sí no hay un libro específico que te pueda recomendar, pero sí te puedo decir que lo primero que tienes que hacer es aprender lo que es “selección”, “secuenciación” e “iteración”, y de ahí comiences a hacer algoritmos usando diagramas de flujo y luego pseudocódigo. Una vez que te sientas cómodo, puedes comenzar a aprender un lenguaje en específico, pero la idea es que no te “cases” con un lenguaje, sino que aprendes a abstraer las ideas y a hacer algoritmos en general; el lenguaje es secundario. Te recomiendo Python para comenzar (una vez que estés listo).

      Saludos.

  3. Hola!!!

    Gracias por compartir tu experiencia, nunca dejaran de fascinarme los detalles de su cultura, en cuanto a lo que mencionas sobre que el sentimiento se ve opacado por los protocolos, tuviste oportunidad de preguntarselo a alguien? me da curiosidad el punto de vista de un japones 😛
    Y finalmente, el juzu se utiliza en algun momento?

    Saludos 🙂

    1. Muchas gracias por tu comentario 🙂

      Sí. Obviamente las personas más allegadas al fallecido no “olvidan” el sentimiento de pérdida, pero hay quienes se preocupan más primero por el protocolo y dolor entra en segundo plano. A las personas que les pregunté no asistieron a este funeral, pero han asistido a otros de colegas o jefes fallecidos y en sí me dijeron que sí sintieron “feo”, pero que las ceremonias era más protocolo que otra cosa.

      El Juzu: sí, se me pasó mencionarlo. Antes de tomar el incienso en las manos para levantarlo debes traer el juzu puesto en la mano, por encima del dedo pulgar. Revisa esta imagen para mejor referencia.

      Saludos.

  4. Hay un detalle no mencionado y que a primera vista pareciera algo obvio y permitido en cualquier funeral, pero cuando se trata de Japon…. nada de lo que uno da por hecho tiene por que ser cierto . Ahí va: ¿Se permite llorar sonoramente en un funeral? Si la perdida de la persona realmente te ha dolido tanto como para que llores intensamente (y se escuche) ¿debes de aguantartelo?

    1. No está prohibido mostrar dolor. De hecho, en este funeral me tocó ver al menos a 3 personas que estaban llorando inconsolablemente por la pérdida; 2 de ellas no eran familiares, sino compañeros de trabajo.

  5. Buenas tardes Manuel, podrías ampliar un poco más tu explicación con respecto a lo siguiente:

    “Sigo sin comprender la costumbre de dar dinero en este tipo de eventos (bodas, funerales)”

    Saludos y gracias

    1. Muchas gracias por tu comentario.

      Sí, claro. No lo mencioné porque no quería desviarme mucho del tema.

      Cuando alguien se casa en Japón y te invitan a la boda, significa que vas a tener que darles dinero, y la cantidad depende de qué tan profunda es tu relación con esa persona, pero por lo general son 30,000 yenes, y de ahí para arriba, en cantidades múltiplos de 10,000 que no sean pares, porque si se puede dividir en 2 es de “mal agüero” para la nueva pareja (es como si desearas que se separaran).

      De la misma manera, cuando alguien fallece, hay que dar dinero bajo el concepto explicado aquí (香典, kouden).

      Es parte de la etiqueta social, por lo que es obligatorio dar dinero a menos que directa y explícitamente te digan que no es necesario.

      Saludos.

  6. El dar dinero debe estar relacionado con los gastos en que incurren los deudos. Así como usted tuvo que hacer ciertos gastos, seguramente la familia también y amén de la pérdida, el gasto (por más previsores que sean los japoneses) debe resentirse. Es como cuando los estadounidenses llevan comida a un funeral.

    1. Definitivamente está asociado a eso, pero se me hace… no sé… demasiado “material”. No es que a la familia del fallecido no le haga falta dinero (a lo mejor no, depende de su posición económica), pero el hecho que sea prácticamente obligatorio es donde no me termina de cuadrar.

      Sobre lo de los funerales en Estados Unidos, sinceramente no los conozco. ¿Llevan comida? Interesante.

      ¡Saludos!

  7. Interesantes tus relatos de Japón, Manuel. Una pregunta, quien decidió que era obligatoria tu presencia ? Tu jefe en la empresa ?
    ¿ Si no vas, realmente eres mal visto, te ven como mal educado o que onda ?
    Cuanta ceremonia, como tu dices se me hace exagerado por un lado pero por el otro denota la gran cultura tradicional que existe en Japón.

    Saludos, échale ganas.

    1. Nadie explícitamente digo “es obligatorio que todos asistan”, pero se da por entendido que tienes que ir cuando todo el departamento habla al respecto. Digamos que es una obligación social por trabajar en el mismo lugar, aunque no hayas tenido mucho contacto con la persona.

      Si no vas… pueden pasar varias cosas dependiendo de cada persona. Algunos simplemente pueden decir “meh”, pero otros pueden alegar falta de educación; habrá quienes lo consideren una falta a la moral, pero terminen diciendo “bueno, es un extranjero. No sabe / no sabía”.

      Incluso mi esposa, la cual no es muy social en esos aspectos, me dijo que aunque nadie me obligó, era prácticamente un hecho que tenía que asistir. Ella estaba más preocupada que yo.

      Saludos.

  8. Hola Manuel,
    Apenas leyendo tu blog despues de mucho tiempo, muy interesante tu experiencia y que impresión que incluso entre mismos japoneses no sabían exactamente todas las reglas de etiqueta.

    Voy a leer mas tu blog, asi que te estaré dejando uno que otro mensaje.
    Saludos a la familia

    KikeKabuto

    1. ¡KKK!

      ¡Qué buena onda que te des una vuelta por acá 🙂

      Muchas gracias por tu comentario. Espero que te gusten las loqueras que escribo.

      Abrazos para ti y tu familia también 🙂

  9. Manuel Gracias por lo escrito estoy llendo ahora por primera vez a un funeral en Japón aunque vivo más de 25 años aquí nunca he asistido .una vez más darte las Gracias

    1. Hola César, y muchas gracias por tu comentario.

      Lamento mucho la pérdida. Espero que mi experiencia te haya sido de utilidad.

      Saludos.

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