28 años

De una vez escribo esta entrada porque estoy seguro que no tendré tiempo de hacerlo mañana, y si no lo hago hoy, sería hasta el próximo lunes.

Llegué a Japón en abril de 2003, es decir, hace 3 años y medio. Tenía 24 años en ese entonces. Mi primer cumpleaños fuera de México fue diferente, ya que estaba lejos de lo que normalmente haría en ese día, lo cual no incluía estar con la familia. El segundo cumpleaños fue más animado gracias a que tuve con quien pasarlo, aunque fuera solamente en mi departamento, pero fue muy muy triste porque mis dos abuelos maternos acababan de fallecer. El año pasado ya fue totalmente diferente porque sabía qué quería y a dónde quería ir, además de que ese día es festivo en Japón, por lo que las cosas se dieron muy bien. Pero sin duda, el de este año será el mejor: Viajaré en compañía de mi novia. El lugar, aunque es chido (Tokyo), no es lo verdaderamente importante, sino que la pasaré en compañía de alguien que me ha tratado muy bien y que sinceramente se merece lo mejor. Además, hay que decirlo, ambos queremos ir a Disneyland, por lo que esperen un buen de fotos para este mes.

Como el año pasado, quiero agredecer mucho a las personas que me han apoyado desde diferentes puntos del planeta, a aquellos que se han tomado su tiempo para escribirme un correo aun cuando a muchos todavía no les puedo responder. Sin embargo, hay un grupo de amigos que merecen un agradecimiento especial, aquellos que han estado conmigo y me han visto crecer desde que era nada hasta ahora, que sigo siendo nada, pero al menos con un poco más de experiencia. Nombrarlos sería mala onda, porque siempre se suele olvidar alguno en la lista, pero les aseguro que ellos saben quienes son: Gente que está relacionada conmigo por los juegos, el rol, la animación japonesa y el manga, el japonés (¡ah qué buenos tiempos en el Yakult!), la computación y la lectura.

28 años, 1er. año de doctorado, una novia que vale su peso en oro, amigos que están lejos pero que sabes que cuentas con ellos, consolas de nueva generación en puerta y muchos sueños que cumplir. Podría decir que en este momento no le puedo pedir nada más a la vida, pero no lo haré, porque sonaría muy conformista para mis estándares (¿se nota que soy ambicioso?).

Se aceptan todo tipo de regalos, desde felicitaciones hasta PS3, carros, casas, yates, etc., todos tienen el mismo valor para mí.

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