Después de la tempestad…

…viene la chi… bueno, ustedes saben a qué me refiero, jeje.

¿Qué pasó en Tokyo?

La presentación estuvo bien. La audiencia fue pesada, cierto, pero la reacción fue mejor de lo que esperaba, Las preguntas que me hicieron fueron complicadas, de hecho no pude responder una, pero en general recibí buenos comentarios. Mi profesor no me dijo nada, y creo que eso es bueno (o quiero creer).

Vi a Omar. Estuvo muy interesante la que nos aventamos para que no pagara hotel y se quedara en el mismo cuarto que yo. Muy “ninja” su estrategia, jeje. Fuimos a Akihabara, Ikebukuro y el jueves anduvimos todo el día en Odaiba, dentro de JoyCity, un cento de juegos muy grande en el que maneja la temática de un parque de diversiones pero todo virtual o con videojuegos. Estuvo interesante, ya que desde la primera vez que fui a Tokyo quería entrar, pero nunca tenía tiempo.
También, le puse a Omar su respectiva arrastrada en Tekken Dark Resurrection, pero al mismo tiempo le mostré cómo marcar los combos con Lili y parece que ya le salen bien. Será una buena reta próximamente.

Quiero agradecer a todos los que me brindaron su apoyo, no solo con mensajes aquí, sino directamente en MSN, por correo o incluso con simplemente pensar “ojalá que al mexicano en Japón le vaya bien”. De verdad que todo me sirvió. ¡Muchas gracias! Estaré pidiendo su apoyo para futuras presentaciones.

De regreso en Fukuoka, no tienen idea de lo bien que me sentí, y no me refiero solo al hecho de que mi novia me haya recogido en el aeropuerto, sino que me sentí en casa. Tokyo es un lugar inmenso, hay mucho que ver y me gusta mucho ir, pero sinceramente no me gustaría vivir ahí (aunque posiblemente algún día lo tenga que hacer). En comparación, Fukuoka es un lugar más pequeño, cierto, pero más tranquilo, menos movido y también con un montón de lugares que ver. Sentí de nuevo que había hecho lo correcto al escoger venir a Kyushu.

Hoy estuve todo el día limpiando mi departamento y todavía no termino. Debajo de todos los tiliches del escritorio está la cámara. Mañana pongo la foto del Odaiba, pero mientras:



Si usted salió de prisa de casa, va a una reunión de negocios o con un cliente a beber una copa en un bar y se da cuenta de que olvidó sus tarjetas de presentación, no se preocupe. Esta maquinita le permite crear sus propias tarjetas con diseños simples, pero que seguro lo sacarán del apuro temporalmente. El precio es un poco caro, pero los vale (1000 yenes por 30 tarjetas).



Si tenemos como premisa 1 el hecho de que la comida dentro de los parques de diversiones es siempre cara y como premisa 2 el hecho de que en Japón las porciones sean más chicas de lo normal, podemos inferir con un mínimo margen de error que en un lugar como Odaiba, dentro de un parque de diversiones “futurista” la comida debe ser así. No sé por qué no me llené. Eso sí, la ración de papas a la francesa estaba decente.